Ágatha Ruiz de la Prada en el foro Cámara Business Club (FOTOS: Rafa Molina)
FOTOS: Rafa Molina
ALICANTE. La conocida empresaria y diseñadora de moda Ágatha Ruiz de la Prada (Madrid, 1960) era la invitada de este lunes, 22 de enero, en la nueva cita de Cámara Business Club, que en esta ocasión se celebraba en el restaurante alicantino Petímetre, en la playa de San Juan. Según explicaba la creadora, “identidad, comunicación y producción constante” son las tres patas del éxito para cualquier empresa. Conceptos que se dan, por tanto, en su propia firma. Elementos con los que espera que su marca continúe cuando, un día, no pueda estar al mando. “Mi estilo es tan fuerte que se puede trabajar sin mí y me sobrevivirá; tengo bastante fe en ello”, sentenciaba en esta nueva sesión del foro impulsado por la Cámara de Comercio de Alicante, bajo el título Arropando el talento, con el fin de acercar a los socios de la entidad el ingenio de las figuras influyentes del ámbito sociocultural y empresarial.
Jesús Navarro, CEO de Carmencita, era el encargado de dar la bienvenida al evento y lo hacía recordando la expectación suscitada por la cita anterior con el expresidente José María Aznar. Una expectación que veía superada en esta nueva ocasión, según destacaba. “Vosotros dais cuerpo a este club y es un orgullo veros aquí a todos hoy”, afirmaba, refiriéndose a los socios de la Cámara de Comercio, e introducía a la invitada. “Cuando uno construye una marca, sabe lo difícil que es construir una marca”, explicaba desde su vivencia. “Si, además, esa marca se identifica con una persona, como ocurre con Ágatha Ruiz de la Prada, pues el mérito es doble”, destacaba el CEO de Carmencita. “Ágatha es una mujer sincera; una mujer que lo ha tenido todo en contra, a pesar de pertenecer a la aristocracia, pero que ha sobrevivido y está aquí con nosotros”, destacaba Navarro sobre la protagonista.
“Estamos en la novena edición de este club que cuenta con 90 socios referentes en nuestro territorio, siendo las más dinámicas empresas de nuestra provincia; hemos escuchado a políticos, economistas e incluso autoridades religiosas, pero hoy está aquí Ágatha, que es una empresaria hecha a sí misma desde la creatividad, atravesando todos los obstáculos que ha tenido por delante”, describía Carlos Baño, presidente de la Cámara de Comercio. “Su marca se expande por todo el mundo con su sello de color y alegría, y hoy nos cuenta cómo superó todas esas barreras; una mujer empresaria, lo que es una dificultad todavía mayor, aportando valor a su marca desde la creatividad”, añadía, antes de cederle el turno de palabra.
La diseñadora comenzaba su intervención rememorando sus inicios, a propósito de su último libro, Mi historia, presentado hace un año. “El mundo ha cambiado muchísimo; antes, la ‘gente bien’ tenía discreción y eso era un gran valor, pero ahora es la indiscreción lo que tiene un valor tremendo”, decía. Es por eso que se lanzó a contar en un libro “una cantidad enorme de barbaridades”, confesaba. Algo que entronca, además, con uno de los conceptos que describía como 'claves' para el éxito de las empresas. “Hay que estar comunicar todo el rato, todos los días de tu vida, hasta debajo del agua; todo es comunicación y tienes que tener cuidado con cómo dices las cosas”, describía.
Comunicar es una tarea que ella lleva grabada a conciencia. Hasta su reciente paso por el programa Bailando con las estrellas, de Telecinco, se fundamentaba en ello. “Pensé cómo podía convertirlo en un acto comunicativo; nunca creí que para ser diseñadora tendría que bailar en la televisión o contar en un libro la cantidad de barbaridades que cuento, pero la gente quiere un mensaje y una historia”, explicaba.
Sin embargo, lo que es indudable es su identidad de marca, que está directamente relacionada con su personalidad. “Ser reconocible es fundamental. A la gente le gusta reconocer y lo mío es muy fácil de reconocer; ahora lo más pijo es no llevar marca, por eso hay que ser reconocible”, aseguraba. Una identidad que se basa, según explica, en sus influencias desde la infancia. “Mi moda no se entendería si no entiendes la relación entre el arte y la moda”, apuntaba, describiendo un sector artesano que poco a poco fue incluyendo influencias artísticas. “Yo siempre he pensado en la moda como algo mucho más conceptual y relacionada con el arte”, comentaba. “Todo el mundo quiere diseño”.
“Mi estilo es tan fuerte que se puede trabajar sin mí y me sobrevivirá; tengo bastante fe en ello”, sentenciaba. Esa parte identitaria era la segunda 'clave' del éxito, mientras que la tercera, según su experiencia, se basaba en abordar una producción capaz de estar en la mayor parte de ámbitos posible. En su caso, colaborando también con importantes firmas, por ejemplo. “Siempre he soñado con trabajar con grandes marcas como Swatch o Absolut, entre otras”, apuntaba sobre firmas con las que ha realizado innumerables proyectos para llegar a públicos diferentes en soportes muy diversos. Por otro lado, apuntaba hacia el fenómeno de las fashion weeks. “Soy lo suficientemente conocida y lo suficientemente económica como para estar en todas las fashion weeks”, destacaba.
La diseñadora, que aprovechó para resaltar su vínculo alicantino —por las casas que su familia tuvo en la capital y en Polop, así como a través de su relación con Eusebio Sempere, de quien conoce toda su obra—, abordó también la evolución que ha experimentado la industria de la moda y destacó su principal objetivo en estos momentos, que es la sostenibilidad. “Mi sector era un mundo de modistas y todo eso ha desaparecido; ahora la moda se ha democratizado, porque la ropa es más barata y todo el mundo puede vestir bien, aunque la mayor conquista que ha ganado la moda a lo largo de su historia ha sido la comodidad”, relataba sobre su experiencia y su trayecto recorrido en el sector hasta hoy. “La nueva revolución es la sostenibilidad y, además de todo lo anterior, hay que ser también sostenible”, aseguraba.
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“El fast fashion genera montañas infinitas de basura. ¿Cómo es posible ese maltrato? No puedes ponerte una camiseta y luego tirarla”, reprochaba la diseñadora, apostando por la durabilidad y por reusar las prendas. “Tenemos que cambiar la mentalidad, pero eso va contra los hábitos de consumo”, sostenía. Es por eso que, asegura, el mundo está viviendo un proceso de “mucha reflexión y mucho cambio” para poder ofrecer algo que sea “artesano, barato y sostenible”, describía. “A mí el reciclaje me apasiona; he hecho todo lo que he podido al respecto y seguiré haciéndolo, porque lo llevo en el alma”, concluía.