VALÈNCIA. Rafael Doménech, responsable de Análisis Macroeconómico de BBVA Research, pasó por su tierra de adopción (València) para presentar el último informe del Servicio de Estudios del también llamado 'banco azul' sobre la economía de la Comunitat Valenciana. Y lo hizo trayendo buenas noticias porque prevé que la economía autonómica crecerá este año un 2,7% y una décima menos en 2018 según unas previsiones "muy cautas y prudentes". Para ello recordó que el primer trimestre ha arrancado con un crecimiento de ocho décimas, lo que si se mantuviera el ejercicio cerraría con un crecimiento del 3,2%.
Además, tal y como publicó este diario, Doménech, reconoció que la vuelta a los mercados financieros y dejar el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) normalizaría la situación en la Comunitat Valenciana. Tras la presentación de dicho informe, el responsable de Análisis Macroeconómico de BBVA Research atendió amablemente a este diario para abordar diferentes cuestiones.
-¿Dónde se va a detener el desplome de las exportaciones de la Comunitat Valenciana tras el Brexit?
-No lo sabemos. Para nosotros el Brexit significa mucha incertidumbre. Este mes Reino Unido debería activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que será el inicio del proceso formal de salida de la Unión Europea. Y a partir de ahí quedan muchos flecos porque es una negociación con muchos temas pendientes para los próximos años, ya que no es un proceso de la noche a la mañana. Dependiendo como queden los estatus entre Reino Unido y la Unión Europea tendremos un impacto mayor o menor en la Comunitat Valenciana. Pero no hay que olvidar que hablamos de una economía muy diversificada en términos de exportaciones y hay otros mercados.
-Y mientras tanto las exportaciones valencianas hacia Estados Unidos ya comienzan a desinflarse...
-Hay mucha volatilidad. La economía estadounidense está creciendo bien, a tasas elevadas y según los últimos datos macroeconómicos podría acercarse al 4% anual. Las empresas valencianas lo que tienen que hacer es posicionarse bien en ese mercado y aprovechar para ganar competitividad. No es un problema de la demanda de empresas valencianas sino de posicionamiento.
-Por cierto, ¿se está creando empleo ganando competitividad en la Comunitat Valenciana?
-La relación entre competitividad y empleo no es siempre lineal porque depende de causas subyacentes. Antes de la crisis perdíamos competitividad a nivel agregado porque teníamos una fuerza subyacente en medio de una burbuja inmobiliaria. Ahora estamos viendo que creamos empleo con ganancias de competitividad, con una mejora muy significativa de nuestra competitividad dando lugar a algo único en la economía española en la historia de la democracia: estamos creando empleo y reduciendo la tasa de paro con superávit de la balanza por cuenta corriente.
-¿Es partidario de eliminar los impuestos directos como el IRPF para que el contribuyente pueda gastar el dinero que tiene que pagar e incentivar la economía?
-Eliminar no. Cualquier economía avanzada necesita tener estructura fiscal diversificada. Hay que tener en cuenta que los impuestos directos provocan distorsiones y lo que hay que diseñar son impuestos con menos distorsiones. En este sentido no todos los impuestos son iguales porque hay países que dan más peso a los indirectos que a los directos como forma de favorecer el ahorro y el empleo, lo que permite la reducción de las tasas de paro y la mejora de la productividad y termina dando lugar a un crecimiento más impulsivo con menor desigualdad. Por ejemplo Dinamarca, que aplica un régimen de cotizaciones sociales mínimo por debajo del 2%, a cambio tiene una presión fiscal más elevada que otros países. Aquellas naciones que tienen un menor ratio de cotización social sobre impuestos indirectos terminan teniendo menores tasas de paro y de desigualdad. El efecto de los impuestos sobre la equidad hay que valorarlos con visión global, no se trata de quien paga más o menos, sino de tener una economía con más empleo pero de más calidad.
-¿Qué opinión le merece el Impuesto de Sucesiones?
-Todos los países tienen un impuesto sobre sucesiones, lo que hay que buscar es aquella tarifa impositiva que maximiza el bienestar. Ni del 0% ni muy elevado y ver cuál es el nivel que permita a las personas ahorrar. Hay que tener impuestos que permitan cierta igualdad de oportunidades, que se garantizan mucho mejor con políticas de gastos que no con políticas redistributivas a través de impuestos. Es más importante lo que hagamos con la educación que con el impuesto sobre sucesiones.
-¿Sinceramente tiene viabilidad el sistema actual de pensiones en España?
-Sí. Es un sistema sostenible y viable, que tiene que seguir siendo el pilar del Estado del Bienestar. Asimismo tiene que tener una parte muy importante basada en el sistema de reparto, que se necesita ir adaptándolo a lo largo del tiempo. Hace un par de décadas, Suecia puso en marcha un sistema de reparto cuentas nocionales y España necesita claramente converger a esas cuotas nocionales; no revertir ninguna de las reformas realizadas en los últimos años. La sociedad tiene que elegir cuál es la combinación adecuada entre la tasa de generosidad del sistema de pensiones para hacer frente a la previsión del aumento.
-Pero ¿serán sostenibles las pensiones en España?
-Las pensiones serán sostenibles pero buscando el equilibrio entre la presión fiscal reparto y la tasa media de generosidad, es decir, la relación entre el salario medio cotizado y la pensión media efectiva. Actualmente España tiene la segunda mas alta de Europa tras Chipre. Lo mejor para no generar un problema intergeneracional es reducir gradualmente la tasa de generosidad para aliviar los problemas de financiación del sistema pensiones. La economía española necesita tener mayores tasas de empleo y todo esto requiere cuentas nocionales o individuales que siguen siendo un sistema de reparto público que da lugar a cuentas claras.
-¿Por qué en España los jóvenes no son dados al ahorro de cara a su jubilación como en otros países de nuestro entorno?
-Por varias razones pero principalmente porque aquí (y en otros países) la sociedad no ha generado la cultura financiera necesaria, no hay incentivos y dentro de estos incentivos está el sistema de cuotas nocionales. La gente no sabe lo que se puede llegar a acumular ahorrando solo dos euros al día.