ALICANTE. Uno de los grandes nombres del periodismo libre internacional, el marroquí Ali Lmrabet, nacido en Tetuán en 1959, pasó por Alicante para participar en el ciclo Periodistas y el Mediterráneo de Casa Mediterráneo, el jueves 10 de enero. Diplomático antes que periodista, a principios de los 90 fue segundo de la embajada de Marruecos en Buenos Aires, de donde fue trasladado a un cargo de escasa responsabilidad en Rabat, tras denunciar las prácticas corruptas del embajador. Acabó abandonando la diplomacia por el periodismo, colaborando en medios como Le Quotidien du Maroc, La Vie économique, Le Journal o Courrier International. En el año 2000 creó una nueva publicación, Demain (Mañana), un formato desconocido hasta entonces en Marruecos, tanto en diseño como en contenido, con especial dedicación a la información política. Tras su cierre, en noviembre de ese mismo año, por el gobierno del socialista Abderramán Yusufi, acusados de haber publicado algo que ha aparecido ya en otros medios de comunicación, las revelaciones de un veterano político que implican al partido del primer ministro, la USFP, en el intento de golpe de Estado de 1972, recupera el nombre de la cabecera, ahora como Demain magazine, en 2001, con una publicación más austera en lo formal, pero con la característica de ser el primer semanario satírico francófono del país. Un año más tarde, en 2002, se crea su hermana gemela en árabe Dumān, con mayor calidad un público mucho más amplio, por lo que también será mayor el número de sus enemigos y sufrirá mayores presiones. El 21 de mayo de 2003, Ali Lmrabet es condenado a cuatro años de cárcel, luego rebajada la pena a tres, a causa de los artículos, y caricaturas publicadas por Dumān.
Lmrabet, que estudió literatura y administración de empresas en París, fue también profesor ayudante en la Sorbona. Actualmente reside en Barcelona. El Día Mundial de la Libertad de Prensa de 2014, Ali Lmrabet fue presentado por Reporteros sin Fronteras como uno de los «100 héroes de la información» en una lista con 100 nombres de periodistas de todo el planeta.
"Una página web puede sobrevivir más que un medio internacional, ya lo hemos visto antes"
¿Hemos pasado de “la información es poder a la información es un bien de consumo como otro cualquiera?
No, bueno, eso ya ha existido antes. La información se convirtió en un comercio, desde hace mucho tiempo. Antes no se veía bien, pero ahora se ve, es lo normal. La independencia total de un medio que vive de la publicidad o de las ventas, hoy en día es casi imposible. Una página web puede sobrevivir más que un medio internacional, ya lo hemos visto antes. En Marruecos, por ejemplo, funcionaba de la siguiente manera: tú hablas bien de mi producto y yo te voy a dar publicidad. Muchos de los periodistas que colaboraban conmigo, trabajaban en otros medios, y cuando salía un coche o cualquier otro producto así, sus medios los enviaban y para ellos tenían que escribir bien, “este coche es fantástico”, y a mí, con otro nombre y otro apellido, me vendían la información real, “este coche es una mierda”. Por supuesto, de forma anónima o con pseudónimo. Cuando había la presentación de un partido, ellos iban y hacían su trabajo “inocuo”, para después venir a mi a venderme la información veraz, como el positivo y el negativo de la información. Así las cosas, medios importantes aquí en España, que puedan sacar todo… imposible.
“Ahora”... ¿resulta demasiado cínico decir que siempre ha sido así?
Mira, en Francia, en Le Monde, tienen un reglamento interno, un “código ético”, una charte de déontologie: primero, independencia total de la redacción, ninguna relación directa entre la redacción y los inversores, y segundo, cuando tienen que hablar de los inversores en alguna información, deben poner entre paréntesis “este señor es accionista del diario Le Monde”, para que el lector esté informado de que están escribiendo sobre uno de sus inversores. Y este es muy importante. Lo que está pasando ahora ya lo hemos visto: lo que yo escribía en la prensa española hace 10 o 15 años, ahora sería imposible de publicar.
¿En ninguno de los medios?
… en ninguno de los grandes medios. Salvo que no tuvieran intereses, pero esa independencia total no puede existir ahora. En mi revista yo era el único inversor, nos decían que parecía que estábamos cabreados con todo el mundo, pero es que es justo lo que debíamos hacer, escribíamos lo que teníamos que escribir, sin presiones de un lado u otro.
Esto también puede ser un peligro… sólo hay una persona para corromper.
Sí, cierto, pero depende de la persona.
La veracidad de la información depende entonces de la integridad del periodista, volvemos a los principios.
