ALICANTE. Para plasmar una historia de enredo, Lope de Vega eligió una situación que, en la época, era delirante y que, obviamente, tiene diferencias y matices en la actualidad. La viuda valenciana cuenta la experiencia de una joven viuda que no tiene intención de volver a casarse ya que prefiere ser libre para vivir su sexualidad. “Los autores clásicos nos hacen ver que no hemos avanzado tanto como pensamos”, sentencia Adrián Novella, director de esta adaptación un tanto ‘canalla’ de la compañía La Valenciana, que además supone el debut de este grupo de teatro en los escenarios y que elige un nombre casi homónimo. Tienen sus motivos y afrontan así el reto de contemporizar dicha historia con una comedia cargada de referencias actuales a través de personajes, el lenguaje, la música o la poesía. Una representación que llega a las tablas del Teatre Arniches este viernes, 19 de enero, a partir de las 20:30 horas.
— Hablar del apetito sexual de una mujer no tabú en estos momentos. ¿Cómo valoráis el camino de progreso en el que ha ido permeado en la sociedad la idea de la mujer libre hasta llegar a pleno siglo XIX?
— No es exactamente tabú, pero todavía tenemos dificultades para hablar de este tema. No sé cómo resonaría la obra de Lope en el público de la época, pero, los clásicos muchas veces nos hacen ver que no hemos avanzado tanto como pensamos. Si hace cuatrocientos años había autores con facilidad para llegar a grandes públicos que se atrevían a hablar de estos temas nos hace pensar eso.
Está claro que no existe esa presión familiar que plasma la obra, en la que ella se tiene que casar con un hombre, aunque ya haya pasado por la experiencia del matrimonio sin que le haya gustado. Hay una gran parte de esa presión que ya hemos superado, pero sigue vigente esa idea de que una mujer ha fracasado si tiene cuarenta años es viuda y sin hijos, porque no ha conseguido en su primer matrimonio responder a los objetivos que normalmente la sociedad espera de ella. Además, si le añadimos que esta mujer lo único que quiere es estar tranquila en su casa sin que nadie le moleste y acostándose con quien quiera, ese tabú, a día de hoy, no ha cambiado.
— Por especular, ¿crees que Lope de Vega lo escribió buscando solo una situación delirante o que pretendía mostrar también una visión reivindicativa?
— Es verdad que, en el papel de la mujer en el Siglo de Oro, siempre se buscaba una manera de llamar la atención. Calderón, Tirso… todos tenían una intención de ubicar a la mujer en un papel protagonista que rompía con lo establecido, desde lo más básico de travestir a una mujer, que era algo muy típico en la época, pero yo creo que hay algo más. Siempre se dice que los artistas son un poquito más liberales y quieren ir más allá. Ves el currículum personal de Lope de Vega y, no sé si es que era más avanzado, pero era el Julio Iglesias de la época.
Sí que hay algo de que los artistas estaban en otra fase. Eso lo ves en Lope, pero también lo ves en la pintura o en los grupos de teatro de entonces, que había bastantes dirigidos por mujeres. Yo creo que había algo más que simplemente el hecho de llamar la atención. Por supuesto, sí existía esa intención de ubicar a la mujer en otro punto, pero se supone que esta obra estaba basada en hechos reales, reflejando tanto su experiencia propia como amante de una mujer viuda como sus vivencias en València.
Recordemos también que la ciudad y la costa valenciana tenían una situación diferente. Se habla del Siglo de Oro español, pero también se dice que antes llegó el Siglo de Oro valenciano y eso era gracias a que se vivió una explosión cultural, artística y económica que hizo que la sociedad valenciana estuviera muy por delante de la española en su conjunto. Mientras los Borgia estaban en sus bacanales y haciendo palacetes renacentistas por toda la Comunitat Valenciana, en Castilla todavía mandaba Isabel La Católica y estábamos sumidos, prácticamente, en la Edad Media.
