Hoy es 22 de noviembre

OPINIÓN

Telefónica se pone al día... y también sus barbas a remojar

La gran competencia en el sector ha hecho que la operadora se quede atrás en estos últimos años, lastrada fuertemente por la deuda adquirida hace diez años

18/01/2021 - 

MADRID. La compañía presidida por Álvarez-Pallete inicia el año 2021 con una acción corporativa que ha supuesto un revulsivo en su cotización. No deja de ser una medida prevista en su guía de actuación del plan estratégico que comunico a finales de 2019, que busca centrar su negocio en Europa e ir poco a poco desvinculándose de Latinoamérica y dejando como único reducto inexpugnable a Brasil.

Su socio comercial en esta operación es el gigante americano American Towers. Se trata del líder mundial en torres de telecomunicaciones que aprovecha la la compra de las torres situadas en España y Alemania como punto de entrada del viejo continente. Además, está operación podría endurecer la competencia por la expansión internacional de Cellnex Telecom, que aunque recientemente ha comprado por importe de 12.000 millones de euros torres alrededor de Europa, no lo ha hecho en Alemania donde no tiene posicionamiento, dejando por tanto el camino despejado al gigante americano.

Telefónica ha vendido a través de su filial Telxius más de 30.000 Torres a un precio de 7.700 millones de euros, desprendiéndose de gran parte de sus activos en Latinoamérica, parte de España y Alemania. Pero la operación comercial no termina ahí, Telefónica pagará un alquiler por el uso de estas torres a American Telecom reduciendo así su impacto en el balance por conceptos contables como la amortización o los costes fijos atribuibles a la propiedad de estos activos, mantenimientos, etc..

De esta manera y según las propias palabras del presidente de Telefónica, los movimientos corporativos recientes y próximos definirán a la compañía los próximos 100 años. La gran competencia en el sector ha hecho que Telefónica se quede atrás en estos últimos años, lastrada fuertemente por la deuda adquirida hace 10 años. Estos niveles de endeudamiento han sido el principal lastre de la cotizada y suponen ahora el primer objetivo de reestructuración de la compañía que ha sido acogido por los inversores de manera positiva, más 10% en la sesión tras la noticia y más 21% en lo que llevamos de 2021.

José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica
¿Es posible que estos movimientos de Telefónica sean un adelanto de lo que deberíamos ver en otros sectores con altos niveles de endeudamiento? Si nos fijamos en la situación actual, una de las principales preocupaciones más allá de las sanitarias en cuanto a infectados y fallecidos por coronavirus, es la política monetaria laxa y los tipos de interés bajos. No se espera que haya recuperación completa al menos hasta finales del año 2022 y el abaratamiento del precio del dinero ha hecho que muchas potencias mundiales se hayan endeudado por encima de la riqueza que generan. 

Asimismo, el hecho de que los bancos centrales no hayan puesto límites a estos endeudamientos -hemos visto como el BCE ha comprado a España el equivalente a toda la deuda emitida durante 2020 y que la deuda española en su posesión supone un 27% del total en su balance- nos pone en alerta de lo que podríamos ver en los próximos trimestres.

Una situación estructural

También hay que comentar que el último semestre del pasado año vimos inflación negativa y si volvemos a ver un primer semestre de 2021 con estos parámetros, Europa entraría oficialmente en deflación; una situación ya estructural en Japón que cuenta con un déficit del PIB de más del 200%. Si prestamos atención a que la estadística nos ha demostrado que los países con un endeudamiento por encima del 90% incrementan exponencialmente la dificultad de recuperación económica, descuentan una difícil recuperación económica en el entorno de la Eurozona.

Por lo tanto, a modo de conclusión, el saneamiento del balance de Telefónica le permitirá competir mano a mano dentro de su sector; y, sobre todo, tener margen de maniobra para cuando los bancos centrales dejen de apoyar la economía, aunque quede lejos y tengan que valerse por sus propios medios. Sólo los fuertes sobrevivirán.

Darío García es analista de XTB

Noticias relacionadas

next
x