EL MURO / OPINIÓN

Ahora más Sorolla

24/04/2022 - 

VALÈNCIA. Esto de las efemérides siempre hay que cogerlo con pinzas. Porque no sólo se trata de unir un cúmulo de voluntades sino de coordinar proyectos serios, finos y bien estructurados si lo que se busca es un verdadero fin común y no cumplir sólo un expediente pasajero. A nosotros o nuestra autonomía con esto de las celebraciones de centenarios, cincuentenarios y hasta 18 años como hizo en su día el IVAM no nos ha ido muy bien, salvo para lucir palmitos, repartir cargos eventuales y pasar rápidamente página. De hecho, aún estamos pendientes de que alguien nos explique con claridad y datos objetivos qué ha sido o cuáles han sido los resultados del Año Berlanga, esto es, conocer gastos, datos, asistencia…vamos, un balance en toda regla. Para eso dejamos por el camino un dineral y hasta el nombramiento de dos comisionados diferentes, cada cual a lo suyo y sin aclararse entre ellos.

Ahora estamos o está nuestra Generalitat decidida a festejar el denominado Año Sorolla en 2023 con motivo del centenario de su fallecimiento. El pintor valenciano sirve para todo. Siempre resulta una buena justificación para lo que haga falta. Atrae público y es una garantía. Sin embargo, del 75 aniversario de Benlliure que se celebra este mismo 2022 no hay noticias. No parece estar en la agenda. Sorolla vende más. Hace ruido y como lo que se busca es rédito electoral, pues lo que haga falta.

Sorolla siempre ha sido un buen reclamo, aunque también esté muy bien estudiado. Luego, habría que buscar alternativas de sorpresa. Pero como de lo que se trata es de montar un par de exposiciones, en este caso con los Sorolla de La Habana, la colección requisada a la burguesía cubana en su día y que ya se vieron por aquí en los ochenta del pasado siglo, y de paso un par de conferencias o uno de esos encuentros de rigor, pues asunto garantizado. Es lo que se vislumbra por el horizonte.

“Nosotros estamos más centrados en el Año Fuster, que se creó la comisión hace unas semanas y en el Año Sorolla. En este momento estamos reactivando el tema de los Sorolla de La Habana y estamos trabajando en un par de proyectos más con Presidencia. El Año Benlliure la verdad es que no nos hemos metido aún, no nos han convocado ni se ha convocado una comisión”, confesaba hace unos días la directora de Patrimonio Carmen Amoraga en estas páginas a preguntas de Carlos Garsán. Todo queda dicho. Así que a esperar resultados. Si no avisan, nada de nada.

Amoraga dejaba otra guinda a lo largo de sus irregulares declaraciones pero siempre tan sinceras cuando se le preguntó por el cacareado museo dedicado a Sorolla del que habló el propio President de la Generalitat Ximo Puig hace años. “No se ha avanzado en ese tema”, concluyó. Normal. Lo más interesante vuelve a quedarse en el limbo de las declaraciones institucionales.

Es más, si no recuerdo mal, una de las primeras decisiones del actual Consell fue eliminar del Museo de Bellas Artes de Valencia, San Pío V, las salas que se habían abierto dedicadas a Sorolla. Sí, no eran nada atractivas en su conjunto, es cierto, pero si en todos estos años de Gobierno nadie ha avanzado lo más mínimo es que esto de Sorolla vuelve a ser una excusa, como lo fueron los seis millones que Bancaja se gastó en su conjunto en traer los Sorolla de la Hispanic Society para su exhibición en la Fundación, tres de ellos en pago directo y que se dedicaron  a restaurar con alegría la sede de la entidad en Nueva York esa que visitamos en Harlem con “tanta asiduidad” los valencianos.

Cuentan los expertos que entre las instituciones valencianas puede que se posean en torno a sesenta/ochenta obras de Sorolla que bien conjuntadas con otros artistas de la época, coetáneos, discípulos y seguidores podrían dotar a Valencia de un museo Sorolla o del XIX de cierto y atractivo nivel. Bien organizado y trabajado con la propia Casa Museo Sorolla, que es por cierto del Ministerio de Cultura, podría generar un buen flujo de intercambio de obras y proyectos expositivos y estudio de una época capital para el arte valenciano como lo fue el Siglo de Oro. Total, sólo habría que poder de acuerdo al Ayuntamiento de Valencia, el Ministerio, la Diputación y el Consell y tendríamos un centro de interés global y no más salas de exposiciones que sólo sirven para justificar cargos medios y proyectos efímeros.

Pero eso da mucho trabajo. Y luego está el control. Por supuesto. Porque aquí lo que interesa no es el progreso sino el control. ¿No hemos pagado un dineral por la compra del edificio de Correos en la misma plaza del Ayuntamiento? Pues ya tienen sede más allá de usar sus balcones después de casi 30 millones de gasto para agasajar paisanos en sus balcones y encargar blusones durante las últimas mascletas.

Pero pare eso hay que tener interés y sobre todo proyecto. Lo de conmemorar centenarios es lo fácil ya que se trata de poner dinero para que otros lo monten. Lo complejo es tutelar un proyecto de altura, ciudad y calidad que es lo que nos hace falta. Todo lo demás, populismo mientras no se demuestre lo contrario.