VALÈNCIA. Décadas antes de que en España fuera legal el matrimonio homosexual, en esa época en la que el feminismo no era una palabra estampada en las camisetas de los desfiles de moda, Rocío Jurado se declaraba “progay”, se rebelaba contra las preguntas sexistas y cantaba letras provocadoras, que jamás se habían escuchado en la voz de una mujer.
Artísticamente, la intérprete nacida en Chipiona, Cádiz, consiguió lo que pocos logran: Combinar su faceta como artista de la copla y el flamenco con una exitosa carrera como baladista romántica.
Empezó revitalizando la copla, género que ya no gozaba de la popularidad de antaño, y lo hizo con su voz sin comparación, su presencia escénica y un vestuario rompedor, que ya no se limitaba a la bata de cola.
La Chipionera experimentó con otros ritmos y consiguió convertirse en una estrella internacional, que no olvidó ni renegó de sus orígenes a los que siempre volvía. En su discografía se alternan el flamenco, la canción española y la música melódica.
La transición española arrancaba cuando La Jurado interpretaba provocadoramente “A que no te vas, a que sigues como un perro aquí a mi lado, hasta que yo diga ‘ya’” para luego dar un peligroso salto al lanzar ‘Lo siento mi amor’, uno de sus temas más conocidos, compuesto por Manuel Alejandro, con quien la andaluza alcanzó sus mejores momentos. La canción, que escandalizó en aquella época, se ha convertido en un himno de la liberación de las mujeres, que ya no tienen reparo al hablar de sus necesidades sexuales.
“Lo siento mi amor, siempre lo había dicho el hombre. Hace tiempo que no siento nada al hacerlo contigo, tengo una señora maravillosa con la que me va muy bien y me voy con ella. Se acabó. Pero una mujer que dijera eso… Una mujer nunca ha podido decir eso y en una mujer también ocurre porque somos seres humanos. Se trata de igualar conceptos, se trata de igualar situaciones”, así de claro lo explicaba la cantante en una entrevista con RTVE.
Rocío Jurado responde a la pregunta sobre su talla de sujetador.
La intérprete de Como una ola era reivindicativa no solo en sus canciones. Lo fue también en otras facetas, como en su respuesta a una periodista, que le preguntó por su talla de sujetador durante una entrevista.
“¿Qué te lo voy a decir? El único sujetador que me importa es el mental, que era el que tú te tenías que poner para no hacerme esa pregunta”, contestó.
Ese carácter indomable y rebelde se hace presente también en la versión que hace de La bien pagá donde cambia la letra para adoptar el papel de la mujer a la que originalmente está dedicada la canción.
“Bien pagá, me llaman la bien pagá, porque mis besos cobré y a ti me supe entregar, por un puñado de parné”, canta en esta reinterpretación del tema.
Su carrera siguió imparable con producciones como la de Señora, donde la mayoría de las canciones las firma de nuevo Manuel Alejandro.
El álbum publicado en 1979, fue Disco de Platino, y repitió éxito con temas controvertidos y potentes como fueron Amores a solas, que habla de la masturbación y el homónimo Señora donde la amante de un hombre comprometido explica su versión del adulterio y su negativa a abandonar a su enamorado.
Como yo te amo fue una de las melodías incluidas en Señora que más quebradores de cabeza le dieron a la cantante, ya que aunque Manuel Alejandro la escribió para ella, Raphael la hizo famosa, sobre todo en América, motivo por el que Rocío Jurado tuvo problemas con el intérprete de Yo soy aquel.
El LP también incluía el enérgico Ese hombre, melodía omnipresente de las rupturas y la decepción amorosa.
‘Ese hombre’ es uno de los hits de la andaluza.
Manuel Alejandro, el hombre tras éxitos de Raphael y Julio Iglesias, ha reconocido en diversas entrevistas, que escribió este melodía pensando en el primer marido de la artista, el boxeador Pedro Carrasco.
“Es un gran necio, un estúpido engreído, egoísta y caprichoso, un payaso vanidoso, inconsciente y presumido, falso, enano y rencoroso, que no tiene corazón”, reza la letra de este hit, que han versionado Fangoria y Lupita D’alessio.
Carrasco fue también la inspiración de Se nos rompió el amor, que relata de manera tan apasionada como conmovedora el final de una relación.
Su atrevimiento y sus ganas de romper tabúes y convencionalismos se reflejaba también en su manera de vestir. Fue pionera en subir al escenario escotes pronunciados, minifaldas y sensuales transparencias, que se convertían en noticia por el atrevimiento que significaba en aquellos años.
El vestido transparente, que usó en una de sus actuaciones en TVE, fue motivo de escándalo.
Un vestido en particular causó un gran revuelo: El que utilizó en un programa de TVE mientras cantaba Soy de España. El escote en forma de uve que llegaba al ombligo levantó las airosas quejas de algunas personas que se sintieron ofendidas por el atuendo. En otras ocasiones, durante sus apariciones televisivas intentaron obligarla a ponerse un chal o a taparse con algún accesorio para hacer menos llamativo su vestuario.
Fallecida en el 2006 a causa de un cáncer, fue una adelantada a su tiempo. Comprometida con la diversidad, fue una de las más fervientes defensoras de la causa gay, que la tiene entre una de sus divas favoritas.
Su talento, su arrojo y su valentía la convirtieron en una precursora, que abrió el camino a las cantantes actuales, que tienen mucho que agradecerle a la más grande.