El periodista siempre tiene la opción de publicar textos que “deben ser leídos entre líneas”, ahí está el trabajo del redactor jefe y también del lector. Lo que no quiere decir que el periodista pueda escribir cualquier cosa, debe seguir unas reglas, más allá de la censura, no puede apuntar de manera arbitraria y decir “usted es un hijo de puta”, no puede difamar, no puede sacar una información falsa. Muchas veces me llegaba información que yo sabía que era veraz, pero no tenía pruebas sobre las que sustentarla, así es que no lo podía publicar, eso es una máxima básica del periodismo, entonces y ahora.
Pero ahora estamos inmersos en un mundo de fake news. Por ejemplo, ¿cómo podemos saber que la información que nos llega de Marruecos es veraz?
Dependerá de la fuente. Si trabajas mucho con una fuente y no te ha fallado nunca, la puedes considerar confiable, y ya no te estoy hablando de temas sensibles, de temas “judicializables”. Ahora mismo tenemos el boom de las noticias falsas, pero también múltiples herramientas para documentar verazmente lo que publicamos, cualquiera puede tomar un vídeo con un teléfono…
Los videos son fácilmente manipulables.
… pero también hay herramientas sencillas para detectar esa manipulación. Cuando salieron los papeles de lo que nosotros llamamos Chris Coleman o Marruecos Leaks ( un enigmático usuario de Twitter, identificado como Le Makhzen, usando la cuenta @chris_coleman24, que filtró y difundió por los medios de información internacionales una serie de materiales clasificados provenientes, supuestamente, de fuentes diplomáticas en Rabat, en 2014), que salían cada día veinte documentos, yo los tenía todos, pero tuve que ponerme en contacto con alguien para poder verificarlos y publicarlos, porque un pdf puedes saber si está manipulado o no, un video puedes saber si está manipulado o no, una grabación, también, con las aplicaciones que hay ahora mismo, puedes hacer una comprobación de fiabilidad. Pero el tema no está aquí, sino en quién te ha hecho llegar esa información y para qué fin. Quién tiene interés en que yo publique esa información en ese preciso momento. La venganza y el rencor son las causas habituales, pero si a mí me sirve y compruebo que es cierta, la publicaré sin dudarlo. El 30 o 40 % de la información que he publicado, me ha llegado por esa vía.
Cambiando de tema, has comentado en la conferencia y después, en privado, que el problema polisario se va a enconar, que el hartazgo de las nuevas generaciones de jóvenes que viven en los asentamientos del Sáhara Occidental acabará produciendo un rebrote de la violencia, y eso obligará a actuar, de una vez por todas, a la comunidad internacional. En esa “comunidad internacional”, en España en particular, los Estados y las instituciones apoyan, casi sin fisuras, la postura oficial del Estado de Marruecos, mientras que la sociedad civil es mayoritariamente pro-polisaria. Actuar, ¿en qué sentido? Porque parece que la tendencia de los estados europeos es trasladar la “frontera de Europa” al sur de Marruecos, en contra del tópico, especialmente en Francia, de que Europa acaba en los Pirineos.
Pero ya lo es, ya es así, si Marruecos tiene un roce con España o con la Unión Europea, automáticamente abre las espitas de la emigración, se convierte en una frontera porosa, los asaltos de las poblaciones de subsaharianos que esperan su oportunidad para saltar a Europa de repente se multiplican por 100. Tenemos sus testimonios, nos lo dicen claramente, “alguien ha venido a vernos y nos ha dicho: hoy podéis saltar la valla”. Y quien puede ser ese alguien, sino las autoridades.
Sin embargo, parece que, al igual que aquí, hay una gran distancia entre cómo gestionan esto las autoridades y lo que piensa al respecto la sociedad civil.
Siempre ha sido así. La primera causa, en Marruecos, es la lengua: la élite es francófona, mientras que la mayoría de la población es de habla árabe. Para cerrar el tema que hemos comentado antes del Frente Polisario, ¿qué puede ofrecer este a la comunidad internacional? Nada, no tiene nada para negociar. ¿Qué puede ofrecer Marruecos? Primero, la lucha contra la inmigración ilegal, cuando le da la gana, y cobrando, claro, si no le tocan las narices con el tema de los derechos humanos, del Sáhara o con el Rif (desde las revueltas de finales de los años 50, la región septentrional del Rif, la más cercana al Mediterráneo y los países de la orilla europea, se encuentra en un estado cercano a la excepción, después de las protestas de 2017, más de 500 activistas fueron detenidos y encarcelados en las prisiones de Alhucemas y Casablanca. Ali Lmrabet es rifeño de Tetuán). El único ministro europeo que condenó la represión en el Rif fue el Ministro de Asuntos Exteriores holandés. ¿Por qué? Porque la población marroquí en Holanda es mayoritariamente rifeña. En el parlamento europeo fue el eurodiputado Miguel Urbán, de Izquierda Anticapitalista, integrado en Podemos, quien llevó más lejos la causa rifeña. El resto, Partido Socialista español y francés incluidos, apoyan sin fisuras al Gobierno marroquí. En una entrevista con el que fue director del CNI, Jorge Dezcallar, que había sido embajador en Marruecos, me dijo que el gran mérito de Moratinos había sido que que los gobiernos socialistas españoles estuvieran directamente con Marruecos.
