ALICANTE. Hace dos semanas que se clausuró la que en la memoria –y en los datos objetivos- ha sido la Feria del Libro de Alicante que más se ajusta a este concepto de zoco y lugar de encuenro entre letra impresa y lectores. Atrás queda el rugido de la ciudad atenazando el corazón de los participantes en las diferentes actividades, tanto en el Espai Llegim habilitado con más o menos acierto como una tienda nómada en medio del desierto, como en cada una de las casetas individuales de las 21 librerías presentes, a modo individual o bajo el paraguas colectivo de gremios y asociaciones, y de las instituciones que okupaban el exiguo espacio de la alameda central del Paseo de Soto, con la cabeza descansando a los pies de la transitada Plaza de los Luceros, Estels o Cavalls, y los pies sobre la en breve desacralizada Cruz de los Caídos. La tinta empleada en las firmas por los Javier Cercas, José Luís Ferris, Espido Freire, Nach, Paco Gómez, Pablo Auladell, Paz Castelló o Luís Leante, entre las 209 organizadas, seguro que ya ha secado lo suficiente como para que sus receptores las coloquen entre sus capturas más preciadas.
Ahora que la Feria ya no está más que en el recuerdo de lo que será 2018, ahora que llega ese momento del año en que el tópico decide que hay que buscar momentos para la lectura, ya que las vacaciones y los largos días de luz son propicios para esta actividad, llega el momento también para proponer títulos y autores para que los lectores puedan visitar cualquiera de esos lugares de intercambio comercial con libros que conocieron en forma de cubículo provisional, o algún otro que sea de su agrado o costumbre.
Marta Sanz. Clavícula. Anagrama, 2017.
“Voy a contar lo que me ha pasado y lo que no me ha pasado.
La posibilidad de que no me haya pasado nada es la que más me estremece”.
Con este brevísimo capítulo no numerado da inicio la confesión de Marta Sanz, autora y narradora, autor y personaje, que es la doctora en Filología madrileña que en 2010 publicó Black, black, black y en 2014 La lección de anatomía, pero que también no lo es, un trasunto de hipocondría y obsesión que en un determinado momento la lleva a exclamar “Voy a las consultas y me sonrío pensando en lo caras que le salimos las locas a la seguridad social”.Sanz es una de las nuevas voces de la literatura hispánica que despuntan por su falta de pudor, su prosa al mismo tiempo académica y heterodoxa, y su compromiso social y político, explícito y presente en las líneas de su narrativa, y también de su ensayística.
Una anécdota vital, un dolor súbito al inicio de un viaje de trabajo, trabajo literario, de los de mucha sociabilidad y tiempos muertos, surge como origen de una reflexión alrededor del deterioro del cuerpo, del autoconocimiento, de la autoparodia: “A veces imagino que mi dolor no apareció en el incómodo asiento -17C- de una aerolínea mientras sobrevolaba el Atlántico y leía las memorias de Lilian Hellman. Que nada es realmente tan libresco ni tan intelectual”. En Clavícula, Marta Sanz se zambulle en las profundidades del dolor de su Bósforo de Almasy.
Paco Gómez. Proyecto K. Fracaso Books, 2016.
Después del fulgurante Los Modlin, el fotógrafo Paco Gómez continuó su borgiano camino de investigación sobre la relación entre el mundo de la imagen y la literatura. En un nuevo trabajo de autoficción, Gómez traslada al papel, una vez más con un estilo cercano y fluido, marcado por la utilización narrativa de las imágenes fotográficas, como un elemento gramatical más, a veces como un recurso estilístico, siempre con la preocupación por su intromisión en el mundo onírico de lector, la historia de un fotógrafo que en un momento propicio al cambio en su vida, encuentra un anuncio en las páginas salmón del diario del domingo que dice los siguiente:
SE PRECISA:
- Titulado/a en ingenieria técnica o licendiado/a en matemáticas
- Experiencia en análisis de modelos numéricos complejos y programación
- 2 años de experiencia en positivado de laboratorio fotográfico profesional B/N
- Disponibilidad para instalarse en el centro de Europa por tiempo indeterminado
- Curiosidad y confidencialidad extrema
SE OFRECE:
- Facilidades de residencia y remuneración mínima
- Remotas posibilidades de crecimiento
IMPRESCINDIBLE CASTELLANO
INTERESADOS ENVIAR CV Kafka Society / Václavské námesti… Praga, Repúbica Checa
Publicado de nuevo bajo el sello propio FracasoBooks, con el sistema de crowdfunding, Gómez demuestra que la calidad literaria va a menudo unida a la independencia más absoluta, haciendo un uso canónico, de estudio, de las redes sociales y los nuevos mecanismos virtuales para la creación, la edición y la publicación.
