VALÈNCIA (EFE/Concha Tejerina). El director científico del Instituto de Investigación Sanitaria La Fe (IIS La Fe), Máximo Vento, considera que en España "no hay una cultura científica suficientemente desarrollada" y entre "nuestros políticos", afirma, hay una "ignorancia casi absoluta" sobre lo que implica la investigación en el bienestar de un país: "No se lo acaban de creer de verdad".
"Con la pandemia se ha visto que no teníamos ni mascarillas", asegura Vento en una entrevista con la Agencia EFE, en la que denuncia la "asfixia" administrativa que sufre la investigación y reclama una normativa "ex profeso" para la actividad investigadora.
El pediatra y neonatólogo valenciano subraya que en los últimos años ha aumentado "de forma significativa" en el IIS La Fe la obtención de becas y el nivel de participación de los jóvenes investigadores clínicos en oposiciones para plazas de postmir.
También ha crecido la producción científica y la obtención de recursos, tanto a nivel nacional como internacional. "Estamos generando más ciencia, haciendo más ensayos clínicos y obteniendo más recursos", destaca el también presidente de la Sociedad Europea de Neonatología.
Por contra, señala que la "parte negativa" viene del hecho de que se les considera "sector público instrumental" y por ello, no pueden contratar directamente a la gente que les haría falta.
El IIS "necesitaría crecer proporcionalmente al crecimiento de la producción y la obtención de recursos", explica, pero añade que deben hacer una RPT (relación de puesto de trabajo) que debe ser aprobada por la Consellería de Sanidad y, posteriormente, la de Hacienda "debe dejar" que se gaste ese dinero.
"No es que nos den el dinero, es que nos permiten gastárnoslo. Generamos suficiente dinero para tener la plantilla cubierta y podríamos tener a todo el mundo contratado, pero no nos dejan", señala Vento, también director de investigación en el Hospital La Fe.
Y se da la "paradoja" de que "muchas veces tenemos que externalizar cosas que podríamos hacer aquí si tuviéramos el personal suficiente. Pero aquí no tenemos suficiente plantilla y la investigación no se puede parar", lamenta.
"Esto es como un pez que se muerde la cola: si no inviertes y lo externalizas, nunca se va a llegar al nivel de excelencia que se podría tener", denuncia Vento, quien afirma que esta situación se produce en todos los institutos de investigación.
A su juicio, deberían tener una normativa, una ley "ex profeso" para la actividad investigadora "con todas las auditorías y los controles necesarios sobre la producción científica para que se asegure dónde va ese dinero, que lo invertimos bien y exigir responsabilidad de nuestras inversiones".
"Que nos dejaran un poco de mano libre porque la investigación es algo que no se puede controlar administrativamente de la forma que se está haciendo porque la asfixia, y muchos de nuestros investigadores se están yendo a empresas privadas porque allí les ofrecen un futuro y aquí, cuando se acaba su beca, no podemos contratarlos".
Según Vento, "hay un proyecto de ley sobre estabilización del personal investigador, esa es nuestra esperanza, y confiamos en que los vaivenes políticos no se la lleven al traste".
"Estamos perdiendo mucho potencial y hay mucho desánimo entre la gente" y la distancia con otros institutos europeos de similares características crece inexorablemente, advierte para augurar que cuando tengan la plantilla que necesitan se habrán quedado "en un Instituto de segunda división" cuando podrían haber estado "en la primera".
Vento considera que hace falta "voluntad" y que se le dé a la investigación "la importancia que realmente tiene" porque, asegura, "da la impresión de que va a golpes, viene una crisis y se deja de invertir, están cinco años sin hacerlo y de repente hay dinero. Eso no es así".
Según explica, países como Alemania o Suecia tienen asignados un 2 o 3 por ciento del PIB del presupuesto a investigación para los próximos 20 años.
"Da igual que gobierne la derecha, la izquierda o el centro, o que haya una crisis económica. Para ellos es lo más importante porque saben que lo que diferencia a un país europeo de uno emergente es la ciencia, el generar conocimiento que da un valor añadido y ofrece puestos de trabajo bien remunerados y estables", asevera.
Según Vento, con la pandemia "se ha visto que aquí no teníamos ni mascarillas" y explica que la mayor parte del material sanitario sofisticado está fabricado fuera de España. No hay detrás una industria ni un capital riesgo que apueste por esa producción en España.
Vento, que por su profesión ha viajado mucho y vivido en otros países, indica que en algunos la ciencia "es muy importante, es el día a día, porque saben que su bienestar depende de la ciencia".
En España "no hay una cultura científica suficiente desarrollada" y entre "nuestros políticos, cuando he tenido conversaciones con ellos, te das cuenta de que hay una ignorancia casi absoluta de temas científicos. No de temas técnicos, sino de lo que implica la investigación en el bienestar de un país", lamenta.
Y reclama que sean "conscientes de eso" y se haga un pacto de Estado para destinar el 2 % del PIB a la ciencia durante los próximos 10 o 15 años, "tiempo que necesitan los investigadores para diseñar un proyecto a largo plazo".
Reconoce que España es un país con muchos problemas sociales, pero indica que ni la banca, ni la gran empresa ni los políticos "invierten proporcionalmente lo que un alemán, un sueco o un danés en investigación. Aquí no hay esa cultura".
No obstante, destaca que entre el 5 y el 8 % del dinero que genera el IIS La Fe procede de asociaciones de personas privadas o de familiares de pacientes con alguna enfermedad: "La sociedad civil nos está dando una gran lección".
"La medicina es un reflejo fiel de lo que pasa en un país. Si la Organización Nacional de Trasplantes es número uno en todo el mundo, te indica que tienes la capacidad para hacer algo grande, y si no la tienes en otros ámbitos es porque no llegas o porque no le das la importancia que tiene", concluye.