VALÈNCIA. La portavocía de Ciudadanos en Les Corts no está siendo un camino de rosas para Ruth Merino. A pesar de que de manera oficial se trate de trasladar que el grupo parlamentario está unido tras la salida de Toni Cantó, la realidad es que continúa fracturado y los choques entre los dos bandos siguen produciéndose de forma constante. Incluso, más de lo esperado: en los últimos siete días, dos intervenciones de la síndica han despertado una fuerte oposición interna.
El último, a cuenta de las declaraciones de Merino tras la Junta de Portavoces de este martes. En rueda de prensa, la líder de los naranjas en el Parlamento sostuvo que su grupo presentaría enmiendas a la proposición de ley del Botànic que plantea una reforma de la ley electoral valenciana para bajar el listón electoral del 5% al 3%, entre otras cuestiones. Preguntada al respecto, la síndica aseguró en la rueda de prensa que su formación enmendaría la ley para mejorar la proporcionalidad, ya que Castellón actualmente está sobrerrepresentada en Les Corts.
Unas declaraciones que no agradaron en absoluto a la mitad del grupo parlamentario y que le trasladaron a Merino en una reunión previa al pleno de la Cámara. Según fuentes presentes en la reunión, varios diputados -incluida la portavoz adjunta, Mamen Peris, que es quien defenderá la postura de Ciudadanos en la comisión que estudia la reforma de la ley- mostraron su malestar y disconformidad con el hecho de que la portavoz asegurara que presentarán enmiendas a esta ley. El enfado todavía fue mayor por no haber conocido estas intenciones antes de que se produjera la rueda de prensa.
"Ni siquiera Mamen, que es quien lleva la ley, sabía que íbamos a presentar enmiendas", subrayan. "Si la ley del Botànic es la misma que en la legislatura pasada, ¿por qué tenemos que presentar enmiendas si estamos en contra? La mitad del grupo no quiere bajar la barrera electoral porque acabará beneficiando a los partidos de izquierda", añaden las mismas fuentes presentes en la reunión.
En este punto conviene recordar que más de la mitad de los diputados, en concreto los afines al ex secretario de Organización Emilio Argüeso, comparten la tesis de que el futuro del partido pasa más por un acercamiento al PP -de hecho, sus discursos en la Cámara se acercan más al ideario de los populares-, que no por un entendimiento con las fuerzas de izquierdas. De hecho, durante los días posteriores a la marcha de Cantó, sobrevoló la intención de varios de ellos de abandonar las siglas naranjas para afiliarse al Partido Popular como hizo Fran Hervías, entre otros. Una idea que finalmente se esfumó por el reparto de cargos en el grupo que hizo la dirección nacional para sembrar la paz y evitar así perder, no solo representación, también ingresos económicos.
Con todo, ahora este sector se niega a negociar la reforma de la ley electoral para bajar el listón del 5% al 3% -un cambio que rechaza también el PP-, según fuentes consultadas por este diario. Un nuevo viraje en su posicionamiento, ya que no solo Merino avanzó que presentarían enmiendas a la norma, sino que también hace un par de semanas anunció que se abrían a negociar el cambio legal y aprovecharían el plazo de dos meses que el Botànic había ampliado para presentar enmiendas para negociar con el tripartito.
Ahora bien. Esta no es la primera revuelta interna por las decisiones que está adoptando la síndica en sus primeros días de mandato: la semana pasada la mitad del grupo se quejó por el encuentro que tuvo Merino con el president de la Generalitat, Ximo Puig, en el que le trasladó que su formación realizaría una oposición constructiva lo que restase de legislatura. La cita levantó una fuerte polvareda en Cs, pues el 50% del grupo reclamó que los asuntos a tratar en este tipo de citas fueran debatidas entre todos para marcar la estrategia a seguir en los próximos dos años, puesto que no buscan un entendimiento con las fuerzas del tripartito.
La tensa reunión de este miércoles, sin embargo, no se centró exclusivamente en la reforma de la ley electoral. Varios diputados también reclamaron conocer las cuentas del grupo parlamentario durante la etapa en la que Cantó fue portavoz de Ciudadanos.
Una petición que fue denegada por el anterior equipo que las gestionaba. "Si está todo correcto no entendemos que no se nos faciliten", advirtió una diputada en la cita, según fuentes presentes en la reunión. La intervención calentó tanto el ambiente que, incluso, un diputado acusó a una parlamentaria de adoptar una actitud chulesca, lo que despertó críticas por una acusación que consideraron machista.
La cosa no queda ahí. En las últimas horas, parte del grupo parlamentario ha reclamado a Merino una renovación de asesores y técnicos de la etapa anterior porque, según estos, es el acuerdo al que se llegó con la dirección nacional cuando se designó a la actual portavoz para sembrar la paz. Calma tensa de Ciudadanos.