VALÈNCIA. No existe una definición que distinga a una empresa inspiradora o ‘inspiracional’, como prefieren llamarlo algunos, de otra que no lo es. Lo que sí se les presupone siempre a las primeras es un valor que va más allá de la calidad de un producto, de una gestión excelente o de una facturación brutal cánones que, por cierto, serían más que suficientes y muy bien recibidos por cualquier emprendedor.
Pero no es el ebitda de una empresa lo que va a conseguir que los clientes se sientan orgullosos de dejar 1.500 euros encima del mostrador porque lo que se llevan es un MacBook de 13 pulgadas, o que cuenten emocionados la experiencia que vivieron con Blablacar o cómo han conseguido deshacerse de esos esquís que llevaban años sin usar y sacarles una ganancia !con Wallapop¡ Cuando se expresan así, lo que ponen de manifiesto es un sentimiento de pertenencia, de identificación con una determinada comunidad en torno a una marca.
Guillermo Martínez, CEO de Minty Host lo ve claro. “Desde mi punto de vista, una empresa inspiradora es esa que igual nace sin un modelo de negocio determinado, con un producto que no es el mejor y que tampoco resuelve un problema real en el mercado pero que, aún así, triunfa y se mete al gran público en el bolsillo. Para mi eso es más meritorio que lanzar algo con lo que sabes que quitas un dolor de cabeza y que te van a comprar desde el primer día. Pero hay que ser valiente y saber hacerlo. Yo lo intenté con un proyecto anterior y me quedé sin recursos antes de tiempo por eso, en mi segundo emprendimiento, tenía claro que había que salir con un modelo de negocio muy bien definido para empezar a facturar cuanto antes”.
Y aunque algunos puedan asociar una marca o empresa inspiradora a un fenómeno de masas, expertos en marketing digital y en comportamiento del consumidor, como Fernando Carruesco, lo desmienten. Como ejemplo recurre a la reciente inauguración en Xanadú (Madrid) del primer establecimiento físico en Europa de Aliexpress, con colas de hasta dos días de espera. “No creo que la expectativa generada haga de Aliexpress una marca inspiradora. Su estrategia ha sido más posicionarse con los precios, como marca chollo. En este caso creo que han intervenido otros factores muy conocidos en el mundo del marketing y la psicología, como el poder de lo gratis o el efecto arrastre, pero de ahí a hablar de marca inspiradora, hay un trecho. No creo que las 3.000 personas que aguantaron la cola en Aliexpress experimentasen el mismo sentimiento de pertenencia que los incondicionales de Apple cuando asisten a la presentación de un nuevo modelo de Iphone. Aún así, tampoco le quito el mérito a Aliexpress teniendo en cuenta que a nadie nos gusta aguantar una cola”.
Circula un video en internet de Simon Sinek, escritor y motivador inglés, bajo el título How great leaders inspire action, en el que expone su concepto del círculo dorado. Con este explica la razón por la que empresas como Apple resultan inspiradoras. Ilustra el concepto con tres círculos concéntricos. El más amplio corresponde al qué hace mi empresa, una pregunta que el 100% de las compañías saben responder. El del centro, corresponde al cómo lo hago, donde el porcentaje de empresas que contestan a esta pregunta desciende bastante. El último círculo es el de por qué lo hago, una pregunta que pocos emprendedores se plantean. Invertir el orden de estas tres preguntas a la hora de concebir la empresa, tener clara la respuesta para cada una de ellas y actuar siempre con coherencia es que lo transforma un mensaje mercantilista y funcional en otro inspirador y con propósito.
“Apple no cuenta que es una empresa tecnológica que vende ordenadores o teléfonos móviles, Apple es una empresa que cambia el mundo porque, como dice su publicidad, ‘think different’. Tampoco Nike dice que es una empresa que vende un commodity, como son las zapatillas, sino que se muestra como empresa para superhéroes y campeones hechos a sí mismos”, observa Carruesco.
Por eso, según este experto, una de las principales preguntas que debe plantearse cualquier emprendedor interesado en montar una empresa o marca inspiradora es qué dice de sus consumidores esa marca, la filosofía y los valores que se le presuponen por ser cliente suyo. Las marcas de última generación lo saben bien, de aquí que se repitan hasta la saciedad mensajes en torno a la sostenibilidad, el cruelty free, la vida sana, el anticonsumismo desmesurado, o la defensa de los derechos.
“El verdadero reto para crear una comunidad de marca sólida, es encontrar este valor añadido para ofrecer a nuestros seguidores y que pueda aumentar el atractivo de nuestra marca. Definiendo ese valor lograremos generar este sentido de pertenencia”, corroboran en Ciberclick.
Y mientras que unos apuntan a los valores, otros ponen el acento en la visión tanto para apuntalar la empresa de cara al futuro como para atreverse con el desarrollo de una idea cuando todos te dicen que “por ahí no”, como tuvo que escuchar más de una vez Julián Fariñas, CEO de Footters, una plataforma de streaming para los partidos de 2ª B y 3ª División. “Nosotros queremos dar visibilidad al fútbol base y ayudar a los clubes de categorías menores pero, como emprendedores, también queremos montar un negocio rentable. No imaginas la cantidad de nóes que tuvimos que escuchar y las risas de algunos actores del sector diciendo que, si el fútbol en esas categorías fuese rentable, ya lo estarían explotando las grandes cadenas. Si les hubiésemos hecho caso, Footters hoy no existiría y el mundo del fútbol seguiría como siempre, con oportunidades solo para el 8% de quienes lo practican”, concluye.