VALÈNCIA. El guionista Toni García Peralta (del Autoindefinits de Conta Conta al Terrat), el mismo autónomo que capitanea la web satírica Rokambol, acaba de publicar El sketch. Cómo abordar su escritura sin torcerse el tobillo. Este mini libro, de unos 10 minutos de duración, cuenta con un prólogo de Michael Palin, uno de los ilustres miembros del colectivo Monty Python. El autor valenciano propone un original metasketch en el que los personajes debaten sobre las fórmulas, efectos y estructuras posibles de esta tipología de la escritura creativa.
En las siguientes líneas, García Peralta se sorprende por el interés en torno a su librillo, justifica su edición en castellano en inglés, valora la participación del comediante británico citado y levanta algunas acusaciones. La conversación ha sido transcrita de aquella manera.
-Sí, buenas tardes. ¿Es usted Toni García Peralta, el autor de El sketch. Cómo abordar su escritura sin tocerse el tobillo?
-Sí y no.
-¿Cómo?
-Sí, soy Toni García, pero el libro ese lo escribió mi madre.
-Bueno, pues es usted quien lo firma.
-Sí, es que tenemos un acuerdo. Yo hago las lentejas y ella me escribe los libros.
-¿Lo dice en serio?
-No, por supuesto. El libro es mío, pero es que no esperaba que nadie me preguntara por él.
-Tampoco pensaba publicarlo, por lo que me han dicho.
-No. Me pidieron algo para el blog GuionistasVLC y escribí ‘esto’. Me pidieron una colaboración totalmente libre y, bueno, me divertí un rato. Estaba escrito sin intenciones pedagógicas ni nada de eso…
-Y del blog al mini libro y en dos idiomas. ¿Cómo ha podido torcerse tanto la cosa?
-Uno de los habituales lectores de Rokambol dio conmigo a través de un banner que a su vez redirige a mi página como guionista. Allí leyó el texto de El sketch y quiso editarlo en una nueva aventura editorial que surge desde Castellón (La Máquina que hace Ping). Vamos, que él tenía la intención de que se publicase y yo no me opuse.
-Es el segundo libro que publica sin tener intención de hacerlo.
-Algo así. El primero, el de las historias de Rokambol, también me lo propusieron. Casualidades de la vida. Y buenos amigos.
-¿Cuántos se han impreso de este último?
-1.000. Este hombre es muy atrevido y lo quiere distribuir en el mercado anglosajón y en Sudamérica. De ahí lo de que el libro esté en castellano y en inglés, empezando por cada una de sus caras.
-Fue ese atrevimiento el que le llevó a lograr el prólogo de Palin.
-Ese mismo. Lo intentó con John Cleese, pero se ha convertido en un tipo muy inaccesible. En esas estaba cuando, con una maniobra, un regate más bien, llegó hasta Palin.
-Como guionista, ¿qué ha supuesto la obra de Monty Python entre sus influencias?
-Son un ejemplo magnífico. He disfrutado mucho con ellos incluso antes de ser guionista. Y sigo siéndolo. Pese a serlo, digo. Son geniales.
-Qué tiene el sketch que lo hace tan complejo.
-Es una pieza particular, muy cortita. Necesita un gancho muy fuerte al principio, otro al medio y uno más al final. Y eso es todo, porque no da tiempo para más.
-El libro sirve también para relajar las posiciones con las ideas más estrictas en torno a su escritura. Por ejemplo, en torno a la presión que hay por encontrar un buen “remate” al texto.
-Hay que romper con la idea del remate. Es una idea muy rígida y es una de las losas que tenemos los guionistas, siempre preocupados con ese remate. El libro también trata de desmontar la idea de la exageración y estas cosas del sketch.
-Hemos hablado de Monty Python como referencia, ¿pero en España, cuáles son esas referencias?
-Muchas. Hemos tenido muchos programas que han estado muy bien. Para mí, El Terrat siempre ha sido una referencia. Si hablamos de programas, Homo Sapiens o Polonia. Ambos son ejemplos muy evidentes. O Vaya semanita.
-En todos hay una importante carga de actualidad. ¿Es un recurso de éxito?
-No es el único. El absurdo o la cotidianidad también son recursos muy buenos.
-En los próximos meses o años [con total seguridad, este mismo siglo] se reabrirá la televisión pública valenciana. ¿Espera que haya programas de sketches de partida?
-Sería fantástico. Es necesario en cualquier televisión de servicio público. Después de tantos años de oscuridad, harían falta buenos programas de sketches de humor para divertirnos.
-¿Programas de sketches en los que se pueda nombrar a los políticos del momento?
-Sería conveniente e higiénico. Es incluso bueno para ellos, si lo quieren ver. Porque pueden corregir su política. O lo que sea. Pueden corregir hasta su manera de andar. Todo.
-La conversación se ha alargado porque soy incapaz de encontrarle un remate. ¿Me ayuda?
-Es que así, en directo, a contrapelo...
-¿Podríamos rematar dejando aquí sus datos de contratación? Creo que ha sabido cómo venderse.
-No, gracias. No hace falta. Pero, vamos, que escribiendo para Autoindefinits teníamos prohibido hacer nada en torno a personajes como Rita Barberá. Incluso, más adelante, nos dejaron claro que nada de mujeres gorditas con vestidos rojos y la permanente. Ahora me gustaría hacer cosas del tipo madurito que va en bicicleta.
-Esta respuesta le pertenece a una pregunta anterior. Igualmente, creo que servirá como remate.
-Sí, lo siento. Cuando no soy el que escribe siempre me sale el texto algo torcido.
Mejor que cualquier serie de Netflix o HBO son las entregas del programa Imprescindibles de RTVE y, en su plataforma, hay como doscientos episodios listos para ser vistos. Uno de los últimos, sobre Carlos Tena, nos descubre a un periodista musical difícil de ver hoy. Enfrentado con y contrario a los dictados del mercado, abierto de mente y ecléctico, con interés en lo antiguo tanto como en lo moderno. Un personaje singular que puso su granito de arena para que la explosión musical española de finales de los 70 fuese como fue