VALÈNCIA. La pandemia provocada por el coronavirus supuso un parón en seco de la actividad quirúrgica programada en los hospitales de la sanidad pública valenciana. Evidentemente, las operaciones urgentes no demorables tuvieron que seguir adelante y, en algunos casos, fueron derivadas desde los departamentos públicos hacia la sanidad privada.
Sin embargo, hay un tipo de paciente con especial vulnerabilidad, el oncológico, con difícil encaje en espacios prácticamente saturados de casos de covid-19. como ocurrió en el pico más alto de la pandemia. Como ya señaló la consellera de Sanidad, Ana Barceló, las derivaciones vinculadas a esta enfermedad se estaban derivando a la Fundación Instituto Valenciano de Oncología (IVO).
En este sentido, desde el departamento de Barceló se derivaron alrededor de 450 operaciones en las cinco semanas -finales de marzo y abril- donde el número de contagios era más importante, un periodo que se inició a finales de marzo y que ha vuelto a estabilizarse al poder retomar de nuevo las operaciones desde los departamentos de la sanidad pública.
En circunstancias normales, las derivaciones desde los hospitales públicos al IVO son muy puntuales, tan solo en picos de trabajo. Y es que habitualmente los pacientes de la sanidad pública llegan a la fundación a petición propia, al solicitar consulta en el centro el cambio de hospital y que autoriza la Conselleria de Sanidad.
El IVO, quien tiene un concierto con la Generalitat Valenciana, atiende a más de 30.000 pacientes oncológicos al año. En cuanto a la actividad quirúrgica semanal, se intervienen alrededor de 100 pacientes, por lo que la fundación liderada por Manuel Llombart, durante la pandemia, ha tenido una actividad quirúrgica alta.
A pesar de la buena relación que a día de hoy mantiene la fundación oncológica con Sanidad, cabe recordar que también se han dado situaciones tensas con la conselleria, sobre todo en la época en la que fue dirigida por Carmen Montón. Momentos en los que las aprobaciones de peticiones de usuarios de la sanidad pública para tratarse en el IVO eran mínimas.
Cabe recordar que también los departamentos de la sanidad privada dejaron de realizar operaciones quirúrgicas programadas ante una posible saturación de los hospitales públicos. No obstante, recibieron algunas derivaciones de pacientes de Urgencias o situaciones no demorables como partos aunque, según apuntaron los propios centros, fueron las menos.
