Un estudio evidencia una nueva forma de capacidad adaptativa de las neuronas en adultos

2/06/2018 - 

VALÈNCIA. El catedrático de Biología Celular de la Universitat de València Juan Nácher dirige un estudio que evidencia una nueva forma de capacidad adaptativa de las neuronas en adultos.

En el trabajo dirigido por Nácher, integrante del Grupo de Investigación en Psiquiatría y Enfermedades Neurodegenerativas de Incliva y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam), participan también investigadores de Salzburgo y Múnich.

El estudio muestra una nueva forma de plasticidad neuronal --la capacidad de las células del sistema nervioso para adaptarse anatómicamente y funcionalmente ante un medio cambiante--. La investigación, publicada en la revista Cerebral Cortex, confirma la presencia de un "reservorio" de neuronas que se incorporan a los circuitos en la vida adulta y no durante la etapa del desarrollo, como suele ser habitual, explica la Universitat de València en un comunicado.

"Al principio creíamos que las neuronas eran de generación reciente, pero comprobamos que, aunque se generaban durante la vida embrionaria al igual que el resto de las neuronas de su alrededor, se mantenían en un estadio inmaduro durante gran parte de la vida de los animales", ha destacado Juan Nácher.

La investigación apunta a que a pesar de que no se conoce exactamente en qué circuitos neuronales se pueden integrar ni cuáles son los factores que propician su maduración, estas neuronas podrían estar implicadas en algunas formas de aprendizaje o de memoria.

Según el trabajo publicado, desarrollado en ratones, cuando el individuo llega a la edad adulta, estas neuronas inmaduras no son funcionales. Sin embargo, desaparecían conforme los animales envejecían. "Sospechábamos que maduraban y se iban integrando en los circuitos neuronales, pero sin saber en qué tipo de neuronas se convertían con el paso del tiempo. Gracias a esta investigación, se ha comprobado que se convierten en neuronas excitadoras típicas de la región cerebral en la que se encuentran".

Todavía se desconocen muchos aspectos sobre estas neuronas que se incorporan a los circuitos en la vida adulta y sobre su proceso de maduración e integración. No obstante, son muy interesantes porque, aunque en roedores están restringidas a una zona muy concreta que es la corteza olfativa, en primates, incluyendo a los humanos, están extendidas prácticamente por toda la corteza cerebral y en número muy elevado.

Además, otros estudios previos del grupo han puesto de manifiesto estas neuronas inmaduras se ven afectadas en modelos animales de depresión. Según el investigador, si esta tesis se confirma en humanos podría ayudar a conocer más sobre estas patologías.

Fases de la investigación

El estudio se ha realizado con ratones modificados genéticamente, generados en la Universidad Paracelsus de Salzburgo, mientras que el equipo de la Universitat en el que participa Juan Nácher y la becaria predoctoral Maria Bellés, se encargó de analizar las neuronas inmaduras de los roedores para comprobar cómo cambiaban de morfología, cómo recibían contactos sinápticos y cómo se integraban en los circuitos neuronales.

Tras este estudio, el siguiente paso es estudiar estas neuronas en humanos. Actualmente, el equipo ya busca datos sobre la distribución de estas neuronas con el objetivo de comprobar su presencia y ver si aparecen en algunas patologías. Aunque el estudio se encuentra en una fase inicial y hablar de sus aplicaciones es precipitado, "se podría intentar establecer métodos para controlar la maduración de estas neuronas en un momento dado, por ejemplo, ante un daño cerebral", apuntan los investigadores.

"También sabemos que algunos antidepresivos y otros fármacos psicotrópicos afectan al proceso de maduración de estas células, lo que nos permite abrir nuevas líneas de investigación en este campo", concluye Nácher.

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