ALICANTE. Adentrarse en época navideña en Alcoy es acierto seguro. Si la semana pasada en Alicante Plaza hablamos de los dos primeros puntales que sustentan la reconocida trilogía del Nadal alcoià –les Pastoretes y el Ban Reial-, hoy nos adentramos en la Cabalgata de Reyes Magos.
La festividad de la Epifanía en Alcoy tiene una personalidad propia este acto, que se documenta por primera vez en el año 1866, si bien es a partir de 1885 cuando la Cabalgata adquiere las características que la definen y que la han convertido en la Cabalgata de Reyes Magos más antigua de España. Participan cerca de un millar de personas. Y es que, como reza el escrito de la resolución publicada en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana el 26 de diciembre de 2011, “es la proclamación de la ilusión de los niños hecha realidad, una celebración que, si bien está extendida en toda España y en la Comunitat Valenciana cuenta en la ciudad de Alcoy con un distintivo que la hace singular, especial y única”.
El director de Archivos y Bibliotecas de Alcoy, el historiador Josep Maria Santonja, fue el encargado de plasmar en papel la documentación en la que se ha apoyado durante 134 años la magia navideña de Alcoy. “No sólo se trata de su antigüedad, sino de su propia configuración y contenido. Sin embargo, no hay que olvidar que el visitante no se topa con algo espectacular, sino que es un acto muy sencillo”.
Es la primera vez que se codifica el acto. “Es, cada vez, más popular”. Es en realidad una ambiciosa puesta en escena de la Epifanía, que culmina en la noche de cada 5 de enero. El inicio de la fiesta de los Reyes Magos como cabalgata, reparto de presentes a niños y enfermos, se fecha en Alcoy en 1866, tal como lo recoge el Diario de Alcoy, como ya hemos mencionado. Sin embargo, las circunstancias de la época impiden que esta novedad arraigue en el calendario navideño local y se pospone su continuidad hasta 1885, cuando se recupera la celebración de la Cabalgata de Reyes Magos gracias a una sociedad recreativa local, El Panerot.
“Desde este año una estrella abre la comitiva enseñando a los Magos el camino a seguir, como en los relatos evangélicos”, señala el documento. “Y, además, desde estas fechas se instalará un belén, lugar al que llegarán los monarcas para adorar al Niño Jesús. En 1887 se introduce la novedad del telegrama, que hecho público el día anterior a la Cabalgata, anuncia a los niños la inminente llegada de Sus Majestades”.
También arraiga en estos años iniciales la figura de los pajes, jóvenes servidores de los Reyes Magos que, tiznados de color negro, se encaraman a los balcones de las casas por medio de escalas de madera para entregar los regalos a los niños. Por cierto, los mismos que han suscitado estos últimos años las críticas por parte del colectivo Afroféminas, llevando a una probablemente necesaria reflexión.
La Sociedad El Panerot no ignoraba las difíciles condiciones de las clases populares, así como del gran número de huérfanos o personas mayores que vivían asilados en diferentes establecimientos asistenciales de la ciudad. Para que estas personas no quedasen sin su correspondiente obsequio de Reyes, la Sociedad realizaba suscripciones entre sus socios y el resto de vecindario para obtener fondos con este fin.
En 1894, el Ayuntamiento de Alcoy comenzó a colaborar mediante la distribución de regalos y bonos de alimentos de primera necesidad entre la población más necesitada. Aunque en 1914 esta entidad deja de organizar la Cabalgata, le continuarán otras sociedades, agrupaciones o filaes con el fin que la Cabalgata no menguara en su brillantez y popularidad. Tras la guerra civil, la Cabalgata pasa a ser organizada por el Frente de Juventudes, junto al cual colaboran numerosos comercios y entidades de la ciudad.
En 1967 se suma a la organización el propio Ayuntamiento a través de la Comisión Municipal de Fiestas, con lo cual los desfiles ganan en prestancia y participación, al contar también con la colaboración de la Cruz Roja Local y los miembros de las tres bandas musicales de la localidad. Este impulso municipal dio paso en 1970 a una nueva entidad nacida específicamente para potenciar la Cabalgata alcoyana, la Asociación de Amigos y Damas de los Reyes Magos, bajo el lema ‘Cap xiquet sense un joguet’.
En 1972 se introducen por primera vez camellos y dromedarios sobre los cuales cabalgan los Reyes de Oriente, así como varía el orden del desfile, pasando el rey Baltasar, conocido popularmente en Alcoy como ‘el Rei Negre’, a figurar en medio de los otros dos monarcas, y no al final como es habitual en el resto de las cabalgatas del país. Ambas novedades, cabalgaduras y cambio de ubicación del mago, arraigan en el desfile y se convierten en elementos tradicionales de la Cabalgata alcoyana.
Los motoristas de la policía local abren el desfile, siendo precedidos por los Heraldos de la ciudad, que anuncian al portador de la Estrella, el cual encabeza y guía esta Cabalgata. Irrumpen en la escena los primeros pajes. Cada rey va acompañado por sus pajes y antorcheros, quienes distribuyen los paquetes sirviéndose de largas escalas de mano con las que ascienden a los balcones de las casas. El séquito de los Reyes llega a la plaza y los soberanos descienden de sus cabalgaduras y caminan hacia el Nacimiento.
El momento de la Adoración al Niño Jesús se adorna con el efecto de las bengalas distribuidas entre el público, y el acto se solemniza con fuegos de artificio, volteo de campanas y efectos de megafonía con la interpretación del Magnificat de Haendel. Prosigue la comitiva en su desfile por el itinerario, con la pompa y la solemnidad que caracteriza esta Cabalgata. El día 6 de enero, por la mañana, los Reyes visitan diversos centros asistenciales de la ciudad para entregar obsequios y felicitar las fiestas a todos aquellos residentes que no han podido presenciar la Cabalgata.
El itinerario de la Cabalgata de los Reyes Magos de Alcoy solía recorrer, hasta las 21.30 horas, algo más de dos kilómetros y medio de camino a través de las calles El Camí, Sant Nicolau, plaza de Espanya, avenida del País Valencià, el puente de María Cristina, el paseo de Cervantes, la calle de Els Alçamora, el puente de Sant Roc y L’Alameda. Un trayecto que este año se acorta, suprimiendo los dos últimos puentes, ya que pondrá punto final, por primera vez, en la desembocadura de País Valencià.
El concejal de Cultura, Raül Llopis, ha justificado la decisión “por el frío” que suponía para sus participantes, además de que “ya se perdía la magia” al final del recorrido. “Es cierto que a la altura de Cervantes ya se pierde iluminación… En definitiva, se ha intentado ajustar a otro recorrido que también se ha acortado, el de los Moros y Cristianos”. Así lo explica Santonja, quien recuerda que ha sido un itinerario “que ha ido cambiando” a lo largo de la historia.
“Lo importante es mantener la esencia. Hasta que la trilogía navideña no fue declarada BIC, ya que insistimos para que no solo fuera la Cabalgata, no había ningún guion; nos teníamos que basar en la tradición oral”, asegura. Ahora, personajes exclusivos de Alcoy como el Tio Piam, así como partituras creadas ex profeso para la ocasión –L’Entrà de Reis, pasacalle de Camilo Pérez Monllor, escrito en Cádiz para El Panerot–, se mantienen intactas, con la renovación anual por estas fechas, en el imaginario colectivo.