VALÈNCIA. ¿Quién le hubiera dicho a Raúl que a estas alturas sería el artista más joven de un festival? Y lo que es más importante: ¿Quién le habría dicho a Raúl que a estas alturas compartirían cartel con algunos de sus ídolos como The Jesus and Mary Chain, The Cult o Simple Minds? Fue a lomos de su banda, Los Radiadores, y sucedió anoche en la primera jornada del 4ever Valencia Festival de La Marina de València que hoy continúa con su segunda jornada.
Hoy Raúl tendrá resaca, una más. Y a su lado, sin duda, estará Vanesa. Qué buena pareja. Altos, elegantes, incombustibles, rubia y moreno… son rock and roll. A Raúl le dolerá la cabeza, pero estará sonriendo. Ya al mediodía, se tomará Ibuprofeno y una cerveza y saldrá a la calle a pasear con Gala y Vera, sus dos preciosas hijas. Ahora serán cuatro, una familia rock.
Saltos temporales
La primera vez que invitamos a Raúl Tamarit a participar en Vinilo Valencia Radio (de eso hará ya, fácil, 15 años) estábamos nerviosos ante su presencia; para nosotros era un ejemplo radiofónico a seguir, algo así como un maestro; desde su programa, La Sustancia Verde, nos había enseñado a que a través de las ondas se podía hablar a nuestra manera de los grupos que nos gustaban; y, lo más importante, desde València. Él, siempre lo ha reconocido, lo había aprendido años antes de genios del medio como Jorge Albi y Juan Vitoria. Y ya, de primeras, lo que percibimos es lo mismo que su gran amigo (el mejor) Manolo Bertrán (líder de Doctor Divago): “En el mismo momento en que lo conocí super que era un tipo con el que uno se siente a gusto. Eso se percibe a su lado de una forma casi extrasensorial. No hay apenas tipos como él”.
Sabíamos que formaba parte, además, de los ahora extintos Una Sonrisa Terrible, formación que ha escrito importantes páginas del pop valenciano. De hecho -nunca lo olvidaré- un día apareció acompañado de Isa Terrible (vocalista del grupo) en una de las fiestas del programa que dábamos por aquellas fechas. De vez en cuando nos dejaban pinchar (casi haciéndonos un favor) en algún garito de la ciudad. Aquella en concreto fue en el malogrado Unsur, no había mucha gente. Nos cruzamos en el baño y le pregunté que cómo era que habían venido. Y me dijo: “estábamos cansados de ir a los mismos sitios y hemos querido ver qué proponía gente nueva como vosotros”. Inquieto y siempre indagando en lo que se cuece, su reputación de informador sonoro y experto de la noche no solo quedó intacta, se agigantó para mí.
Destacable fue también su papel como programador de MIMED. Los aficionados a la música le debemos imborrables noches escuchando directos de grupos como Los Planetas, Bunbury, Rosendo, Albert Pla, Surfin’ Bichos, Nacho Vegas, Supergrass, Astrud, La Habitación Roja o Chucho. Todo un ejemplo de como un festival puede programar con gusto y de manera abierta sin grandes locuras presupuestarias. ¡Que vuelva! Y fue también en la radio municipal de Mislata donde hizo un tándem magnífico con Ángeles Fernández; Maneras de Vivir se llamaba aquel magazine, que estaba a la altura de cualquier cadena de ámbito nacional.
De repente, otro salto en el tiempo, estoy junto a él en la esquina de la barra de la Sala Wah Wah. Mina y Vanesa nos acompañan. Fueron decenas de noches, un par de años, escuchando música y bebiendo al abrigo de los mejores tiempos del local. Hablando sin parar, podíamos tirarnos horas y horas gritándonos al oído cualquier conversación que tuviera que ver con la música. Fue quizá allí donde comenzamos a conocernos más. ¿Quién nos iba decir que años más tarde montaríamos junto a otros dos amigos el George Best?
Para entonces yo ya sabía lo que el propio Juan Vitoria ha articulado a la perfección en palabras: “Raúl Tamarit es un tipo íntegro”. Tras estos años de compartir negocio y (más) batallas con él, tan solo puedo añadir que es garante de una honestidad brutal y que pincha como los ángeles. Ah, y que a veces sufre de migrañas de una forma descomunal, casi insoportable, y que esos días mejor no dirigirle la palabra, dejar que se marche. Pero qué duda cabe que Alfonso Cantador (otro de los socios/amigos) y él son la cara visible de un club canalla y guitarrero que, como los perros, se parece a sus amos.
No solo música
Lo he visto muchas veces actuar y todavía me llama la atención la transformación que sufre en el escenario. Cierto que es un tipo rock hasta cuando pasea por Alboraya con su familia, pero sobre el escenario todavía va más allá. Josele Santiago, Jose Ignacio Lapido, Loquillo, Jose Manuel Casañ, Joey Ramone, Miguel Ríos, Joe Strummer… todos sus referentes se conjuran bajo los focos para mostrarnos a un tipo que es verdad y fuerza.
He preguntado al periodista Rafa Cervera, sin duda con más objetividad y perspectiva que yo, sobre el personaje que nos atañe. Y claro, su contestación es insuperable por certera: “Raúl Tamarit es una figura esencial dentro del rock valenciano. Representan un espíritu que ya no existe y no cualquiera puede representarlo. Es la manera que tiene de creer en el rock and roll; como estilo de vida, como filosofía, como algo que no es solo música y que forma parte de él de una manera muy profunda y le configura como persona”.
“Los Radiadores son la materialización de esa visión de rock and roll… Raúl es como uno de esos músicos que representa todo lo que yo entiendo del rock; por la forma de tocar, de componer, de la música que hace, como la hace… En ese sentido es un personaje esencial y que no tiene parangón en la escena valenciana. Solo hay un Raúl Tamarit en Valencia. Al margen de esto me parece un tipo estupendo, noble, transparente y una grandísima persona”. Lo dicho, que más puedo añadir. Bueno sí, que le quiero.