MADRID. El mes de elecciones presidenciales en Estados Unidos está marcado, tradicionalmente, por el aumento de la volatilidad en el mercado de capitales en general, debido a la incertidumbre que lleva asociada. ¿Cómo deben posicionarse los inversores?
Este año, incluso ante las consecuencias del referéndum británico, los participantes del mercado podrán mostrarse más cautelosos o nerviosos de lo habitual. En este contexto, un inversor expuesto al mercado de acciones de EE.UU. podrá optar por alguna cobertura a través de instrumentos con exposición a volatilidades del S&P500, por ejemplo.
Sin embargo, teniendo en cuenta las declaraciones y programas de cada candidato hacia la Casa Blanca, hemos seleccionado las compañías que se comportarán mejor con una victoria de los demócratas y cuáles lo harán si triunfan los republicanos.
El escenario en el que la candidata demócrata, Hillary Clinton, es la ganadora, se caracteriza por las expectativas de continuidad por mantener el status quo y, como tal, con menos riesgos asociados. Por lo tanto, se espera que los activos más cíclicos pueden beneficiarse, tales como las acciones. En el escenario en el que el candidato republicano, Donald Trump sale ganador, la peculiar posición podría conducir a un aumento significativo de la volatilidad. Una potencial presidencia de este candidato podría caracterizarse por un mayor aislamiento y flujos comerciales más débiles.
En el mercado de acciones, teniendo en cuenta el programa electoral del candidato, podemos distinguir el impacto entre los distintos sectores:
- Sector financiero: un candidato demócrata defiende un mayor poder de los reguladores (SEC) para que decidan si las instituciones financieras son "demasiado grandes y demasiado arriesgadas para gestionar" y tasas de riesgo asociado con la cantidad de la deuda de cada banco. JPMorgan, Citigroup, Wells Fargo, Goldman Sachs, Bank of America, Morgan Stanley, BNY Mellon y State Street son las ocho instituciones consideradas de importancia sistémica en EE.UU. y pueden enfrentarse a restricciones adicionales. Por otro lado, Hillary defiende un regulador menos flexible, argumentando que los bancos deben ser declarados culpables como condición para el acuerdo de disputas legales. Si los republicanos toman el control del Senado o la Casa Blanca, deberán seguir bloqueando cualquier intento de aumentar la regulación del sector financiero, aliviando así la carga y/o restricciones al sector.
- Sector salud: una candidata como Hillary Clinton defiende la regulación y las medidas para controlar los altos precios de los medicamentos, lo que podrían tener un impacto negativo en algunas de las empresas de este sector. Entre las farmacéuticas con medicamentos cuyo precio es bastante alto destacan Gilead, Sanofi, Pfizer, Merck & Co o Mylan. La tendencia que presenta este sector parece descontar ya este potencial factor de riesgo. Por su parte, el apoyo de Trump a los métodos anticonceptivos podría beneficiar a empresas como Bayer. Hillary Clinton está defendiendo ampliamente el mantenimiento del programa Obamacare y la expansión de Medicaid, la Ley de atención asequible de lo que puede traducirse en oportunidades para las compañías de seguros, tales como Molina, Humana, Aetna y Centene o incluso para aumentar los márgenes de los operadores de hospitales como LifePoint. A pesar de que tiene una visión muy consistente del sistema de salud, el candidato republicano ha sido muy crítico con los actuales modelos del ObamaCare, por lo que empresas como aseguradoras y hospitales podrían verse particularmente penalizados.
- Sector energético: Clinton defiende la utilización de energías renovables y la transición al gas natural, por lo que las compañías de energía renovable (eólica y solar) y los productores de gas natural también deberían verse beneficiados. SolarCity, Vestas, Gamesa, First Solar, SunPower, Chesapeake, Anadarko, Devon e Cabot Oil & Gas son algunas de las empresas que podrían salir reforzadas. Con respecto a la producción de carbón, los candidatos tienen puntos de vista opuestos. Hillary Clinton, por su parte, favorece el uso de las energías renovables. Por lo tanto, las empresas que operan en la minería del carbón, como Peabody Energy, Alpha Natural Resources, Consol o Arch Coal pueden verse afectadas. Por otro lado, la explotación de terrenos federales también divide a los candidatos. En este caso, Donal Trump apoya la reducción de la carga reglamentaria sobre ellos. Por lo tanto, las energéticas que tienen participaciones en terrenos federales también puede verse afectadas. Las empresas que tienen participaciones en tierras federales incluyen a Conocophillips o Hess, mientras que entre las empresas que prestan servicios se situarían Halliburton y Backer Hughes. Por último, aunque no fue muy abordado, Donald Trump defiende la ampliación del acceso al sector privado de las plataformas offshore, lo que podría beneficiar a las compañías como Shell, Chevron, BP, Apache y Anadarko.
- Sector tecnológico: la candidata demócrata defiende una mayor regulación, al contrario que Donald Trump. Así, en el caso de que Clinton sea la ganadora, empresas como AT&T, Verizon o Comcast podrán enfrentarse a un aumento de la regulación que podría materializarse en un incremento de los costes.
- Sector defensa: independientemente de quien se haga con el poder de la Casa Blanca, no se esperan grandes cambios en armamento. Por un lado, el republicano Donald Trump ha mostrado su escepticismo en el apoyo de los aliados de Estados Unidos, lo que podría sugerir el deseo de reducir la presencia militar en el exterior. Lo mismo se aplica a Clinton, que ha demostrado sobre-apoyo, en algunos casos, a la presencia militar de Estados Unidos. Empresas como Lockheed Martin Corp (Aviación), Boeing (Aviación), General Dynamics Corp (barcos y submarinos) o Raytheon Co (armas y municiones) pueden experimentar cierta volatilidad.
En lo que se refiere al dólar estadounidense, podría apreciarse independientemente del candidato vencedor, especialmente en momentos difíciles. Por un lado, en caso de que sea la candidata demócrata la vencedora, siendo considerada una candidata de “continuidad”, una vez eliminado el riesgo de incertidumbre asociado a las elecciones, se espera que la Fed aumente los tipos de interés en diciembre, fomentando la apreciación del billete verde.
Por otro lado, en caso de que sea el candidato republicano el vencedor, el dólar podría depreciarse en una primera fase ante la fuga de fondos de EE UU debido a la incertidumbre asociada a la agenda política de este candidato. No obstante, en una segunda fase, como el candidato aboga por un fortalecimiento de la moneda gracias a la subida de los tipos de interés, el dólar se apreciará.
Finalmente, sin invalidar la importancia de quién será el candidato que se haga con la victoria en las elecciones del 8 de noviembre, otro factor importante es también el dominio del Senado. En una situación de falta de mayoría, las condiciones de gobernabilidad serán muy pequeñas, por lo que cualquiera de las partes tendrá que hacer concesiones.
Marisa Cabrita es analista de Orey Financial