VALÈNCIA. La dimisión este miércoles del portavoz socialista en la Diputación de Castellón, José Benlloch, puso punto y final a los procesos provinciales de primarias del PSPV cuya votación se produjo el pasado domingo. Así, la marcha del también alcalde de Vila-real de la corporación se produjo después de caer derrotado en las urnas a manos de Ernest Blanch, exconcejal de Morella y jefe de Gabinete en la Conselleria de Obras Públicas.
De esta manera, se resolvía el único de los tres procesos que ha resultado en cierta medida conflictivo, dado que en Alicante no se acudió a las urnas al presentarse como único aspirante -con el beneplácito de Ximo Puig- el alcalde de Xàbia y portavoz en la Diputación, José Chulvi, y en València la diputada autonómica Mercedes Caballero, con el respaldo del secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, y la promesa de no oposición del 'ximismo', venció con holgura al militante Rubén Fenollar.
Así, pese a la natural idiosincrasia del PSPV y su afición a los pulsos internos, puede considerarse cumplido el objetivo que Puig había encargado a su nueva dirección: atravesar estos procesos orgánicos evitando en la medida de lo posible confrontaciones que implicaran luchas fraticidas. Es decir, el presidente de la Generalitat deseaba que, tras un año con primarias federales y autonómicas, los procesos provinciales tuvieran el menor impacto posible para no distorsionar los mensajes políticos de la acción del Consell.
Ahora bien, el resultado final de las primarias no ha dejado a todos contentos, ni siquiera dentro del propio 'ximismo', dado que en el sector próximo al presidente existen dudas sobre si se ha cedido demasiado terreno a actores de otras corrientes o que, simplemente, no pertenecen estrictamente al núcleo duro del líder del PSPV. Una circunstancia que puede derivar en dificultades en el futuro de cara a tener la sartén por el mango en próximas citas orgánicas.
El caso de la provincia de Valencia es el más evidente. El deseo de sellar una paz con Ferraz y evitar además un proceso a cara de perro sin garantía de victoria, ha conllevado la continuidad del dominio de Ábalos a través de Mercedes Caballero. Una situación que ha generado cierto malestar en sectores como el liderado por el presidente de la Diputación, Jorge Rodríguez, quien acarició presentarse, así como en propios integrantes del 'ximismo' que eran partidarios de dar la batalla en la provincia.
En Alicante, Puig se implicó por favorecer las aspiraciones de Chulvi con quien mantiene, al igual que otros dirigentes como el vicesecretario general y síndic en Les Corts, Manolo Mata, una excelente relación. Sin embargo, esta decisión dejó de lado al alcalde de Elda y presidente de la FVMP, Rubén Alfaro, que contaba con el respaldo del histórico dirigente Ángel Franco y de otros responsables 'pata negra' del 'lermismo', cuya aportación ha sido en muchas ocasiones esencial para Puig en esta provincia.
Por otro lado, en Castellón tampoco había unidad entre los partidarios de Puig. Así, el morellano Ernest Franch, con el respaldo del secretario general provincial saliente, Francesc Colomer, ha conseguido apoyo de un buen número de alcaldes jóvenes del PSPV, si bien entre otros dirigentes más veteranos esta figura les generaba mayor desconfianza y preferían al alcalde de Vila-real, José Benlloch.
Así pues, el resultado final en las tres provincias despierta cierta inquietud en una parte de seguidores de Puig, más aún cuando el propio líder anunció en el último congreso nacional del PSPV que sería la última vez que se presentaría a un cargo orgánico. Un mensaje que activó de forma acelerada la carrera por tomar posiciones de cara a la futura sucesión de Puig que, en el mejor de los casos, tendría lugar a mitad de la próxima legislatura.