VALÈNCIA. Hace apenas unos días que han recibido el máximo premio de la música argentina, el Oro de los Premios Gardel, por su último álbum. Sin embargo, la celebraciones no se pueden alargar mucho, pues en la cocina tienen dos fuegos encendidos: el primero, el de la gira internacional que les traerá este verano a España; el segundo, un inminente nuevo álbum que requiere toda su energía. Hablamos de Miranda! La banda argentina lleva años cosechando éxitos, una carrera cocinada a fuego lento y siendo fieles a un menú en el que los ingredientes principales son pop, pop y más pop. Y es que si algo funciona, ¿para qué cambiarlo?
Hablamos con Ale Sergi, quien junto a Juliana Gattas lidera el proyecto, una conexión trasatlántica que nos permite entrar en su estudio, donde trabaja para seguir avanzando en el disco que dará el relevo a Hotel Miranda!, con el que celebraron su legado a través de colaboraciones con artistas como Andrés Calamaro o Lali. Ahora ponen rumbo al Nuevo Hotel, también un álbum de colaboraciones aunque, en este caso, con temas nuevos, una propuesta de la que ya han desvelado un primer corte junto a Kenia OS, la canción Siempre que lo beso.
Madrid, Sevilla y Bilbao serán las primeras paradas -el 27, 28 y 29 de junio- de un tour que servirá para despedir Hotel Miranda! y dar paso a una nueva etapa, un show que promete ser toda una "fiesta" y que, entre otras citas, también pasará por Alicante el 8 de agosto, como parte del festival Noches Mágicas, y València, el 6 de septiembre en la Sala Moon.
-Hace ya más de quince años que llegasteis a España como teloneros de Fangoria, ¿cómo recordáis ese desembarco?
-Fue increíble para nosotros contar con la venia de Fangoria, que nos presentara a su público. Nos gusta que nuestra música se escuche en la mayor cantidad de lugares posibles, pero particularmente España es un país especial para nosotros porque mucha música pop que escuchamos ha surgido de ahí. Cuando empezamos a tocar, grupos como La Casa Azul o Fangoria eran un poquito nuestros faros, eran los primeros grupos que escuchábamos haciendo pop en español. En Argentina no era tan usual. Cuando nos enteramos que los Fangoria querían que tocáramos con ellos y que les había gustado nuestro disco, estábamos como locos. De hecho, recuerdo que les pedí que me firmaran el disco de El extraño viaje, estábamos en los camerinos como fan y como artista. Fue un momento muy hermoso.
-Hablas de Fangoria y La caza azul como faros, pero Miranda! también es una institución.
-Es el curso natural de las cosas. Nosotros tocamos para la música, más que para nosotros o para el público, tocamos para que la música crezca y evolucione y nos sentimos parte de la cadenita musical argentina. No fuimos los únicos, había otros grupos investigando ese tipo de música, pero sí somos los que nos volvimos más populares. De alguna manera, antes de los 2000 no se entendía que el pop en Argentina pudiera hacer el mismo circuito de los grupos de rock, estaba muy ligado a las producciones televisivas, a grupos de casting y ese tipo de cosas. Ahora me parece que eso cambió bastante, es un estilo más respetado.
Además, hay muchísimos artistas jóvenes, como Emilia o María Becerra, que si bien tienen algunos número urbanos, también tienen canciones muy pop. No sentimos que hayamos cambiado nosotros solo eso, pero fuimos un eslabón de esa cadena de la evolución de la música Argentina. Al final hacemos la música que a nosotros nos sale y nos gusta, aunque ahora está más aceptado y tiene más credibilidad. Antes se hablaba de la música pop como si fuera algo pasajero y algo sencillo de hacer y nada que ver.
- No sé si de alguna manera sientes que la escena actual es más desprejuiciada.
-Sí, sobre todo a un nivel popular. En un nivel más underground siguen existiendo las escenas porque son pequeños nichos donde se van creando nuevas, y ahí sí hay una cuestión más de pertenencia. Pero cuando eso se lleva a un festival más grande no hay problema en mezclarse, y eso antes no era tan usual. Ahora vas a un festival y puedes ver a un grupo más rock, un grupo de reggae o un dj. También en los mismos repertorios de los artistas. María Becerra canta una canción pop pero también tiene un reggaetón, una bachata y una cumbia. Es también un poco la generación playlist. A nosotros nos gusta, siempre fue nuestro espíritu. No tanto en el repertorio, porque siempre vamos con ritmos más discotequeros, pero lo que sí hacíamos era mezclarnos con artistas de distinto género. Hemos tocado con Fangoria y después veníamos a Buenos Aires y tocábamos en un festival donde cerraba un folklorista. Mientras nosotros no cambiemos lo que hacemos, ¿por qué no mostrarnos en escenarios diferentes?
-Lo que está claro es que habéis mantenido el pop como pilar de vuestra propuesta, en unos años donde lo urbano ha ido ganando terreno. No sé si en cierta medida sentís que nadáis a la contra de la tendencia.