Y no olvidemos el tema del terrorismo islamista.
No, claro, ese es el segundo argumento de Marruecos. Pero es que en eso hay mucha exageración, cuando se dice que Marruecos tiene mucha información, que la tendrá, pero mira, cada més se anuncia la desarticulación de una o dos células islamistas, siempre las mayores hasta la fecha. Si es cierto, es inquietante, y si no, lo que está creando es la imagen de que son muy eficaces en la lucha contra el terrorismo. En el atentado de Imlil, en que fueron degolladas dos senderistas escandinavas hace apenas un mes, uno de los detenidos ya había estado fichado y condenado a cárcel por una causa similar… ¡y liberado! Y además, no fueron los servicios secretos marroquíes los que arrestaron a los fugitivos, fueron el vendedor de cacahuetes y el vendedor de agua de la estación los que dieron la alerta al ver a unos hombres a los que les asomaban unas espadas subir al autobús. Y fueron a la policía normal, no a la secreta. Marruecos vende mucho la moto de ser el gendarme de la frontera, de ofrecer información vital para la lucha terrorista, a cambio de la ayuda, o directamente el echar la vista hacia otro lado, de las democracias occidentales respecto del Sáhara o el Rif. Y les funciona, ¿pero hasta cuándo?
Con esa realidad de la sociedad civil, ¿es posible un islamismo democrático?
El ejemplo de eso es En Nahda, el gran partido islamista tunecino, que hace unos años tenía en su programa político imponer la sharia, la ley islámica, pero como vieron que la sociedad civil estaba en contra, Ganuchi, su líder, hizo unas declaraciones públicas diciendo “si la imposición de la sharia va a enfrentarnos, nosotros la sacamos de nuestro proyecto político”, y eso hicieron. Túnez es el ejemplo. Lo mejor que tenemos en Marruecos es que los dos grandes movimientos islamistas, uno dentro del sistema, el partido Justicia y Desarrollo, del actual Jefe de Gobierno, Saadeddine Othmani, no es violento y está institucionalizado, mientras que la asociación Justicia y Espiritualidad, que es al gran movimiento islamista, tolerado aunque no legalizado, no es violento tampoco. Los violentos son los salafistas, pero son una ultra-minoría. Incluso dentro del salafismo encuentras dos facciones, los yihadistas que sí, se van a Siria a luchar y hacer la yihad, pero no están dispuestos a cometer asesinatos indiscriminados, y luego sí, la facción ultraminoritaria de salafistas que sí están dispuestos a matar mujeres, niños y hacer lo que sea para crear terror.
Pero lo que vende en los medios es esto...
Por supuesto, cuando tú sales en la televisión decapitando a alguien, esa “información” va a sobreponerse por encima de cualquier otra. Pero ojo, en Marruecos no había un movimiento tan mayoritario pidiendo la pena de muerte como el que ha provocado la muerte de estas chicas, noruega y danesa, decapitadas.
"Hasta la aparición de Vox, España era un ejemplo para Europa"
¿Y cómo ve esa sociedad civil los movimientos ultraderechistas y racistas en Europa?
Bueno, mira, respecto de lo que estábamos hablando, lo que necesitamos en Marruecos (y en todos los países islamistas) es una sociedad abierta, que en Marruecos existe, y un partido islamista que haga lo que hacía el PP aquí, aglutinando toda la derecha y la extrema derecha bajo un solo paraguas. Hasta la aparición de Vox, España era un ejemplo para Europa. Respecto de los nuevos movimientos, en Marruecos la gente no conoce Vox, y el FN francés ya lo tienen asumido, y saben que hay un cordón sanitario en Francia que va a impedir que lleguen al poder. Para los marroquíes nada ha cambiado, ni la existencia de Vox, ni la del FN, ni la de Salvini, para la mayoría piensa que esta gente, en su país, haga lo que quiera. Al fin y al cabo, la gran mayoría de la población no emigra, lo que aquí se puede ver como un gran flujo migratorio (me refiero a la población árabe, marroquí, argelina, tunecina, no a la subsahariana), realmente es muy minoritario. Sí tenemos una importante población emigrada a España, Italia, Francia o los Países Bajos, pero para los marroquíes, ya son españoles, italianos, franceses, holandeses o belgas, en todo caso es su problema.