VALÈNCIA. La Universidad Miguel Hernández de Elche presumía este verano de uno de sus profesores asociados de la Facultad de Bellas Artes de Altea, Valentín Ferrero. Doctor con una tesis sobre la persistencia de la hegemonía masculina en la cultura occidental, Ferrero es uno de los componentes de Los lobos, un equipo que está batiendo todos los récords en el concurso de cultura general ¡Boom! que presenta Juanra Bonet.
Lo que nadie esperaba es que este lunes Ferrero se desmarcara con una confesión. Al explicar cómo había cambiado su vida el programa, Ferrero detalló cómo, tras mucho meditarlo, había tomado una decisión “muy dolorosa” y había dejado su trabajo en la universidad, cansado de la precariedad para dedicarse de pleno al concurso. “Tenía un contrato muy bajo, que era de tres horas más tres horas, que son sólo unos 250 euros al mes”. No le llegaba ni para pagar los gastos de gasolina.
Ferrero explicaba a la audiencia de Antena 3 que su situación no era precisamente una rara avis. “Es bastante común en la universidad española que el peso mayor de la docencia lo llevemos profesores asociados, que estamos entre 250, 500 y 800 euros. Como más del 60% de las plantillas de la universidad española cobran 800 euros o menos”.
Involuntariamente, el concursante televisivo se convirtió por unas horas en el rostro que simbolizaba cómo la universidad española ha sobrevivido estos años de crisis a base de explotar la buena voluntad, dedicación y entrega de numerosos profesores asociados por todo el país. Su speech, que fue difundido a través de las redes sociales, también lo escucharon los representantes de los profesores asociados de la Universitat de València. Así lo explicaba este miércoles Isabel de la Cruz. “Cuando lo vi pensé: estamos hasta en la televisión”.
Este fin de semana València acogerá una reunión nacional de profesores asociados. Procedentes de toda España, colectivos de profesores debatirán la creación de una Coordinadora estatal u organismo similar para poder hacer frente a una situación que afecta a todo el país. La intención es tener una única voz que les represente ante las administraciones públicas, responsables últimas de esta crisis.
La elección de València para este encuentro no es casual. Las protestas de los profesores asociados de la Universitat, que llevan ya un mes en huelga, se han convertido en una inspiración para colectivos de toda España. Sin ir más lejos, este jueves está previsto que los profesores asociados de la Universitat Jaume I de Castellón celebren también una asamblea en la que decidirán si van a la huelga. Y antes que los profesores de la UJI, los asociados de la Universitat Politécnica de València, más de 700, se reunieron la semana pasada y votaron hacer una consulta para determinar si hacían sus propios paros. Según explica su portavoz, Silvia Díaz, la consulta aún está en marcha y en función del resultado adoptarán una medida u otra.
La crisis de los asociados se halla en el centro de la cuestión, hasta el punto de que también este jueves se ha organizado un debate entre los dos candidatos a rector de la Universitat de València, Mavi Mestre y Vicent Martínez, que tendrá como premisa principal: ¿Qué hacemos con el profesorado asociado? Ambos catedráticos han aceptado el guante que les lanzaron desde el profesorado asociado y han convenido en participar en un diálogo, presentado y moderado por la profesora asociada y periodista Lola Bañón, que se celebrará en la Facultad de Filología y constituirá uno de los primeros cara a cara entre los dos catedráticos que pasaron a la segunda vuelta de las elecciones.
Por el momento no parece existir una solución fácil, ya que cualquier medida definitiva pasa por las administraciones; en el caso de la Comunitat Valenciana, la Conselleria de Educación de Vicent Marzà. Pero entre unas cosas y otras, y ante la falta de respuesta inmediata por parte de la Universitat, inmersa en un proceso de cambio, en algunas carreras en las que la presencia de los asociados es mayoritaria los alumnos llevan más de un mes sin recibir clase en más del 70% de sus asignaturas. El malestar es tan considerable que ya ha habido sentadas ante el despacho del rector e incluso un grupo de estudiantes pernoctó este martes en el rectorado como forma de protesta y en apoyo de las reivindicaciones de los asociados. El número de estudiantes afectados en la Universitat de València ronda los 15.000.
Convertidos en parte esencial de la formación universitaria, los asociados en la actualidad, según explica Díaz, “normalmente” tienen “los grupos más numerosos” y es habitual que entre ellos se repartan la mayor parte de la carga de trabajo. Sin derechos, desprotegidos, los profesores asociados de la Universitat de València han encontrado el apoyo de buena parte de la comunidad universitaria a sus reivindicaciones, pero también la indiferencia del establishment. Buen ejemplo de ello fue la actitud de un vicerrector de la Politécnica quien les comparó con señoras de la limpieza.
Con unos honorarios que según los cálculos de los profesores rondan los cinco euros la hora, su valentía a la hora de plantear el parón se ha traducido en un efecto contagio. “València está metiendo presión”, comentaban este miércoles desde la UJI. Una presión que se trasladará a todo el país en los próximos días. El primer paso para conseguirlo será hallar esa identidad común con la que plantarán cara ante los abusos del sistema, algo que se dilucidará en los locales sindicales de Blasco Ibáñez este fin de semana.