MADRID, (EP). Un informe de la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) ha estimado que uno de cada cinco europeos --unos 100 millones de personas-- está expuesto a niveles de ruido por encima del límite establecido por la Unión Europea (UE).
Se trata una investigación realizada por integrantes del grupo Interfase del departamento de Geografía de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y del Centro Nacional de Salud Pública y Medio Ambiente de Holanda (RIVM), que se presentó este lunes en Bruselas y que la UAB ha compartido en el marco de la I Semana Sin Ruido organizada por la Generalitat, según ha informado este martes la universidad en un comunicado.
La región mediterránea es la zona donde las ciudades están "más expuestas" al ruido ambiental, superando este umbral que es de 55 decibelios Lden --mide las 24 horas del día, ajustados a las diferentes sensibilidades durante la mañana, la tarde y la noche-- y que provoca molestias en 31,7 millones de europeos adultos y trastornos del sueño en más de 13 millones.
Asimismo es el motivo de más de 72.000 hospitalizaciones y 16.600 muertes prematuras anuales, unos datos que reflejan el impacto de la contaminación acústica sobre la salud según aumentan los decibelios, desde molestias a estrés, enfermedad y finalmente la muerte, ha subrayado la investigación, que ha apuntado que proceden "mayoritariamente" del tráfico terrestre, aunque también es relevante el aéreo y la industria.
El estudio ha lamentado que las ciudades españolas "no hayan sido las más eficientes" en el esfuerzo por mejorar el bienestar acústico entre 2007 y 2012, pese a que ha matizado que se deberá esperar a 2018 para observar si en el periodo 2012-2017 ha cambiado una tendencia en la que el 60% de las ciudades españolas aumentaron el número de personas expuestas al ruido del tráfico terrestre, mientras en las europeas estudiadas fue del 35%, y ha resaltado que se ha reducido en el 95% de los aeropuertos.
Las localidades catalanas también siguen "el mismo patrón" que en el resto de España y el Aeropuerto de Barcelona ha reducido el nivel de exposición, aunque haya experimentado un incremento de tráfico aéreo.
Los autores del informe han recordado las dificultades de medir el impacto del ruido, al depender por ejemplo del aislamiento de las fachadas, así como del solapamiento de competencias administrativas.
Por esta razón, desde 2007 existe la Directiva de Ruido Ambiental, de aplicación obligatoria en las poblaciones europeas de más de 100.000 habitantes para mitigar el ruido ambiental.
En este sentido, se ha recomendado aplicar políticas conjuntas con otros ámbitos como pueden ser el de la calidad del aire y la planificación territorial.