VALÈNCIA. Más de 2,4 millones de euros. Es el deterioro que se anotó Sareb en sus cuentas de 2016 al canjear una deuda impagada por el 7,7% de las acciones de la firma de origen valenciano Quabit Inmobiliaria, tal y como recogen las cuentas del 'banco malo' depositadas en el registro mercantil.
En concreto, según detalla la sociedad en su memoria, el crédito impagado de Martibalsa SL tenía un valor neto contable de 10,2 millones de euros, y al valorar las más de 4 millones de acciones de Quabit que obtuvo al canjearlo Sareb decidió anotarse una provisión por deterioro de 2,4 millones.
Martibalsa -cuya participación quedó entonces muy diluida y que posteriormente salió definitivamente de la compañía- aseguró en aquel momento que la ejecución no derivaba de una deuda de Martibalsa, sino de una deuda impagada de Grupo Rayet -el anterior propietario del paquete de acciones-.
Según aseguraba la firma de Juan José Galiano, Martibalsa no mantenía "ninguna deuda impagada frente a la Sareb ni frente a ninguna otra entidad o tercero", pero la Sareb impuso su criterio y ejecutó la prenda de la deuda para hacerse con el paquete accionarial de Quabit.
Por contra, quien se incorporó recientemente al accionariado de la firma presidida por Félix Abánades fue Inmobiliaria Guadalmedina (IGSA), la empresa que agrupa las sociedades promotoras de Enrique Ballester.
La compañía entró el pasado verano en el capital social de Quabit al comprar una participación del 1,51%, equivalente a 1,1 millones de acciones.
IGSA adquirió este porcentaje mediante el pago en acciones de autocartera del crédito que mantenía con una de las filiales de Quabit, tal y como se indicaba en el documento de registro presentado y registrado en la CNMV.