Puig y Armengol buscan su espacio entre el centralismo y el independentismo

VALÈNCIA. La primera cumbre entre Baleares y la Comunitat Valenciana, bajo el nombre 'Pont Jaume I', concluyó este martes con la intervención conjunta del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y la de su homóloga balear, Francina Armengol. 

Una dupla que dejó un mensaje común dirigido al espacio nacional: el deseo de asomar la cabeza y abrir un espacio entre el centralismo y el independentismo. Entre Madrid y Cataluña. Un canto a "la España real" -según sus palabras- que emana de la periferia y que pretende avanzar en un federalismo que ambos líderes políticos vienen reivindicando desde hace años.

Las críticas al centralismo, constantes en las dos jornadas, se volvieron a reiterar en los discursos de ambos dirigentes, pero con un matiz importante que aleja a ambos presidentes de aventuras relacionadas con el soberanismo catalán. "Aspiramos a una España mejor", llegó a afirmar Puig, quien apostó por dejar atrás los "perimetrajes mentales" frente a una visión "integradora" y "cohesionadora".

 
"¿Quién es periferia y quién es centro?", se preguntó el presidente valenciano, para añadir que Baleares y la Comunitat se encuentran, precisamente, en "la periferia central, en el centro de la España real". "No somos tierras solo para ir de vacaciones, somos imprescindibles para la convivencia y reivindicamos la relevancia que nos merecemos", subrayó Puig.

"El Pont Jaume I busca conectar nuestros horizontes. Él tuvo un sueño: crear dos espacios gemelos a cada orilla del mar y ahora es una realidad, un eje compartido de objetivos comunes", sentenció el presidente de la Generalitat.

Unas palabras suscritas por su homóloga Francina Armengol, quien destacó la visión compartida de ser "una España de Españas". "Nuestras sociedades han demostrado que quieren crecer juntas y eso es clave en la construcción de un estado más plural. Se pueden hacer las cosas de otra manera", señaló la presidenta balear, quien resaltó de nuevo la unidad con su también compañero de partido en la crítica centralista: "España no es sólo Madrid".

Financiación por población ajustada pero con atención a la flotante

Al margen de este discurso de reivindicación periférica mantenido a lo largo de toda la cumbre, el encuentro dejó tras de sí unas conclusiones divididas en las diferentes mesas celebradas que concluyeron con 70 acuerdos.

El principal, que ambos líderes políticos mencionaron en su discurso, se centró en la reivindicación común de una reforma del actual sistema de financiación caducado desde 2013. Un pacto en el que se incluyó también la exigencia de un, como dijo Puig en su discurso, juego "fiscal justo", "sin aspiradoras centrales ni dumping", en referencia a la Comunidad de Madrid.

Además, Armengol criticó las palabras recientes del líder del PP, Pablo Casado, quien reivindicó el modelo de financiación de 2002 (José María Aznar) frente al actual impulsado en 2009 por Rodríguez Zapatero. "Quieren hacernos regresar a cuando éramos los últimos en financiación. Esto nos obliga a alzar la voz con propuestas comunes: más financiación, más inversiones, un régimen especial balear...", enumeró.

En la declaración conjunta, ambos gobiernos también comparten la necesidad de abordar de "favorecer una mayor corresponsabilidad fiscal" de las autonomías y "aumentar su participación en los ingresos tributarios". Igualmente, piden que el criterio de reparto de recursos sea el de población ajustada, y asimismo, instan a poner atención en la población flotante.

Proyectos europeos conjuntos, sostenibilidad unitaria, pactos turísticos...

De la misma manera, también se alcanzaron diversos pacto para proyectos de petición de fondos europeos conjuntos, especialmente en la "economía azul", propuestas de colaboración en materia turística -como la creación de un "organismo conjunto de formación e innovación en turismo"  y acciones de ambas regiones contra el cambio climático, como la limpieza de playas.