VALÈNCIA. La salud del expresidente de la Generalitat Eduardo Zaplana ha hecho correr ríos de tinta. El motivo, dos informes que abogaban a favor de la excarcelación del que también fuera ministro de Trabajo de José María Aznar y las cuatro peticiones de salida de prisión que ha realizado su defensa y que, sistemáticamente, han sido rechazadas en primera y segunda instancia desde que fuera encarcelado el pasado mes de mayo en el marco de la operación Erial, en la que se le acusa de blanquear dinero de mordidas procedentes de dos contratos de su época al frente de la Generalitat (1995-2002).
El primer informe favorable lo hicieron dos forenses del Instituto de Medicina Legal de València cuando llevaba pocos días en prisión; el segundo es del hematólogo que lo trata en el hospital La Fe. Tantas veces solicitó el letrado de Zaplana, Santiago Milans del Bosch, que dejaran salir de prisión al expresidente que, finalmente, la Audiencia Provincial de València encargó al Instituto de Medicina Legal un segundo informe.
Ese informe fue notificado a las partes el pasado lunes. Su contenido, según ha podido saber Valencia Plaza, asegura que la vida del expresidente no corre peligro en prisión. Este cambio de criterio no hace sino afianzar la postura de la juez de instrucción y del fiscal Anticorrupción, que no se plantean la excarcelación de Zaplana al menos hasta que lleguen las respuestas de las comisiones rogatorias solicitadas al extranjero.
Los dos forenses encargados del informe acudieron al centro hospitalario en el que se trata a Zaplana -La Fe- para ver los resultados de las pruebas que cada 15 días se le realizan al exministro. Y según su criterio, de momento los resultados muestran que el hecho de seguir en prisión no hace que su vida corra peligro.
Sí es cierto que Zaplana, que lleva casi cuatro meses en prisión, ha perdido seis kilos, pero esa pérdida de peso no influye en un cambio radical de su salud de forma inminente. Es más, fuentes del centro penitenciario consultadas por este periódico explican que parte de esa delgadez se debe a la depresión de la que está siendo tratado desde que ingresó en la cárcel de Picassent.
Eduardo Zaplana está en prisión junto a sus presuntos testaferros, Joaquín Barceló y Francisco Grau, tras ser detenidos el pasado 23 de mayo dentro del marco de la operación Erial. Tanto los tres presos como el resto de investigados, entre los que se encuentra la mujer de Zaplana, el exconseller Juan Cotino y sus dos sobrinos, su exjefe de gabinete Juan Francisco García y su secretaria, Mitsouko Henríquez, están imputados por delitos de blanqueo de capitales, cohecho, malversación de caudales públicos, delito fiscal y asociación ilícita.
La Fiscalía Anticorrupción y la Guardia Civil rastrean el supuesto blanqueo de casi once millones de euros en comisiones ilegales recibidas presuntamente por la adjudicación de contratos públicos relativos a la concesión de las ITV y el plan eólico, durante la etapa de Zaplana al frente de la Generalitat. La investigación del llamado caso Erial ha sido dirigida por Juzgado de Instrucción número 8 de València y por la Fiscalía Anticorrupción y se centra en adjudicaciones por las que la familia Cotino podría haber pagado en torno a once millones de euros.
Las indagaciones comenzaron cuando Marcos Benavent, exgerente de la empresa pública de la Diputación de Valencia Imelsa y autodenominado 'yonqui del dinero', entregó a la Guardia Civil un manuscrito con el esquema del supuesto movimiento de dinero negro entre sociedades para blanquearlo.
La causa continua bajo secreto de sumario y se prevé que siga así durante varios meses más mientras las Unidad Central Operativa de la Guardia Civil termina los primeros informes derivados de las detenciones.
De hecho, entre las pocas informaciones que se han hecho públicas desde que Zaplana ingresara en prisión se encuentra el decomiso de casi siete millones de euros entre efectivo, propiedades inmobiliarias, vehículos y enseres de los diferentes imputados en la causa ordenado por la magistrada y publicado por Valencia Plaza en exclusiva. Entre los enseres está la colección de relojes de alta gama del expresidente valenciano.