VALÈNCIA. La cadena de hamburguesas premium The Black Turtle arranca su expansión por el territorio nacional dando el salto a dos nuevas ciudades: Madrid y Castellón, en las que en unos meses abrirá sus primeros establecimientos. Pero, además, la compañía consolida posiciones en València con dos nuevas aperturas. Un arranque de año que supone para la firma dar el pistoletazo de salida a un ambicioso plan de crecimiento.
La cadena fue fundada en el año 2014 y adquirida en 2019 por el grupo Atitlan, compañía valenciana propiedad de Roberto Centeno y Aritza Rodero, una operación que les permitió entrar en el negocio de la restauración. Como socio financiero, la firma inversora se alió con Antonio Pérez, fundador de Panaria y ex director general de Compañía del Trópico, actualmente CEO de la cadena de hamburguesas.
Por aquel entonces, The Black Turtle contaba con nueve restaurantes: seis en València, uno en Xátiva, otro en Sagunto y uno Alicante. Ahora, en febrero de 2021, son ya 12 establecimientos los que cuenta la firma a los que se sumarán las cinco aperturas previstas para los próximos tres meses. Y es que, pese a la actual coyuntura económica, la cadena desafía al coronavirus y arranca su expansión por España. Y lo hará, por un lado, aumentando su presencia en la Comunitat Valenciana, con dos locales en València y uno en Castellón, y dando el salto a Madrid.
"Durante estos meses hemos estado trabajando en este crecimiento para poder abrir cinco locales nuevas. Cada uno se encuentra en distintas fases de ejecución, pero la idea es que estén abiertos en tres meses. Esa va ser nuestra apuesta en el corto plazo", explica a este diario Antonio J. Pérez, CEO de la cadena.
En concreto, su aterrizaje en la capital española será en dos céntricos barrios de la ciudad como son Chamberí y Malasaña, donde, además, se concentra una importante actividad de ocio y restauración. Asimismo, en Castellón el nuevo local se ubicará en la zona centro de la ciudad, mientras que en València explorarán puntos de la ciudad donde aún no tenían oferta como son Benimaclet y Cortes Valencianas.
Y es que es en el cap i casal, donde The Black Turtle concentra su mayor oferta con establecimientos en diferentes puntos como Xúquer, Russafa, el Carmen o la zona de L'Eixample. Por tanto, con estas dos nuevas aperturas en la ciudad, la marca fijará posiciones en los principales enclaves de la ciudad, donde, a su vez, se concentra gran parte de la oferta de hostelería.
"Nuestra vocación es iniciar una expansión nacional para impulsar la marca. Con estas aperturas, además de entrar en Madrid, conseguimos penetrar en las tres provincias de la Comunitat Valenciana", destaca Pérez. Con estas cinco aperturas, la compañía sumará un total de 17 establecimientos en España. Y ello, pese a los tiempos pandémicos. "Esta estrategia responde a una visión a largo plazo. Tenemos recursos para continuar con nuestra misión de construir un grupo de calidad y visible a nivel nacional", subraya.
Aunque Pérez reconoce que no son momentos sencillos, especialmente para el sector de la hostelería, tiene claro que hay que seguir moviéndose en el mercado. "En estos tiempos no puedes ir con prisa, pero tampoco con pausa", apostilla. Eso sí, pide a las administraciones no poner el foco de los contagios en un sector, cuya supervivencia "está amenazada".
"Todos los países que han cerrado la restauración han tenido un grave problema económico y no han conseguido parar la tasa de contagios. El cierre no es la solución porque si fuéramos foco todos los camareros y cocineros estarán contagiados y no es así. En nuestro caso, desde 14 de marzo y con plantilla 90 trabajadores solo hemos tenido cinco positivos", puntualiza.
The Black Turtle, además, ha acometido importantes cambios desde la llegada de Pérez a la dirección. Así, ha desterrado el uso de plásticos en los locales además de implementar un programa de eficiencia energética para paliar la huella de CO2.
También la carta ha dado un giro incluyendo productos de proximidad y frescos. "Todo se cocina en nuestros locales. No hay ningún producto precocinado ni congelado. Se compra a proveedores cercanos y se cocina en los locales", destaca.