VALÈNCIA (EP). Los bebés perciben menos dolor cuando se les administran una o dos vacunas si su madre les está amamantando mientras les pinchan, según un estudio realizado por el Servicio de Pediatría del Hospital de Salud de Valencia.
En el estudio, que ha sido publicado en la revista 'Anales de Pediatría', se han incluido a 387 niños nacidos a término y con peso adecuado a su edad gestacional, y la escala de medición del dolor se ha valorado según una escala de medición dolor (escala LLANTO) y el tiempo de llanto.
Los resultados principales del estudio fueron que el amamantamiento disminuye significativamente el dolor a los lactantes cuando se administran 1 o 2 vacunas; cuando se administran 3 pinchazos, la disminución del dolor es mínima. Por otro lado, la administración de glucosa al 50 por ciento no disminuye el dolor con respecto a los niños que son vacunados con chupete. Ningún niño que fue vacunado mientras tomaba el pecho sufrió efecto secundarios.
Los investigadores han explicado que, en contraposición a lo creído durante muchos años, diversos estudios han demostrado que la percepción del dolor en recién nacidos y niños pequeños es igual o incluso mayor que en adultos y, además, que puede tener consecuencias a corto y a largo plazo en el desarrollo neurológico y psicosocial, en los procesos cognitivos y de aprendizaje, en el sueño y en la edad adulta con una respuesta aumentada al dolor.
"Sin embargo, la mayoría de los procedimientos dolorosos en recién nacidos y lactantes se siguen realizando sin analgesia, principalmente por la falta de formación del personal sanitario", ha explicado la responsable del estudio, la doctora Alicia Nieto.
El dolor que produce la vacunación podría ser atenuado con unos métodos de analgesia no farmacológica, como el amamantamiento, la succión de un chupete y la administración de soluciones dulces. Estas técnicas son económicas, bien toleradas y diferentes trabajos internacionales habían mostrado su eficacia.
Cuando los investigadores analizaron el dolor que presentaban los niños de 2,4 y 6 meses al ser vacunados, obtuvieron que el 90 por ciento tenían dolor moderado o intenso, según la escala LLANTO. "Las vacunas son, tras la potabilización de las aguas, la medida preventiva que más beneficios ha reportado a la humanidad. El incluir medidas analgésicas sencillas e inocuas, haciendo partícipes a los padres del procedimiento de la vacunación, podría disminuir las reticencias de un sector de nuestra población hacia las vacunas", ha asegurado la doctora Nieto.
La doctora Nieto ha concluido que una madre administre lactancia materna a su hijo mientras se le vacuna es una medida analgésica eficaz, que además puede alentar a las madres a amamantar a sus hijos, facilitando la vinculación afectiva y sin ningún coste adicional para el sistema de salud. Además, no requiere ningún almacenaje ni ningún material especial.
"Con los resultados obtenidos en este trabajo pensamos que, hoy en día, no debería vacunarse ningún niño a los 2,4 y 6 meses sin que la madre sea informada de que puede amamantar a su hijo, ya que esto reducirá el dolor que el niño siente al administrarle vacunas", ha finalizado.