Creo que no es casualidad que algunas obras de Lope de Vega, como esta, hablen del Carnaval, que era uno de los más potentes que había, porque muestra la libertad y el libertinaje que había. Por lo tanto, sí creo que hay un modo de ver las cosas más avanzado de lo que nosotros pensamos. Es cierto que luego hemos tenido momentos de retroceso, pero justamente el Siglo de Oro español y más en concreto cómo se vivía en esta tierra, pues, habla de libertades y de expansión cultural y económica.
— Uno de los retos de la adaptación es, por tanto, contemporizarlo, y lo hacéis no solo con un lenguaje actual, sino que incluís referencias para el espectador con música, poesía o personajes del imaginario colectivo como las vecinas de València…
— Lope de Vega, a parte de ser el Julio Iglesias de la época, también era el autor más comercial del momento. Sabía llegar al público y este le reconocía como autor. Era un gran comediante y sabía lo que necesitaba el público para disfrutar de una buena comedia. En esta obra, él habla de una ciudad, que es València, con las características propias de esa época. Incluye personajes valencianos o de Madrid, así como elementos que pueden ser reconocidos por el público. Y no solo reconocidos, sino que son cosas que sabe que van a generar risa o momentos de comedia. Saca amigos suyos que eran conocidos o situaciones sobre las que se hablaba entonces. Por eso te planteas, como adaptador, si interesa mantener todo eso, y yo creo que el mismo Lope diría que no, porque si él lo hizo con la intención de usar referencias actuales, la obra demanda que, siglos después, se cambien esas partes por elementos del imaginario popular actual.
El que más llama la atención es el de la s vecinas de València, que está en identificado ya fácilmente en esta generación, pero Lope usaba otros que salían disfrazados de lo que sea y él público les identificaba. No hacía falta que explicara quiénes eran. Ahora sí haría falta si lees un fragmento de la obra, por eso lo cambiamos. A la hora de adaptar un clásico, si tienes una apuesta más ‘canalla’, como la nuestra, tienes que jugártela y hacer una sustitución. Si vas a hacer un trabajo de rescatar el clásico tal cual y hacer una labor museística, entonces lo respetas.
— Otro de los retos que os propusisteis era valencianizar más la obra. ¿Cómo lo habéis hecho?
— Sí. Hay una intención, por parte de la compañía, de poner en valor elementos típicamente valencianos con el pretexto de la obra, destacando esa cultura y esa idiosincrasia. Desde las vecinas de València, en lo más millennial, pero también con los Moros y Cristianos, las Fallas, la pilota y todo este tipo de cultura popular de diferentes generaciones. Pensábamos que debía estar patente todo eso para reforzar esta identidad valenciana. Lope de Vega, siendo madrileño, no dejaba de ser un espectador de esa idiosincrasia con la que no sentía un arraigo especial, aunque sí estaba presente en la obra, así que nosotros lo destacamos. Por ejemplo, en La viuda valenciana está presente el Carnaval, que en València evolucionó hasta dar lugar a las Fallas, y sentíamos que teníamos que hacer una traducción contemporánea de lo que fue a lo que es en la actualidad.
— ¿Os ha costado esa tarea de intercambiar referentes con homólogos actuales?
— No. Yo no sé si es porque tengo facilidad y me echo flores, pero no ha costado tanto. Si tú haces un trabajo, que creo que lo hemos hecho, de entender lo que Lope quiere decir o plasmar de una València de su época, tú puedes hacer el cambio. Evidentemente, quizá otra persona hubiese escogido otro tipo de referentes y de elementos. Por ejemplo, uno de los cambios que más me enorgullece a mí es el uso de la Moma del Corpus de Valencia.
Hay un momento en el que Lope habla de que ella se disfraza cuando mete al amante en su casa y la describe como una mujer enmascarada. Esa idea de mujer enmascarada a mí me llevó a la Moma del Corpus, que no es tan conocida como el referente de las vecinas de València, pero me llevaba a esa representación de una mujer que representa la virtud, luchando contra los pecados capitales, y me interesaba muchísimo. Quería poner en valor esa figura de la mujer enmascarada del Corpus que lucha contra el pecado danzando.