la librería

Provisiones de libros para sobrellevar el coronavirus

Ahora que las restricciones provocadas por el COVID-19 llaman a nuestra puerta, es un buen momento para pedir a nuestras librerías de confianza títulos no perecederos con los que llenar la despensa.

16/03/2020 - 

VALÈNCIA. De ser poco más que una gripe espantahipocondríacos a haber provocado un terrible corralito de papel higiénico: la crisis provocada por esta cadena de ARN en la frontera entre el ser y el no ser -los virus no encajan bien en la categoría de ser vivo, pero tampoco en la contraria- es ya una pandemia, pero también un pandemónium que habrá que capear, seguramente, echándole horas al hogar. Una vez llenos los armarios de botes de fabada, lentejas y albóndigas, de paquetes de pasta de a kilo, de palomitas de microondas y de todo lo necesario para sobrevivir hasta que amaine el temporal vírico, es el momento de aprovechar el tiempo de descuento para visitar las librerías -en caso de que sea posible y poniendo en práctica todas las medidas de precaución necesarias, claro- y aprovisionar también la despensa de las estanterías, la mesa auxiliar del comedor y la mesita de noche. El tejido del sector cultural va a sufrir: hay que pensar un poco más que de costumbre en esas librerías -o artistas, o espacios que los acogen- que hacen la ciudad más amable, más como esa ciudad ideal en la que querríamos vivir, si queremos poder seguir disfrutando de ellos cuando la consabida curva se aplane y las cosas vuelvan a ser parecidas a como eran antes de Wuhan y esas sopas de murciélago tan de leyenda urbana. 

Podemos empezar a provocar el desabastecimiento de las librerías tratando de identificar correctamente los síntomas del contagio: ¿el aire que me falta, es coronavirus, o es opresión por culpa de la ansiedad? El mono ansioso. Biografía de la angustia, la melancolía, el hastío y la depresión, de Xavier Roca-Ferrer en el catálogo de Arpa, es un vademécum literario muy útil para conocer al Homo sapiens del siglo XXI y su moderna incomodidad de vivir, su Angst, su mal du siècle. ¿Es posible la melancolía en la era de las pastillas? ¿Es la ansiedad el nuevo motor de la literatura y del resto de expresiones artísticas? Habrá que leer para saberlo. Y para seguir entendiendo o preguntándonos, nada mejor que el asombroso catálogo de la todavía nueva Holobionte Ediciones: Las promesas de los monstruos. Ensayos sobre Ciencia, Naturaleza y Otros inadaptables, de Donna Haraway traducida por Jorge Fernández Gonzalo, es una delicatessen que nos lleva hasta los límites y las fronteras de la naturaleza y la cultura, hasta lugares-otros donde es posible hablar, por ejemplo, de una respuesta erótica al sistema de transporte de electrones, a los tejidos ultraestructurales de nuestro ser. No nos merecemos esta editorial. Siguiendo con el alimento esencial para la mente, aunque variando un poco los ingredientes: Unamuno. De hecho, Miguel de Unamuno (1864-1936) Convencer hasta la muerte, de Colette y Jean-Claude Rabaté en Galaxia Gutenberg. Una nueva biografía basada rigurosamente en sus palabras, recogidas de diarios, epistolarios y obra periodística, que ofrece nuevos datos sobre el intelectual -cuyo legado ha rejuvenecido o se ha revelado recientemente a generaciones más jóvenes gracias al cine- hallados en documentos inéditos. 

