VALÈNCIA. A Toni Nadal hay que escucharle. Hay que ponerse en la piel de su sobrino, de Rafa Nadal, y notar desde la verbalización de los conceptos cómo se fue construyendo a una figura mayúscula del tenis, una leyenda del deporte, pero al tiempo a un referente, un ejemplo en el sentido más humano. Y en la base de todo, además de cargar un argumentario con trabajo, exigencia o compromiso, quiso ayudarle a dar forma a un carácter fuerte para afrontar lo bueno y lo difícil del recorrido, pero ante todo siendo una buena persona.
En el marco de Forinvest, Toni Nadal, que fuera entrenador de Rafa (Nadal) desde sus inicios hasta 2017, y que hoy es el Head de la Rafa Nadal Academy, además de conferenciante, o embajador de la 'Fundación Lo que de verdad importa', atendió a Plaza Deportiva. El éxito y la humildad, la gestión de la adversidad, la simplicidad, la autoexigencia, el respeto, el compromiso, la mejora constante, el no sobrevalorar los éxitos, ni magnificar las derrotas, la formación del carácter y la formación en valores son algunas de las cuestiones sobre las que reflexiona el coach. Y todo ello no solo con una proyección en el mundo del deporte, sino en cualquier ámbito de la vida.
"Toda la vida entrené por encima de todo el carácter. Me preocupó que mi sobrino (Rafa Nadal) tuviera un carácter fuerte, porque cuando lo inicié, visualicé que si queríamos llegar arriba no quedaba más remedio que atravesar momentos buenos, momentos difíciles, situaciones complicadas. Y eso lo atravesamos con un carácter bien formado, con un carácter fuerte", subraya, al tiempo que hace referencia a la reflexión del escritor alemán Goethe: "El talento se construye en la calma, el carácter se construye en la tempestad".
Toni Nadal cree en la capacidad de mejorar y en que el éxito no viene solo, salvo escasísimas excepciones, del talento inicial, sino de la suma de esto más el trabajo.
"Nunca esperé que la vida fuera fácil, que nos saliera todo perfecto. Y tuvimos suerte porque tuvimos dificultades; y eso hizo más meritorio su trabajo", dice el coach.
"Creo en la reflexión, en la capacidad de analizar bien lo que está pasando, en no sobrevalorarte, porque la sobrevaloración personal te lleva casi a la frustración inmediata. Y después en tener la actitud para hacer frente a las complicaciones. Si las cosas nos costaban tres o cuatro hora, me daba igual. Si estábamos dispuestos a estar concentrados y comprometidos, ya me iba bien".