VALÈNCIA. La confección del organigrama de un partido político suele diseñarse en los días previos a la celebración de un congreso. En el caso de que el candidato sea único, dispone de más tiempo y menos compromisos para dibujar la cúpula que debe acompañarle en su liderazgo. Si se ha celebrado un cónclave de confrontación, el vencedor se ve obligado -generalmente- a realizar ciertas concesiones a los rivales y, también, a los que se han convertido en aliados circunstanciales para la causa.
Cuando se produce el primer caso, el líder del partido reparte puestos entre los dirigentes que considera competentes y le merecen más confianza para los cargos. En condiciones normales -aunque esta regla se rompe con frecuencia- el máximo dirigente no debería tener demasiadas preocupaciones con los elegidos dado que los nombramientos han partido de sí mismo. No obstante, en política, como en la vida, las alianzas y las relaciones pueden cambiar de la noche a la mañana.
Atendiendo al organigrama del PPCV, un hecho que hasta ahora podría parecer anecdótico pero que en tiempo de precampaña cobra cierta importancia es quién ostenta la presidencia del Comité Electoral, órgano que ejerce la máxima responsabilidad regional respecto a las candidaturas locales -de municipios más de 20.000 habitantes excepto capitales de provincia- y autonómicas. Así, en este caso el puesto lo ocupa el diputado y también presidente de la Gestora de València, Luis Santamaría.
Un dirigente que recibió la confianza para ambos cargos -respectivamente en 2016 y 2017- por parte de la líder del PPCV, Isabel Bonig, pero que ahora ha sufrido cierto distanciamiento con ella tras expresar públicamente su deseo de optar a la Alcaldía de València, dado que la presidenta regional se decanta por algún independiente o quizá por el actual portavoz municipal, Eusebio Monzó.
El citado cargo no es baladí. Si bien en un partido como el PP la rigidez de los estatutos es más que discutible y la sumisión a las órdenes del superior es una tónica habitual, la realidad es que ostentar la presidencia del Comité Electoral no es un asunto menor de cara a unas listas que pueden tornarse complicadas tanto en el ámbito municipal como en el autonómico.
En este punto, cabe recordar que Santamaría se posicionó en las primarias prácticamente de inicio con Pablo Casado, a la postre vencedor, ofreciéndole además un consistente triunfo en València ciudad. Esa vía de comunicación de Santamaría con Madrid, unida al cargo de presidente del Comité Electoral, inquieta a más de un dirigente del partido según admitieron fuentes populares a Valencia Plaza.
Conviene reseñar que, en breve, se deberá proceder al nombramiento del resto del Comité Electoral para encarar el proceso de aprobación de las candidaturas. Este órgano se compone en total de nueve personas y estará presidido por Santamaría, quien contará además con un secretario, un representante de Nuevas Generaciones y seis vocales.
En este sentido, este diario no pudo concretar si la preocupación por la composición del órgano ha alcanzado a los presidentes provinciales del PP (los tres apoyaron en las primarias a Soraya Sáenz de Santamaría), que este lunes mantuvieron una comida junto a Isabel Bonig y con su número dos, Eva Ortiz, sobre el inicio de curso político. No obstante parece evidente que, dado lo que hay en juego, desde las estructuras provinciales tendrán intención de influir en la composición del citado comité para evitar que Santamaría pueda tener margen completo de maniobra. Y es que no se antoja el escenario más idóneo para los dirigentes que en las primarias apoyaron a Saénz de Santamaría ceder el control de algo tan delicado como las candidaturas locales y autonómicas, más aún cuando se auguran -tal y como suele ocurrir- tensiones en diferentes municipios además de en las listas a Les Corts.
Por otro lado, otras fuentes del partido consultadas por este diario restaron importancia a que Santamaría ostente este cargo dado que auguran que las direcciones provinciales se encargarán de limar previamente las diferencias que puedan existir en los diferentes municipios y las listas llegarán al comité cuando se encuentren consensuadas, por lo que desde el comité se procederá a dar luz verde a las candidaturas sin mayores modificaciones salvo que en algún municipio puntual pueda producirse determinadas excepciones. "No habrá sorpresas, Santamaría es una persona de partido", resumió un dirigente consultado por Valencia Plaza.