Playing changes. Jazz para el nuevo siglo, del crítico del The New York Times y Jazz Times Nate Chinen -traducido por Javier Calvo-, y Go Ahead in the Rain. Notas para A Tribe Called Quest, de Hanif Abdurraqib traducido por Juan Manuel Salmerón Arjona, son dos titulazos de Alpha Decay que deberían adquirirse juntos para ser leídos con unos altavoces a mano durante unas no-Fallas en las que anuncian lluvias y confinamiento: el primero piensa el jazz como una fuerza viva y en proceso de transformación, el segundo, además de reflexionar acerca de lo que supuso la existencia del mítico grupo que da nombre al libro, analiza el peso de la música negra en el desarrollo de la cultura popular de Estados Unidos, desde la esclavitud hasta el #BlackLivesMatter. Referencias indiscutibles en lo que a textos musicales se refiere, desde ya. Y en Estados Unidos, en el pueblo de Gilean del estado de Ohio para más señas, transcurre La suerte de Omensetter, de William H Gass en el catálogo de La Navaja Suiza Editores con traducción de Ce Santiago, historia faulkneriana de un autor de enorme talento -admirado por David Foster Wallace o Susan Sontag- a quien quizás no conocemos tanto como deberíamos, en la que las consecuencias de la mudanza del feliz Brackett Omensetter llegan a nosotros a través de un puzzle de voces que hacen de la lectura de esta novela un proceso muy singular. Aún no nos marcharemos del Nuevo Mundo -ni de Faulkner-: falta recomendar Homenaje póstumo y otros relatos, la selección de relatos de Lamar Herrin, prácticamente todos ellos publicados por primera vez en castellano, que nos trae Chamán Ediciones; cuentos norteamericanos que nos hablan de la búsqueda de la tumba de una muchacha muerta, de un viaje al oeste a través de la ventisca, de las interestatales, de las gasolineras, de un país que se convierte a diario en otro país como lleva haciendo desde el mismo día de su fundación, aunque a distintas velocidades. Y falta recomendar también Adulterio, del maestro del relato Andre Dubus en Gallo Nero con traducción de Ángela Pérez: ocho historias en los que la fragilidad humana y los sucesos implacables del día a día ocurren puertas para adentro de la intimidad doméstica, familiar, individual, en la que también hay cabida, eso sí, para la belleza de un enlace en un pesquero un domingo azul claro del Atlántico.

Quien también sabe de relatos -y de enlaces- es el cineasta, actor, músico y escritor serbio Emir Kusturica, que llega al catálogo de Acantilado con la antología Forastero en el matrimonio y otros cuentos, traducidos por Nicole d’Amonville Alegría: viene bien cambiar de paisajes, la fantasía ligera que habitan los personajes de Kusturica en su Sarajevo natal durante los setenta y ochenta se agradece tanto como el azul balsámico y la carpa origami negra de su portada. El siguiente cambio de tercio es de los sentidos: Magia y religión nórdicas, de Javier Arries en Ediciones Luciérnaga. ¿Cómo este volantazo en dirección al Valhalla? ¿Y por qué no? Un poco de mitología escandinava siempre viene bien, sobre todo si va un poco más allá -en este caso bastante más allá- de las cuatro referencias de las que abusan barbarrojas mediterráneos fascinados por las series de vikingos, grupúsculos de extrema derecha aficionados a quemar horas insultando en Twitter, y fanboys de Thor en cualquiera de sus versiones. Dioses, criaturas sobrenaturales con menos fama, brujos y magos nórdicos pueblan las páginas sagradas de este libro. Ojo ahora: porque este cambio también es importante, tanto como el material que contiene: El Nadir ha publicado las Historias en estampas del pedagogo suizo Rodolphe Töpffer, consideradas los primeros antecedentes de algo que ahora nos resulta tan habitual como es el cómic. A Goethe le entusiasmaron -también a Cocteau, o a Le Corbusier-, y no es para menos: son ingeniosas, son lúcidas, son agudas, y son el precedente, el ancestro fértil de mucho de lo que hoy conocemos. Introducción, traducción y notas corren a cargo de René Parra

Terminamos este trayecto en València con tres premios: El mañana sin mí, de Emilio Bayo y La tortuga que huía del jaguar, de Marta Quintín, Premios València 2019 y València Nova Alfons el Magnànim de Narrativa: un cadáver en un cementerio de Lleida con un impacto de bala de arma antigua y un pintor malditos ahorcado en forma de caso por resolver, y un irse que comienza con la muerte de una tortuga carey, dicen, a manos de un jaguar, en una playa del Caribe. El tercer premio y último libro de estas recomendaciones para la cuarentena -si llega- es L'últim dels valencians, de Guillermo Colomer, Premi Lletraferit de Novel·la 2019, un thriller ucrónico en el que conocemos a los Daràs, familia de Carcaixent a la que pertenece el arquitecto Martí Joan Daràs, protagonista de esta novela que avanza hacia un destino distinto al que ha conocido la sociedad valenciana con la transición hacia la democracia. Finalmente catorce libros para esos catorce días de soledad que según se dice, pondrán contra las cuerdas al coronavirus y conseguirán devolvernos la primavera. Así sea. Mientras llegan, a leer. 


Noticias relacionadas