VALÈNCIA. Poco más de dos segundos para rastrear los, aproximadamente, 313 millones de artículos disponibles en ese momento en la wikipedia, fue el tiempo que empleó Israel Olalla, cloud customer engineer en Google, para detectar si alguien había conseguido colar algún trol. La demo, para exhibir uno de los servicios en la nube que ofrece Google, se hizo en el evento ‘Data science como servicio en entornos cloud’. El encuentro, celebrado el pasado 11 de julio en el auditorio Espacio Fundación Telefónica de Madrid, contó también con la intervención de Pedro Romera, Business Development Manager for Machine Learning & AI de Amazon Web Services (AWS) y José García-Nuño Poveda, Solution Architect para Partners de Microsoft Azure. Quedaban así representados tres de los más grandes que pugnan por hacerse con el negocio en la nube a escala global.
En pocos años el cloud computing ha pasado de ser una tecnología emergente a convertirse en parte esencial para proveedores de servicios de todo tipo. Cuando compartimos una imagen en Instagram, cuando escuchamos un tema en Spotify o cuando entramos en nuestra cuenta de Dropbox accedemos a servicios prestados en la nube, que no es otra cosa que internet pero sin necesidad de instalar físicamente el software en nuestros dispositivos.
De la misma manera, una inmensa mayoría de las empresas -menos aún las startups- que prestan esos servicios no están capacitadas para absorber en sus instalaciones la infraestructura ad hoc necesaria para almacenar y gestionar los millones de datos y transacciones que realizan. Es entonces cuando recurren a empresas especializadas en ofrecer servicios en la nube, con un modelo de pago por uso. Evitan así hacer un gran desembolso en materia de equipos, infraestructura o mantenimiento. A eso es a lo que se dedican en Google Cloud Platform, AWS -la pionera en 2006- o Microsoft Azure. Aunque algo peor clasificados, en la misma liga juegan compañías como IBM o HP Enterprise. Todos ellos son proveedores a escala global de lo que se conoce como nube pública, el nombre con el que se refieren a los servicios puestos a disposición de terceros, como empresas, que adquieren infraestructura como servicio, IaaS, conforme a las siglas inglesas.
Según las previsiones de la consultora Gartner, el mercado mundial de servicios en la nube pública crecerá este año un 21,4%, equivalente a un gasto de 186.400 millones de dólares frente a los 153.500 millones del pasado año. Por otra parte, se prevé que los 10 principales proveedores mundiales del mercado representen cerca del 70% de este segmento de aquí a 2021, frente al 50% de 2016.
Sin embargo, pese a los grandes players, todavía parece quedar hueco para empresas tecnológicas de nueva creación que han visto en el cloud computing su oportunidad de negocio. Es el caso de la española Gigas que cotiza en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) desde 2015. Al frente figura, como CEO, Diego Cabezudo cuyo objetivo es “ser la compañía de referencia en la provisión de servicios de cloud computing en España y Latinoamérica”.
Gigas nació en 2011 como empresa especializada desde su origen (pure player) en el cloud computing y hoy se ha convertido en uno de los proveedores significativos mundiales en el sector. Actualmente Gigas está presente en España, EE.UU, Colombia, Chile, Perú, Panamá y México. Asimismo, cuenta con datacenters en Madrid, Barcelona, Miami, Santiago de Chile y Bogotá. Tiene cerca de 100 empleados y más de 3.900 clientes corporativos repartidos por 150 países. La compañía generó un EBITDA en 2017 de 572 mil euros. Cuenta también Diego Cabezudo que, si hasta hace unos meses el crecimiento de la empresa fue meramente orgánico, la apuesta de crecimiento actual es a través de las adquisiciones de compañías menores como la catalana SVT, proveedor de cloud hosting SVT y filial del grupo Semic. La otra adquisición reciente ha sido la colombiana Ability, otro proveedor de soluciones y servicios de negocios en la nube. “La intención es seguir por esta vía y alcanzar un crecimiento del 45% o el 50%, para consolidar un mercado todavía muy fragmentado y que no para de crecer”, dice el CEO.
El negocio de Gigas se centra en ofrecer la infraestructura tecnológica de última generación que necesitan las compañías para su actividad diaria. Se dirigen especialmente al segmento del mercado que configuran aquellas empresas y particulares con necesidades de espacio de servidor, motivo por el cual cada vez son más las empresas que migran a la nube, aunque también les intimida el control remoto de la compañía.
Este último es el motivo por el que cada vez surjan más herramientas y prestaciones adicionales con valor añadido que compense ese temor. Microsoft ha conseguido adelantarse con un modelo híbrido que permite compatibilizar el uso de la red local o privada con la pública conforme a las necesidades de la empresa y según distintos escenarios.
Asimismo, enfocados sobre todo a clientes de alta gama que quieran beneficiarse de economías de escala, empiezan a relacionar los servicios en la nube con otras tecnologías como el big data o la inteligencia artificial. “Se habla mucho de machine learning, pero olvidamos que el primer paso para hacer machine learning es hacer data science, tener un montón de datos y saber gestionarlos”, decía Olalla en su intervención en el encuentro de Telefónica recordando el valor de los datos en la toma de decisiones empresariales. La ciberseguridad, el control de propiedad intelectual, la progresiva digitalización de las empresas o el auge de las plataformas como servicio parecen abrir nuevas puertas a la oportunidad del suculento negocio en el sector cloud.