Eduardo Halfon. Clases de chapín. Fulgencio Pimentel, 2017.
La obra del guatemalteco Eduardo Halfon se encuentra diseminada por entre un variado abanico de propuestas editoriales, desde nuevos sellos de selecta autonomía y reducido tamaño, a ramificaciones de grandes grupos editoriales. En 2017 han llegado a las librerías algunas ediciones y reediciones de sus títulos emblemáticos. La riojana Fulgencio Pimentel, comandada por el patrón César Sánchez, arropado por el Best boy Alberto García Marcos, la fast&furious Joana Carro, la Script Margarita Olave y el X-Nerd Daniel Tudelilla, autores de una de las apuestas más estéticamente sobresalientes del nuevo panorama editorial hispano, culpables de la fascinación por sus cubiertas de tapa dura con tacto de tela y tipografía con efecto de hueco, han incluido en su colección La principal esta nueva selección de relatos de Halfon, que recoge algunas colecciones publicadas previamente, en tres epígrafes lectivos: Clases de machete, Clases de dibujo y Clases de hebreo. “Un chapín es un tipo de sandalia española con alzas, y ‘chapines’ es como se conoce a los guatemaltecos en buena parte de América”. La literatura fragmentada de Eduardo Halfon, compuesta como si de repente los focos se encendieran sobre un decorado prefijado de la memoria, íntima o colectiva, y mostraran una estampa fortuita que acaba en el momento en que estos mismos focos se apagan con un chasquido, dejando al lector con la sensación de que pertenecen a una línea argumental más amplia, universal, se convierte en hipnótica y adictiva, más allá del puro interés por los personajes y su devenir.
Edmundo Paz Soldán. Los días de la peste. 2017.
El boliviano Paz Soldán, nacido en 1967, se convirtió con Días de papel, publicada en 1992, en uno de los autores más representativos del grupo McOndo, al ganar el Premio Erich Guttentag. Forma parte de ese nutrido grupo de autores latinoamericanos vinculado a las diferentes instituciones de educación superior o investigador norteamericanas. En esta obra hace uso de una técnica narrativa que surge desde el pozo del realismo mágico para convertirse en realismo de magia negra, con destellos de una lírica de la violencia que fascina al mismo tiempo que repugna, en un bucle producido por la yuxtaposición de frases cortas y diálogos no marcados. Un mundo carcelario tras el que se intuye la opresiva inmensidad de las Carceri d’Invenzione de Giovanni Batista Piranesi. “La Casona es mucho más que una cárcel: es un enigmático microcosmos cuyos habitantes se resignan a su extraña suerte. No hay escape, no hay refugio más allá de los muros, ni para los presos ni para el gobernador y sus guardias”.
Sherlock. Jay, Steven Moffat, Mark Gatiss. Norma Editorial, 2017.
La última de esta primera serie de propuestas se sumerge en el océano del cómic, en el mar del manga, en un interesante crossover entre oriente y occidente, la versión en cómic manga, con su estética, su formato de lectura de derecha a izquierda, su formato de edición en pequeño volumen de bolsillo, que el dibujante Jay ilustra sobre los guiones originales de Steven Moffat y Mark Gatiss, creadores del último gran pastiche audiovisual del personaje de Arthur Conan Doyle. Sherlock Holmes es Benedict Cumberbatch, el Dr. Watson es Martin Freeman, en la serie de la BBC, y claramente reconocibles en esta versión manga que se lee con la fascinación de lo chocante, y el deleite de los productos muy bien acabados. Se han publicado los volúmenes Estudio en rosa y El banquero ciego. Esta última comienza con un incidente en un banco: alguién entró durante la noche y dejó un código misterioso, Sherlock Holmes deduce que ese código es un mensaje dirigido al banquero Van Coon, pero el banquero ha sido asesinado en su casa... a partir de aquí, la renovación estilística del mejor detective de todos los tiempos, desde la pantalla, a las viñetas inversas de la tradición del cómic japonés.