VALÈNCIA. La tarde noche del 28 de junio de 2015 se multiplicaban las llamadas entre los 'pesos pesados' de PSPV y Compromís para definir la composición final del primer Consell tras casi 20 años de gobierno del PP. Así, en una calle del distrito de Ciutat Vella se producían debates e incluso agrias discusiones a voz en grito entre referentes de Verds-Equo acerca del cambio de última hora que afectaba al que debía ser su máximo representante en el Ejecutivo, Julià Álvaro, portavoz de esta formación, una de las tres patas de Compromís junto a Bloc e Iniciativa.
Los problemas de la paridad habían traído cambios de última hora. El pulso abierto en el Bloc con la Conselleria de Educación -se había decidido ya que Rafa Climent sería el titular de Economía tras otro debate airado- concluyó con la elección de Vicent Marzà como responsable del área. Todo ello, implicaba que el candidato de Verds-Equo, Julià Álvaro, no podía ocupar el puesto de conseller al sobrar varones en la confección de un Ejecutivo que se pretendía paritario al 50%.
La discusión fue intensa. La oferta de la incipiente vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, apuntaba al control de Verds-Equo en las políticas de la conselleria aunque su valido no ocupara el cargo de máxima responsabilidad. Hubo debate, pero se impuso la idea de ofertar a Elena Cebrián, una alta funcionaria independiente, el reinado de Agricultura y Medio Ambiente. Capítulo aparte merece la elección de la actual consellera: elegida vía currículum por Verds-Equo facilitado por Rafael Cebrián, ex presidente del Centro Excursionista y padre de Elena. La trayectoria y méritos de la actual consellera deslumbraron en el partido ecologista, por lo que se aceptó su incorporación para una dirección general. Pero oh, sorpresa, los designios de la obligada paridad condujeron a Cebrián directamente a lo más alto y a Álvaro, a un puesto de número dos con galones de líder que no han sido así reconocidos.
Eso al menos piensan en Verds-Equo, que han visto reducida a la mínima expresión su cuota dentro del Gobierno valenciano. Directores generales de corte técnico, altos cargos del PSPV o una última renovación dirigida por la consellera que dejó fuera al jefe de Gabinete, Fernando Rodrigo, y al asesor parlamentario, Rubén Tello, ambos del partido ecologista y próximos a Álvaro, evidencian la soledad del secretario autonómico de Medio Ambiente y de su partido, que vio además como las sustitutas en esos puestos se repartían entre Iniciativa (Eloísa Sarrió) y Gent de Compromís (Marina Aparicio).
Fuentes de Verds-Equo aseguran que trataron de pedir ayuda a Mónica Oltra ante la inminencia de estas decisiones, pero la vicepresidenta y referente de Iniciativa -que siempre ha sido aliada de los ecologistas- dejó vía libre a Cebrián para sus cambios. En medio de este conflicto, el propio Álvaro y varios directores generales llegaron a amagar con la dimisión, aseguran fuentes de la conselleria, un órdago que se abordó en una reunión de urgencia de la Ejecutiva del partido celebrada el 14 de enero, posibilidad que fue sofocada por la consellera con ayuda de Oltra.
Así, diversas fuentes de Verds-Equo no tienen demasiado reparo en señalar que fue un "error" apostar por Cebrián para liderar la conselleria. "No se sacan adelante cuestiones como indican los incumplimientos del último Seminari del Govern, tiene un perfil tan técnico que a menudo bloquea asuntos o teme posicionarse, intenta evitar las comparecencias en Les Corts y, además, evita chocar con el PSPV-PSOE en todo momento aunque perjudique políticas en las que nosotros creamos", resumen fuentes de Verds-Equo.
Ahora, la información desvelada por Valencia Plaza respecto a la investigación a la consellera y parte de su equipo de la Fiscalía por encomiendas a la empresa pública Tragsa, deja en una situación delicada a Cebrián y su equipo. Una circunstancia que refuerza a Verds-Equo en sus planes para recuperar en cierta medida la batuta de una conselleria cuyo control, supuestamente, les pertenecía según lo acordado en el Pacto del Botánico. Así, fuentes consultadas de este partido insisten en la tibieza que ha evidenciado Cebrián en cuestiones como el SDDR o el agua en contraste con la "firmeza" y "valentía" de Álvaro.
Con estos mimbres, fuentes de Verds-Equo aseguran que desde el partido se sigue trabajando por encauzar una hoja de ruta política para la conselleria que concuerde "al máximo" con los postulados del partido ya sea "con o sin Cebrián". En este sentido, no les duelen prendas al asegurar que tras los últimos cambios acometidos por la consellera el deseo del partido sería que Julià Álvaro fuera el máximo responsable del departamento o, en su defecto, otros activos más próximos a los postulados que defiende Verds-Equo. Una situación que, a todas luces, puede amenazar la relación de las fuerzas dentro de Compromís y, a la postre, poner en peligro la propia estabilidad del Consell.
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