ALICANTE (EP). Un grupo de investigadores dirigido por Joaquim Rius-Ulldemolins, profesor de Sociología de la Universitat de València (UV), analiza cómo desde 2008 ha aumentado la centralización cultural de España y, en consecuencia, se han incrementado las desigualdades en inversión cultural entre Madrid y el resto de autonomías y ciudades.
Este estudio, financiado por el Ministerio de Innovación y Ciencia y recientemente publicado en The Journal of Arts Management, Law, and Society, concluye que el 94% de los fondos estatales para museos revierten en la capital y que, de los fondos para teatros y auditorios, Madrid y Barcelona reciben el 89% respecto al 11% en el resto de regiones.
Especialmente tras la crisis de 2008 y con el establecimiento de las grandes industrias culturales y de los medios de comunicación en la capital, Madrid ha centralizado el empleo y la inversión cultural, detalla la Universitat en un comunicado.
Pero "lejos de desarrollar una descentralización acorde con su diversidad cultural e histórica", el estudio analiza cómo el Ministerio de Educación y Cultura (los datos analizados llegan hasta 2019) ha fomentado esta centralización cultural.
Como consecuencia, Madrid se ha convertido progresivamente en la ciudad hegemónica en las industrias creativas, "desertizando y vaciando al resto de territorios". En el caso de los fondos para teatros y auditorios, de los 20 millones invertidos en 2019, más de 10 fueron a parar a la capital y otros 7 se destinaron a los centros de Barcelona.
Sin embargo, las diferencias también se observan en el resto de autonomías. En la Comunitat Valenciana, el Palau de les Arts recibió cerca de 600.000 euros en 2019, mientras el Teatro de la Maestranza de Sevilla, de condiciones similares, recibió más de 1.600.000 euros de inversión estatal.
En general, el trabajo relata cómo la gestión cultural en España se vio completamente reformada por un rápido proceso de descentralización en los años iniciales de la democracia (1979-1985): "Aunque hubiese una concepción multicultural del Estado que permitiese la promoción de iniciativas a entidades locales y regionales, había un Ministerio de Educación y Cultura muy centralizado. Es decir, España actuaba como un estado descentralizado plurinacional y, a su vez, como una nación federal y con las políticas culturales altamente centralizadas".
A partir de ahí, el estudio cuenta cómo a partir de los años 90 se ha ido viendo un aumento de esa centralización cultural en detrimento de la soberanía de las autoridades autonómicas y de su uso de la gestión cultural como herramienta política en algunos casos.
Este "federalismo incompleto" estuvo especialmente presente en los conflictos culturales con las naciones históricas y su identidad cultural y lingüística, como Catalunya, Euskadi o Galicia. De hecho, esa centralización cultural con Madrid como principal beneficiaria deja de lado la articulación con otras comunidades y reduce la atención de necesidades culturales de poblaciones locales y periféricas.
Es la conclusión final de los investigadores: Joaquim Rius-Ulldemolins, también director del Centro de Estudios sobre Cultura, Poder e Identidades de la UV; Vicent Flor, profesor de sociología en la UV; Juan Arturo Rubio Arostegui, investigador del Center for the Study of Culture, Politics and Society (CEUPS-UB).