Cerca del 15% de todos los bonos tienen actualmente tipos de interés negativos, algo que nunca había sucedido como advierte el experto
MADRID. Desde hace años se viene hablando de la burbuja en la renta fija y no es para menos. Hace apenas una década, cuando comenzaba la Gran Recesión en Estados Unidos, los tipos de interés estaban en el 5%. En apenas un año se situaron en el 0% y el efecto que ha tenido sobre la rentabilidad de las emisiones ha sido impactante. Si observamos el volumen de emisiones a tipos de interés negativos en renta fija gubernamental, es ciertamente preocupante.
Hay países como Alemania donde es necesario irse a bonos a 10 años para empezar a ver rentabilidades positivas, aunque sean de un pírrico 0,43%. Esta situación tan anómala también se ha extendido a la renta fija corporativa. En resumen, cerca del 15% de todos los bonos en la actualidad tienen tipos de interés negativos, algo que nunca antes había sucedido.
Ante este panorama, es lógico escuchar advertencias por parte de reputados inversores. Warren Buffett no ha desaprovechado la ocasión para advertir de los riesgos que entraña la inversión en renta fija tradicional, es decir, en las emisiones tanto de deuda gubernamental como de deuda corporativa con grado de inversión (la mejor calidad crediticia). Buffett ha reconocido que “a menudo, los bonos con grado de inversión en una cartera incrementan el riesgo de la misma".
Por poner un ejemplo de los riesgos que entraña la inversión en deuda tradicional tras la inestabilidad política generada en Italia tras la cita electoral, el fondo de Bill Gross perdió más de un 3% en una sola jornada. Conviene recordar que Bill Gross es considerado por muchos el mejor inversor en renta fija del mundo. Según recogía la prensa italiana, se trató del peor día para la renta fija del país transalpino en más de 25 años. Lo que pone de manifiesto todos estos elementos es que preservar nuestro dinero en emisiones de renta fija es arduo complejos en las circunstancias actuales.
No obstante, los inversores en valor nos negamos a dar por válido el statu quo y siempre buscamos alternativas de inversión. Cuanto más difícil y caro es un mercado, más debemos de alejarnos de lo que todo el mundo compra. En este contexto de mercado, poder invertir en países o sectores fuertemente penalizados es una ventaja. También lo es poder hacerlo en emisiones sin calificación crediticia. El hecho de que una emisión no tenga rating no la convierte en arriesgada, solo nos obliga a hacer nosotros mismos los deberes y aleja a la competencia, dado que la mayoría de inversores tienen vetado siquiera analizar esas emisiones.
Lo realmente complejo es que nos encontramos en una vuelta a la normalidad monetaria por parte de los bancos centrales y las subidas de tipos de interés están poniendo nerviosos a muchos inversores. Es por ello que resulta indispensable evitar las emisiones de larga duración, lo que dificulta aún más el lograr cupones lo suficientemente elevados que nos remuneren satisfactoriamente los riesgos inherentes a toda inversión. Pero si uno se aleja de donde el resto de inversores se posiciona, se mantiene firme en sus convicciones de buscar cupones elevados con duraciones cortas, se puede encontrar un nicho muy interesante que Buffett aprobaría: la renta fija value oportunista global.
Pablo Martínez Bernal es responsable de Relación con Inversores de Amiral Gestion