ALICANTE. Sorprendente 'despedida' en el sector de la hostelería alicantina. Uno de los decanos de la cocina italiana de la capital, el restaurante-pizzería Pipo, ha cerrado las puertas de su local en el número 7 de la calle Italia. Y el cierre es definitivo. El local estuvo funcionando con normalidad hasta finales del verano, pero desde hace unas semanas la finca está completamente cerrada.
En la planta baja de una finca de principios del siglo XX, el restaurante Pipo ha ofrecido los platos más reconocibles de la cocina italiana durante casi tres décadas, desde que abrió sus puertas en 1989. En su carta se maridaban una interminable variedad de pastas caseras, pizzas de masa fina y crujiente hechas a la piedra y las carnes de ternera gallega. Entre sus especialidades, una de las más celebradas (carne a la piedra al margen) era el 'Diavoletto', mezcla de carnes y verduras a la brasa servidas con tortillas mexicanas.
Al margen de la cocina, y de unos precios más que asequibles en relación a la calidad y el servicio del local, el Pipo se hizo famoso por su ambiente acogedor. El recetario tradicional italiano se degustaba en un salón rústico decorado con grandes garrafas de vino colgadas del techo, formando unos característicos arcos. Unas cualidades que convirtieron al local en uno de los puntos gastronómicos de referencia del Ensanche, y elegido por alicantinos de todas las edades tanto para cenas informales como para celebrar ocasiones especiales.
El cierre del restaurante en la calle Italia, con todo, no supone que Pipo desaparezca por completo, aunque sí en la capital. Hace unos años la pizzería abrió un segundo local en el Paseo Marítimo de El Campello, frente a la playa del Clot de l’Illot. El restaurante Pipo de El Campello ofrece los mismos atractivos que su predecesor, excepto por el carácter histórico del local: apuestas basadas en productos frescos, entrantes como el Provolone al horno o una gran variedad de ensaladas; diversas opciones de pasta acompañadas con salsa casera, pizzas de inspiración napolitana y carnes de ternera gallega a la piedra.
El local de El Campello pierde el encanto rústico de la finca en la calle Italia, pero ofrece a cambio el aliciente de la terraza en los meses de primavera y verano, con las vistas al mar de las que disfruta desde su emplazamiento privilegiado a pie de playa.