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análisis Ap - días turbulentos tras su respaldo mayoritario en el congreso

Semana de pasión para Isabel Bonig

9/04/2017 - 

VALÈNCIA. La presidenta del PPCV, Isabel Bonig, comprobó con satisfacción el pasado sábado 1 de abril cómo su propuesta de Ejecutiva era respaldada por un 94,5% de los que ejercieron su voto en el cónclave. Un apoyo mayoritario que evidenció, al menos de puertas para afuera, la nula oposición que la líder regional tiene dentro de la formación popular. Ahora, una -dura- semana después, algún que otro dirigente bromea sobre si el resultado de la votación sería el mismo si se celebrara de nuevo el cónclave este domingo.

Así, justo antes de la Semana Santa, la líder de los populares valencianos ha atravesado sus particulares días de pasión, un pequeño vía crucis que ha puesto de manifiesto las dificultades, algunas de las cuales ya tuvieron sus antecesores, de presidir al PPCV. Dos problemas de calado han copado la agenda mediática en el partido de la gaviota: los decepcionantes presupuestos para la Comunitat anunciados por el Gobierno de Mariano Rajoy y el conflicto abierto en la provincia de Valencia que amenaza con arreciar en los próximos días.

El primero de los problemas es especialmente molesto para Génova. En un momento clave de negociación en el Congreso para sacar adelante las cuentas, la firma estampada por el grupo popular en Les Corts Valencianes a una declaración de todas las fuerzas políticas mostrando su rechazo a los PGE por la "marginación" a la Comunitat causó fuerte malestar en Madrid. Ese gesto reivindicativo de Bonig ya es de por sí superior a casi cualquier cosa que se haya atrevido a hacer un líder del PPCV en los últimos años.

Otro de los intentos recordados es el de su antecesor, Alberto Fabra, quien se atrevió a anunciar enmiendas por un montante de 144 millones de euros a los PGE de Rajoy en 2012. La respuesta: una variación de apenas de decenas de miles de euros que ridiculizaron al presidente de la Generalitat.

César Sánchez, Eva Ortiz, Mariano Rajoy, Isabel Bonig y Vicente Betoret. Foto: EVA MÁÑEZ

Unos antecedentes que evidencian lo poco amigos que son en Madrid del pataleo, si bien conviene recordar que la sumisión y entrega del PPCV tampoco ha servido de mucho -por no decir nada- en los años de bonanza y mayorías absolutas. "El granero de votos", repetían sin cesar los referentes populares valencianos. Y era cierto, pero nunca llegaron a cobrárselos con una mejor financiación o con inversiones adecuadas al peso de la Comunitat Valenciana en el conjunto de España.

Es más, la líder del PPCV se ha encontrado con la reprobación de dirigentes nacionales como el portavoz en el Congreso, Rafael Hernando, quien afirmó estos días que entendía que el rechazo de Bonig se debía a que "no conocía bien" los PGE y deseó que cuando lo hiciera, "cambiara de opinión". Una manera poco sutil de indicarle que no se saliera de la estricta línea dictada de Madrid aunque las cuentas indiquen que los valencianos serán los que menos inversiones reciban por habitante de toda España. 

La cosa no quedó ahí. También le llegó a Bonig fuego amigo desde su territorio, con la defensa impertérrita de las cuentas por parte del delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, así como por parte de dirigentes con plaza parlamentaria nacional que tienen claro la importancia de llevarse bien con Madrid. Una presión de procedencia nacional que acabó por la concesión por parte de la dirección regional a que personas del entorno de Bonig como los vicesecretarios generales Elena Bastidas y Rubén Ibáñez, salieran a defender las pocas bondades para los valencianos que incluyen los citados PGE. Veremos cómo se desenvuelve el PPCV en el encuentro de parlamentarios autonómicos y nacionales de todos las fuerzas políticas convocado para el 25 de abril precisamente para abordar la citada marginación valenciana en las cuentas.

El problema valenciano y el problema de Valencia

Pero al margen del problema valenciano de financiación e inversiones, Isabel Bonig ha tenido que lidiar esta semana con un problema de carácter orgánico que amenaza con enquistarse estos meses. La portavoz de la Diputación de Valencia, Mari Carmen Contelles, ha escenificado el notable respaldo del que dispone para disputarle a Vicente Betoret la presidencia provincial del PP de Valencia. Un cónclave que a priori debe celebrarse antes de verano.

Mari Carmen Contelles junto a más de 100 cargos locales esta semana

Bonig prefiere a Contelles, nadie lo duda. La ha mantenido como vicesecretaria de Organización en su equipo mientras que con Betoret no ha tenido sintonía en todo este tiempo, algo que volvió a evidenciar con el diseño de la actual Ejecutiva donde no incluyó a ninguno de sus afines en la cúpula.

Esta semana, mientras Contelles trataba de exhibir su fuerza en la provincia, Betoret se apoyaba en Génova donde tiene buenos contactos, para que desde Madrid se promoviera la unidad: un intento de evitar que la portavoz de la Diputación termine dando el paso. Un choque de trenes que ha dejado a ambos en una situación delicada y de la que parece difícil salir sin vencedores y ni vencidos. Si Contelles da un paso atrás y renuncia a presentarse tras los apoyos exhibidos, habrá quedado en evidencia. Si finalmente el congreso se convoca con normalidad y ambos concurren, la batalla está servida. 

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