El jefe de intermediación bursátil de Orey Financial en España tiene claro que caso de que no haya subida "aumentará la volatilidad y la presión bajista sobre el dólar"
MADRID. A las ocho de la tarde de hoy -hora española- conoceremos si finalmente la Reserva Federal (FED) cumple con las previsiones del mercado y sube en 25 puntos básicos los tipos de interés, que actualmente se sitúan en el 1%. El consenso estima una probabilidad de más del 90% a la subida y todo lo que no suponga llevar a cabo esta decisión, sería una sorpresa y generaría dudas dentro de los inversores, especialmente a corto plazo.
La situación macroeconómica en Estados Unidos acompaña que la FED continúe en su proceso de normalización monetaria, más si cabe tras el buen dato de crecimiento del primer trimestre que conocimos hace apenas 2 semanas (+1,2%), y que nos alejaba de un escenario de estancamiento en su economía tras la mala lectura en su primera estimación.
También conocimos hace pocos días los datos de empleo referentes al pasado mes de mayo, donde observábamos la continuación de la buena tendencia con la tasa de paro cayendo a mínimos de los últimos 10 años (4,3%, niveles no vistos desde tiempos pre-Lehman Brothers) y los NFP (Non Farm Payrolls) se situaban en la media de los últimos datos.
La nota discordante dentro del buen cuadro macro americano viene por el deterioro de los últimos datos de inflación, que han caído 3 décimas desde los máximos de enero (2,3% enero vs 1,9% abril). Aun así, el crecimiento de los precios en USA se sitúa dentro del objetivo establecido por la FED a largo plazo (2% anual).
Es curioso analizar cómo el mercado ha puesto en precio la subida de tipos en Estados Unidos. Esto se aprecia de manera muy clara en la rentabilidad del bono a 10 años americano, que desde que el pasado marzo se produjera la primera subida del año, su rentabilidad no ha parado de caer (desde el 2,6% al 2,2% actual), al contrario de lo que se podría pensar teóricamente.
Por todo esto, es complicado que este miércoles la FED nos dé una sorpresa y deje inalteradas las tasas de interés. En ese caso hipotético, el efecto teórico en el corto plazo sería un incremento de la presión bajista para el USD (acumula una caída de más del 7% en lo que va de año) y un posible incremento de la volatilidad en los índices de renta variable norteamericanos.
Esta será la cuarta reunión ordinaria de la FED en lo que va de año y aún le quedarían cuatro oportunidades (julio, septiembre, octubre y diciembre) para cumplir con la hoja de ruta marcada de tres subidas de tipos en 2017.
Borja Rubio es jefe de intermediación bursátil de Orey Financial en España