-Estamos siempre al pendiente de lo que se escucha, más por curiosidad que por otra cosa. Sí que nos interesan las tendencias y sí que tratamos de estar un poco un poquito a tono. Lo que sí siento es que lo que siempre es tendencia, más allá del ritmo, es la claridad, es la canción clara que comunica a varios niveles. Eso es el pop. La canción pop lo que hace es enganchar, es buscar al oyente constantemente, con un gancho atrás de otro, sin diferenciar a qué oyente. Se trata de hacer una canción súper clara que la puedas entender vos, mi mamá, mi abuela y un bebé. Después, el ritmo que le quieras poner puede ser diferente. Creo que a muchas canciones que a veces se le llaman urbanas o reggaetones es por una cuestión estética, pero no dejan de tener ese estribillo que te engancha, no dejan de tener esa letra con la que puedes de alguna manera empatizar y eso me parece que es algo muy propio de la música pop.
-Si hiciéramos una receta de una buena canción pop, ¿qué otros ingredientes no pueden faltar?
-No hay una fórmula, pero tiene que ser clara. Por más que tenga doble lectura, se tiene que entender. A mí me divierte mucho también que la canción a primera oída parezca una cosa, pero después si te pones a investigar, escuchas otras capas por debajo que le dan otra riqueza más. Por otro lado, el pop son momentos satisfactorios. Es como TikTok, es como comerte algo rico, una canción pop te tiene que dar satisfacción todo el tiempo. Yo creo que el pop tiene que provocar esos momentos y no se tiene que avergonzar de ello. A mí me alcanza y me sobra con tener mucha diversión por pequeños ratitos, siento que me hace la vida mucho más fácil.
-En estos años además habéis hecho un ejercicio de revisión de vuestro catálogo con Hotel Miranda!, ¿cómo ha sido mirarse desde fuera?
-Fue muy placentero porque nos rodeamos de gente que admirábamos mucho, tanto cantantes como productores. Básicamente lo que hicimos fue darles libertad para que ellos hicieran lo que quisieran. Nos interesaba mucho ver qué enfoque le daban otros artistas, hasta inclusive en la elección del repertorio, porque a algunos les habíamos propuesto dos o tres canciones y eligieron otra diferente. Dijimos a todo que sí porque que el disco lo hicieran por nosotros, porque nosotros ya lo habíamos hecho, nos parecía mucho más rico, además de la oportunidad de aprovecharnos del talento de artistas como Christian Castro, Andrés Calamaro, María Becerra, FMK... La premisa era: la canción es así, ¿qué se te ocurre hacer? Y ellos nos la devolvían con una propuesta. Fue muy bonito.
-No sé si este proyecto le hace pensar a uno sobre su legado...
-Sí. Justo hace unas semanas nos dieron el Oro en los Premios Gardel, el más importante de la noche, por este último disco. Siempre participamos, estuvimos nominados y ganamos varios [en la categoría] de disco pop, pero nunca este. De todas formas, a nosotros no nos gusta ponernos a reflexionar sobre lo que hemos hecho, lo que hemos cambiado en la cultura, preferimos sentirnos parte de algo. Pero es verdad que recién tomamos esa conciencia y se sintió como una bienvenida a la familia de la música argentina. Que en tu propio país se te premie es hermoso, yo sentí también que de alguna manera se nos daba a nosotros ese premio en nombre del pop argentino, que es un estilo que antes estaba un poquito vapuleado y ahora se lo respeta de otra manera.
-Estamos hablando, además, en el mes del Orgullo LGTBIQ+, ¿por qué creéis que existe esa conexión entre Miranda! y el colectivo?
-Pasado el tiempo me puse a analizar y pensé que es una comunidad que ha sido tan golpeada, que alcanzaba con que alguien no los niegue para que te abracen. Yo no siento que hayamos hecho nada especial por nadie, pero siempre respondimos honestamente a todos los cuestionamientos porque al comienzo, sobre todo en Argentina y en México, lo que nos preguntaban, lo que querían saber era si éramos gays y a nosotros nos parecía tan ridículo. Nosotros veníamos de la escena de la discoteca, donde bailábamos todos juntos, nos maquillábamos y no juzgabas al otro. Mucha gente nos quiso encasillar, medio ofensivamente. Pero a nosotros no nos ofendía.
El análisis que hago es ese, creo que lo único que hemos hecho realmente ha sido no negarlos. En estos años hemos recibido mensajes, por ejemplo, de chicos que vivían en el interior del país, donde todavía hay muchos prejuicios, y nos cuentan cómo escuchar Miranda! era un escape para ellos. Justamente la música es para que sirva como compañía para la gente, porque así la uso yo. La única entidad en el mundo que no me ha defraudado es la música, después todo, pero la música jamás.
-Después de Hotel Miranda!, ¿cuál es la siguiente parada?
-Estamos trabajando en un proyecto de colaboraciones que se llama Nuevo Hotel, porque justamente seguimos siendo los dueños de un hotel donde empiezan a pasar cosas diferentes. Antes abducíamos nosotros a los artistas para que trabajaran en el hotel, ahora es al revés, son unos extraterrestres los que nos extrajeron la información, son los huéspedes los que se meten en nuestra mente. Son todo temas en clave súper pop, canciones nuevas y con muchas colaboraciones, entre ellas también con un artista español.
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