alta costura televisiva

'Taboo' y Tom Hardy: un amor hecho a medida

La ficción, compuesta de ocho capítulos, cuenta con Tom Hardy como protagonista y relatará la vida de un hombre dado por muerto que regresa a Londres tras varios años perdido en África

13/02/2017 - 

VALENCIA. 'Taboo' y Tom Hardy, Tom Hardy y 'Taboo'. El actor británico brilla en cualquier papel que le den. Tom Hardy está loco y cumple con todo, ya sea en Mad Max: Furia en la carretera o El renacido. Tom Hardy pone patas arriba a Hollywood con su papel protagonista en esta miniserie de FX y BBC One, producida por Ridley Scott y creada por Steven Knight, además de estar escrita por el propio Tom Hardy y su padre, Chips Hardy. 

Era uno de los estrenados más esperados de enero de 2017 junto a ‘One Day at a Time‘ y ‘Emerald City‘, y ya ha aterrizado en España de la mano de HBO. La historia nos traslada a 1814. James Keziah Delaney es un hombre considerado muerto tras su viaje a África. De repente, acudirá al funeral de su padre ante la sorpresa de su hermanastra y todos sus socios. El actor encarna a un héroe -o antihéroe- que está alejado del superhéroe típico de televisión. Ahí está el, con su cuerpo fuera del "héroe del gimnasio", sus tatuajes misteriosos, su sombrero y la camisa abierta a pesar del frío en la que está ambientada la serie. 

 

Tom Hardy está intenso, magnífico, un papel hecho para él, él es James y James es Tom. Todo en 'Taboo' es él, a pesar del gran reparto en el que destacan David Hayman, Oona Chaplin, Michael Kelly y Jonathan Pryce. Impone, intimida e incluso hipnotiza. Las actuaciones de Tom Hardy y Jonathan Pryce son las que mantienen el elevado nivel de actuación que se demuestra en toda la miniserie.

La serie se ambienta en el Londres de 1814, pero no estamos ante un drama de época al estilo 'Downton Abbey', aquí se tratan cosas más importantes. Es una serie muy seria, con un desarrollo muy lento, una fórmula que les sirve ya que la audiencia sigue interesada. El protagonista, James, se muestra con sed de venganza desde la primera escena y con una oscuridad en sus ojos, que enseña al público que su único objetivo va a ser luchar con quien sea. Es enigmático, no es simpático y aún así es imposible no sentirse atraído por su personaje. 

 La época, su fotografía y el vestuario son perfectas para meter a la audiencia en un universo muy sucio. A esta "suciedad" y "bajeza moral", no podemos dejar de lado al compositor Max Richter (Shutter Island). Una música que sabe transmitir a la perfección el color de cada escena.

Antihéroes televisivos hemos visto muchos pero lo interesante del personaje de Hardy es que en esta ocasión no se busca una justificación. Él es así, desagradable y atractivo. El personaje de Tom Hardy tiene tantos puntos de vista en un solo capítulo que parece imposible de creer. 

¿Dónde había estado todo este tiempo?  ¿Qué sucedió en el continente africano? ¿Por qué regresa a Londres? Las respuestas están en ese universo tan comedido.

Noticias relacionadas

EL CABECICUBO DE DOCUS, SERIES Y TV 

HBO se estrella frente a la dura realidad del capitalismo

Por  - 

El consumo masivo de series e incluso compulsivo llegó a nuestras vidas con las siglas de HBO por delante. La cadena apostaba por productos arriesgados a los que financiaba generosamente, es lo que se conocía como "de calidad", pero las nuevas posibilidades tecnológicas, que aumentaron de forma exponencial la competencia, redujeron sus posibilidades y rentabilidad hasta el punto de que su nombre se va a caer de la plataforma más para no ahuyentar al público general

EL CABECICUBO DE DOCUS, SERIES Y TV

Supremacismo alemán en el documental de Madeleine de HBO

Por  - 

No pasan ni diez minutos y es lo primero que se escucha. En Alemania los procesos legales se hacen mejor que en el resto de Europa. O si un pederasta quiere pasar desapercibido tendría que irse a Portugal en lugar de Alemania o Inglaterra. Todo para armar un documental de tres partes que más que contestar a la pregunta de quién mató a Madeleine McCann traza el perfil de uno de los sospechosos, un posible psicópata