VALÈNCIA. Quabit Inmobiliaria (QBT) informó ayer a media tarde al mercado que publicará sus cuentas semestrales el próximo 30 de julio. Previamente la cotizada fundada y presidida por Félix Abánades había finalizado la sesión bursátil cayendo un 0,58% y despidiendo el día en los los 1,036 euros. O lo que es lo mismo: a menos de cuatro céntimos de volver a ser una 'penny stock' o empresa cuyas acciones cotizan en bolsa por debajo del euro. A lo largo de este mes de julio, QBT ha cerrados dos veces por debajo de dicha cota psicológica: el 10 de julio (0,981 euros) y dos días antes (0,943 euros), tal y como se observa en el gráfico inferior.
Todo ello apenas unos días después de que los analistas de JB Capital otorgaran a la inmobiliaria un potencial de revalorización de cerca de un 60% hasta los 1,70 euros, máximos desde finales de 2018 y muy cerca de los 1,75 euros a los que ejecutó el 'contrasplit' el 12 de mayo de 2016 a razón de 1 título nuevo por cada 50 antiguos. Desde aquel día la caída es de casi un 41%; mientras que en lo que va de ejercicio pierde un 20,31%, lo que ha reducido su capitalización bursátil hasta los 154,12 millones de euros.
Un mal tono bursátil que ha llevado a QBT a ser la décima compañía que peor se comporta en 2019 entre el centenar que nutren al Mercado Continuo. Por delante solo tiene a Duro Felguera (-43,48%), Coemac (-38,17%), Ercros (-35,93%), Unicaja Banco (-31,49%), Ence (-27,74%), Borges (-22,22%), Bankia (-21,81%), CaixaBank (-21,58%) y Nyesa (-20,36%). Y teniendo en su accionariado a un hedge fund o fondo de alto riesgo -por lo menos declarado al tener más del 0,50% como obliga la ley a 'desnudarse' ante el mercado- como es Arcadian Asset Management, con un 0,52% en posiciones cortas desde el pasado 17 de junio.
Cierto es que en su capital también hay firmas con visión a largo plazo como es Cobas Asset Management, fundada por una de las estrellas del firmamento 'value' en España como es Francisco García Paramés, que hace casi dos meses volvía a rebasar el 5% como contó este diario entonces. Además del propio fundador y presidente Abánades, con el 21,9% de la sociedad, y García Paramés, en el capital de Quabit están también presente Julius Baer con una participación del 9,8%.
Mientras tanto el empresario alcarreño reconoció ante la última junta de accionistas de Quabit llevar un retraso de cuatro meses sobre las fechas inicialmente fijadas para cumplir con los plazos de entrega de viviendas a sus compradores comprometidos en su plan de negocio. Se trata de "problemas que sufren la mayoría de promotoras" y que, en el caso de Quabit, al igual que en el de otras firmas como Neinor Homes, han llevado a revisar a la baja -lo que en la jerga financiera se conoce como 'profit warning'- sus planes de entregas.
Conviene recordar que QBT lanzó el 'profit warning' el pasado 16 de mayo, cuando revisó a la baja un 6% su plan su plan de entregas de viviendas inicialmente programado, de forma que al cierre del periodo comprendido entre 2018 y 2022 dará las llaves de entre 7.200 y 7.600 pisos frente a los 7.888 inicialmente previstos. Lo anunció al mercado el mismo día que informó de la integración de Rayet Construcción -controlada por Abánades- en QBT.
A la espera de conocer los resultados semestrales, la cotizada madrileña inmersa en un plan de crecimiento redujo un 65% su beneficio en el primer trimestre de este año. Un resultado condicionado por la activación de unos créditos fiscales, ya que el beneficio antes de impuestos arrojó unas pérdidas de 1,5 millones.
Por el contrario, la cifra de negocios de Quabit se disparó hasta 16,9 millones frente a los poco más de 200.000 euros que obtuvo en los tres primeros meses del año pasado. El principal motivo de este crecimiento se debió a que la inmobiliaria entregó 31 viviendas frente a un único inmueble entre enero y marzo del año pasado.