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presentará el 26 de noviembre su nuevo plan estratégico a 2025

Repsol pone rumbo directo hacia sus mínimos históricos en bolsa

21/10/2020 - 

VALÈNCIA. Repsol (REP) ha vuelto a poner rumbo directo a sus mínimos históricos en el parqué bursátil, que corresponden a los 5,713 euros del cierre del pasado 19 de marzo. La petrolera presidida por Antonio Brufau, que redujo su producción de crudo un 13,5% en el tercer trimestre, se deja en lo que va de año un 55,45%, lo que la convierte en la cuarta peor parada del Ibex 35 por detrás de IAG (-75,52%), Banco Sabadell (-71,83%) y Meliá Hotels (-60,97%). Y, por si fuera poco, la novena que más baja entre los 130 valores que nutren al Mercado Continuo.

De este modo, REP ha visto como su capitalización bursátil se ha reducido hasta los 9.520,82 millones de euros. O lo que es lo mismo: a descender hasta el puesto 16 a caballo entre CaixaBank (10.177 millones) y Red Eléctrica (8.733 millones). Cuanto menos en su capital, según lo ha constatado este diario de la base de datos pública de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), no hay ningún bajista con nombre y apellidos.

"La caída del petróleo y los impactos del coronavirus están detrás del pésimo comportamiento de Repsol, que cada vez huele más a OPA aunque sería difícil por cuanto el Estado está muy vigilante con la entrada de capital extranjero en compañías estratégicas para el país", apuntan desde una mesa de intermediación bursátil consultada por Valencia Plaza. Lo cierto es que la petrolera dirigida por Josu Jon Imaz registró unas históricas pérdidas de 2.484 millones en el primer semestre de 2020. Lo hizo tras apuntarse unos impactos de 2.673 millones de euros por la pandemia en la valoración de sus inventarios y por la revisión en su hipótesis de precios futuros del crudo y del gas y el ajuste del valor de sus activos de 'upstream' (exploración y producción).

La semana que viene rendirá cuentas al mercado -29 de octubre- y casi un mes después -26 de noviembre- presentará su nuevo plan estratégico para el periodo 2021-2025, que lo aplazó en marzo pasado por el coronavirus. Sin duda, una 'hoja de ruta' que marcará la senda del grupo para alcanzar su objetivo a 2050 de ser una compañía de emisiones netas cero, al tiempo que mejore su posición de valor global.

Importante viraje

A finales del año pasado, el grupo ya dio un viraje importante en su estrategia al convertirse en la primera empresa del sector en asumir esa meta en un horizonte a tres décadas, en concordancia con el Acuerdo de París. La crisis sanitaria obligó a Repsol a aplazar sus planes de lanzar su nueva estrategia, prevista inicialmente para mayo, ante el cambio total de escenario provocado por la pandemia, aunque no ha apartado al grupo de su objetivo de ser protagonista en la descarbonización.

Para hacer frente al impacto por la pandemia, la compañía lanzó un Plan de Resiliencia para sortear lo mejor posible este 2020, basado, principalmente, en una reducción de los gastos operativos hasta los 450 millones de euros y en un recorte en las inversiones hasta los 1.100 millones, con una optimización del capital circulante en cerca de 800 millones de euros.


En esta nueva estrategia hacia la descarbonización tendrán un papel importante las renovables, donde la empresa ha dado un paso decisivo en los últimos años -con su entrada en el negocio de electricidad con la compra en 2018 de activos de Viesgo- para consolidarse como un actor relevante en la generación de electricidad baja en emisiones. En este sentido, el grupo presidido por Antonio Brufau cuenta ya con una cartera de siete proyectos renovables en la Península Ibérica que, en distintas fases de desarrollo, suman más de 2.300 megavatios (MW), que se unen a los casi 3.000 MW de capacidad total instalada con los que cuenta actualmente la compañía.

Repsol dio otro paso adelante más en esta estrategia este verano, con la expansión internacional en renovables a través de un acuerdo con el Grupo Ibereólica Renovables que le da acceso a una cartera de proyectos en Chile que esta compañía tiene en operación, construcción o desarrollo, de más de 1.600 MW hasta 2025, y la posibilidad de superar los 2.600 MW en 2030.

De la descarbonización al dividendo

Otros de los vértices de esta estrategia hacia la descarbonización será avanzar en áreas como la economía circular, así como en los proyectos de hidrógeno renovable y de captura y almacenamiento de CO2. En esta dirección el grupo ya está trabajando con proyectos como el que está llevando a cabo en las proximidades de su refinería de Petronor (País Vasco) para desarrollar una de las mayores plantas de combustibles sintéticos del mundo o un nuevo y pionero proyecto de captura y almacenamiento de CO2 que estudia vinculado al 'megayacimiento' de gas natural de Sakakemang (Indonesia).

En lo que se refiere a su estrategia de dividendo, el consejero delegado Josu Jon Imaz ya ha reiterado que el compromiso de la compañía con la remuneración a sus accionistas, incluso en el actual entorno marcado por la crisis de la covid-19, será "una de las prioridades" en la nueva estrategia. A este respecto, el pasado mes de julio el ejecutivo subrayó que el objetivo pasaba por ser "atractivos" con respecto a los competidores de sector y a los principales del Ibex 35.

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