VALÈNCIA. Dicen que todos los caminos llevan a Roma. Y así ha pasado con Tono Vizcaíno y Anna Talens. Pero la clave de su viaje no está en entender Roma solo como fin, sino como medio. Vizcaíno y Talens son los ‘embajadores’ valencianos en la última convocatoria artística impulsada por la Real Academia de España en Roma, un proyecto que invita a creadores e investigadores a desarrollar un proyecto relacionado con la ciudad italiana, para lo que disfrutan de una residencia en la conocida como ciudad eterna. Roma como centro de investigación e inspiración. Como siempre. Precisamente es el poder de la ciudad, que supera sus límites y ha sido reinterpretado en cine, arte pictórico o arquitectura, lo que marca un especial reto: el de aportar una nueva visión a un relato que todavía tiene mucho que decir. “Trabajar con el pasado clásico es especialmente complejo porque es un imaginario proyectado a nivel internacional. Roma es una ciudad muy turística en la que dialogan distintas narrativas”, explica Vizcaíno.
Licenciado en Historia y doctor en Arqueología, Vizcaíno ha puesto en marcha durante su estancia en Roma el proyecto SPQR Now!, en el que explora la manera en la que la sociedad italiana ha digerido sus propios símbolos, especialmente teniendo en cuenta la existencia de dos capas de lectura: la de los propios romanos y la ‘traducción’ para sus visitantes. Por cierto, 27 millones en 2017. “Al final, aquí el pasado antiguo es tan evidente que no es necesario construir un imaginario nuevo. Si en otras ciudades está más encapsulado en museos, aquí está muy entrelazado con la ciudad [...] Hay una relación agridulce porque es una fuente de orgullo pero, a la vez, es algo que entorpece”, explica el valenciano. Así, el proyecto entiende el pasado como algo vivo y en constante diálogo con el presente, una investigación que próximamente se plasmará en un libro.
El imaginario construido en torno a la ciudad pasa por las ruinas pero, también, ha sido afectado por los trabajos en el campo gráfico de las décadas de los 40 y 50 o por la imagen que se ha trasladado al mundo a través de películas como Vacaciones en Roma, de William Wyler, o La Dolce Vita, de Federico Fellini. Todo ello se refleja en restaurantes, escaparates de tiendas, arte urbano, souvenirs, iconos de la administración pública… todo un universo gráfico que, por cierto, se concentra en el centro de la ciudad para desaparecer en la periferia, las zonas poco visitadas o habitadas por inmigrantes. “Desde luego hay una concentración de referentes en torno a espacios turísticos, con el objetivo de construir la imagen que el turista quiere encontrar. Es muy evidente, por ejemplo, el peso de la película Gladiator”, recalca el historiador, que ha centrado su estudio en los objetos cotidianos, aquellos que entran en contacto diario con los ciudadanos de la ciudad y configuran el 'escenario' habitado.
“Me interesa la arqueología no entendida solo como el estudio de las sociedades del pasado, sino cómo interactúan con el presente”, explica Vizcaíno quien, por cierto, ha liderado una investigación con similar punto de partida, aunque en este caso sobre el uso del pasado íbero desde el punto de vista económico e identitario en la Comunitat Valenciana. En este punto de partida donde coinciden los proyectos de Vizcaíno y Anna Talens. La artista visual y doctora en Bellas Artes ha puesto en marcha durante estos meses de estancia en Roma Numen, un proyecto de carácter escultórico-objetual que que toma como punto de partida la mitología romana, el rito y la simbología adjudicada a las diversas deidades. Explica la valenciana, que desde hace años opera desde Berlín, que el proyecto tiene un encaje “totalmente natural” con el trabajo que ella desarrolla, muchas veces vinculado a esa reconfiguración del pasado. De hecho, una de las últimas veces que la pudimos ver en València fue como parte de la exposición colectiva Fragmentos para la eternidad. Poéticas en torno a la ruina, que tuvo lugar en la Fundación Chirivella Soriano.
“Empecé desde lo sencillo, no lo que la ciudad quiere vender como increíble. Esto me ha llevado a un proyecto muy personal”, explica la artista. Tanto es así, que una parte importante de su proyecto se deriva de la luz que entraba en su habitación, esa estancia desde la que durante meses vigiló la ciudad eterna. “El origen de todos es el mismo. Da igual cómo haya evolucionado cada país, pero la luz del sol está ahí”. Esta experiencia, además, le ha servido para abrir “nuevos caminos” en su producción, a través de materiales con los que no había trabajado hasta ahora, como el terciopelo. De esta forma, la creadora ha indagado en el aspecto “mágico” de los objetos, trabajando con la “sacralización de los objetos paganos” para construir con ellos una serie de esculturas y escenificaciones.
Sobre la experiencia en Roma, destaca esa visión de “comunidad” frente a lo solitario que puede resultar el trabajo de un artista. El resultado de las residencias, de hecho, se puede ver actualmente -y hasta septiembre- en la Real Academia de España en Roma, una exposición que, bajo el nombre Processi 146, presenta los proyectos desarrollados por artistas e investigadores durante su estancia en Italia. En total son 23 los residentes de la convocatoria a la que pertenecen Vizcaíno y Talens, entre italianos, latinoamericanos y españoles, creadores seleccionados por el Ministerio de Asuntos Exteriores de España para generar un proyecto con Roma como centro de la investigación. Además de los proyectos impulsados por los valencianos, cabe destacar algunos como Storywalker, una web que geolocaliza historias y vivencias de los vecinos del barrio de Garbatella, un proyecto de Fernando Sánchez Cabezudo; o el vídeo realizado por el artista Pedro G. Romero, en colaboración con el cineasta Isaki Lacuesta y el productor Stefan Voglsinger, que trajo hasta Roma a prestigiosos guitarristas flamencos, como Pepe el Habichuela, Alfredo Lagos, Raúl Fernández Refree y María Marín.