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EL CABECICUBO DE SERIES, DOCUS Y TV 

'Why we hate': Una docu-serie sobre uno de los motores políticos de nuestro tiempo

Una serie de documentales se adentra en el terreno del odio como un fenómeno complejo y humano para tratar de explicar los mecanismos psicológicos y sociales que lo desencadenan. Los reportajes investigan este sentimiento desde la escala más pequeña a los grandes crímenes contra la humanidad, pero como patrón destacan que el odio se suele desencadenar en esquemas de gregarismo y jerarquía. Tras inocular un miedo a una amenaza, pero también en busca de un refuerzo moral. Algo que permita sentir que se es alguien.  

16/11/2019 - 

MURCIA. Las imágenes de cómo se quemaba vivo a un hombre en Hong Kong después de una discusión en el curso de unas manifestaciones simboliza perfectamente la época que estamos viviendo. No es nada nuevo asesinar de forma cruel y cobarde al diferente, es algo que ocurrirá siempre, de hecho, pero cada vez en más partes del mundo se tiende al repliegue, caricaturizar al oponente, que con frecuencia coincide con el más débil, y darle al tentetieso. Un fenómeno análogo al de los lobos solitarios, fanáticos religiosos, racistas o neonazis, que con desprecio de la propia vida intentan llevarse por delante el mayor número posible. Unas políticas y unas formas de violencia que se traducen en una motivación: El odio.

Una serie del Discovery Channel, producida por Steven Spielberg y Alex Gibney, se ha propuesto analizar el fenómeno. En el primer capítulo ya se formulan las preguntas más evidentes: ¿Por qué tenemos esa emoción? ¿Por qué forma parte de nosotros odiar? Las respuestas las aporta un antropólogo, Brian Hare. En el resto de capítulos, psicólogos historiadores, investigadores en neurociencias y periodistas irán dando respuestas de este tipo para definir el fenómeno. La premisa de la que se parte es una constatación: una vez que se crea una atmósfera de odio, es muy difícil revertirla. 

Lo curioso es que si uno se pasa por las reseñas que hay en Imdb se topará de bruces con el tema de la docu-serie. Hay varios usuarios indignados porque solo se hable "personas blancas violentas" o aparezcan fragmentos de Trump y Sean Hannity. Denuncian que se trata de un trabajo sesgado, que peca de izquierdismo y que solo funciona como lo que denuncia. Aunque ya en la cabecera del primer capítulo aparecen individuos de todo signo. 

En los primeros minutos de la serie, Hare explica si el odio es exclusivamente humano. Pone como ejemplo a los simios, que comparten gran parte del ADN con los humanos. Los chimpancés, por ejemplo, están dominados por los machos y las hembras sufren todo tipo de agresiones. En los bonobos, sin embargo, que son los más cercanos a los humanos, dice una entrevistada, mandan las mujeres y son más pacíficos. Las diferencias evolutivas entre ambos se cree que se produjeron porque quedaron separados por el río Congo. Al sur, donde los bonobos, la comida era abundante. Al norte, los chimpancés tenían que pelear por los recursos. Todo esto hace seis millones de años. 

Sin embargo, en los humanos esa lógica no se reproduce con exactitud. Al final de este episodio se cita que muchas veces las personas que han crecido en la mayor adversidad destacan por su gran corazón, mientras que muchos monstruos o psicópatas han surgido de los entornos más pacíficos y acomodados. El ejemplo que se pone es el de la Iglesia Bautista de Westboro, homófoba y racista. Fundada en 1955 en Topeka, Kansas, sus miembros comenzaron a protestar contra todo en 1991. Son los famosos autores del cartel "Dios Odia a España" ahora mismo no llegarán al centenar, pero son famosos. 

En una entrevista con Megan Phelps-Roper, autora de un libro sobre cómo abandonó el movimiento y nieta de su fundador, la mujer explica que la actitud que tomaban ante la vida fue construida a base de refuerzos positivos dirigidos al desprecio al diferente. De esta manera, cualquier tipo de crítica hacia su forma de pensar les resbalaba. 

Ahora, Phelps-Roper ha ido casa por casa pidiendo perdón a toda la gente a la que insultó. En un discurso que aparece dando, explica que le inocularon una sensación de peligro permanente por "los otros". Graciosamente, ahora es famosa gracias a salir de todo aquello y hasta da charlas TED sobre su experiencia. 

Otra parte relevante es en el capítulo 4 cuando se trata el caso de las terribles imágenes de las torturas en prisiones iraquíes con soldados estadounidenses fotografiándose sonrientes junto a sus víctimas. Se cita el experimento de la prisión de Stanford, conocido porque fue llevado al cine en El experimento de Oliver Hirschbiegel. Esta investigación probó que personas, solo con asumir el rol de carceleros en una simulación, desarrollaban conductas de dominación y abuso. El problema, según explica Sasha Havlicek, es el ejercicio de la autoridad. 

"Esto no ocurrió porque esos guardas fueran personas brutales, no tenía que ver con la gente involucrada, era todo por la situación". La cuestión, explica Alex Haslam, tiene que ver con el liderazgo. Esos carceleros, de alguna manera, tenían que encontrar que lo que hacían era "glorioso" o "noble y bueno" y recibir refuerzos positivos. Havlicek le preguntó a los soldados de dónde sacaron esa iniciativa si estaban entrenados para únicamente obedecer órdenes "¿Cómo pudisteis pensar que eso estaba justificado?" 

El patrón que encontró esta investigadora fue que una figura de liderazgo tiene como función para movilizar a sus seguidores crear dos sentimientos, o el de una amenaza inminente o el de una gran gratificación moral. Encuentras la manera de seguir y alcanzar un fin superior. En el momento en el que se entra en el mecanismo, en palabras de Havlicek: "Ya no importa lo triste o insignificante que fuese tu vida antes, ahora eres alguien". Llegados a este punto, usted solo tiene que extrapolar. 

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