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¿Por qué se pelean las empresas por los ingenieros agrónomos?

6/07/2021 - 

MURCIA. Lo han corroborado los colegios de ingenieros agrónomos que operan en la Comunitat Valenciana, Baleares y Murcia: sus colegiados se encuentran en situación de pleno empleo, circunstancia que es extrapolable a todo el colectivo. “Cada vez son más las ofertas que se gestionan. Desde hace aproximadamente dos años recibimos una media de dos ofertas a la semana, a las que debemos sumar las que son publicadas en plataformas de empleo y las gestionadas por las empresas de selección de personal. Eso, en un colectivo reducido como el nuestro, es una auténtica barbaridad”, explica Andrés Martínez Bastida, decano del Colegio de Ingenieros Agrónomos de la Región de Murcia (COIARM).

¿Qué ha pasado para que el mercado esté ávido de ingenieros agrónomos? Hemos hablado con varios de ellos, responsables de empresas que los contratan regularmente, para buscar una explicación a esta situación, tanto desde el punto de vista coyuntural como estructural.

Fundamentales en la sostenibilidad de la industria agroalimentaria

Jerónimo García es director adjunto del grupo Moyka, dedicado a la producción, manipulación y comercialización de uva de mesa sin semillas, con sede en Totana: “La industria agroalimentaria de la región de Murcia necesita a los ingenieros agrónomos. Principalmente, porque son profesionales capacitados, por su formación, para participar en todos los procesos productivos que desarrollamos. Desde el área comercial y de marketing, donde capta las necesidades de los clientes, hasta dar respuesta a esas necesidades a través de los procesos de transformación y de producción en campo”.

La sostenibilidad es el punto en el que García pone el énfasis: “Los ingenieros agrónomos consiguen que todo el ciclo productivo sea sostenible desde el punto de vista ambiental, porque su trabajo abarca todas las áreas relacionadas con este objetivo. También están muy capacitados para que la rentabilidad y el rendimiento de todos estos procesos sea el adecuado para que la industria agroalimentaria de la región de Murcia esté enfocada a la sostenibilidad”.

Andrés Martínez Bastida, decano del Colegio de Ingenieros Agrónomos de la Región de Murcia

Cambios coyunturales y seguridad alimentaria

“En los últimos años, y en especial en los últimos 18 meses, se han combinado varios efectos: un cambio en el comportamiento de la demanda, un mayor consumo en los hogares, un incremento de las exportaciones y una subida del coste de las materias primas. Esto ha tenido como consecuencias más inversión, más exigencia y más sofisticación y complejidad en la producción. Las cadenas de suministro, cada vez más internacionales, son muy exigentes en requerimientos técnicos y de calidad en los centros productivos”, apunta Guillermo Prats, ingeniero agrónomo y socio de la consultora Improven, especializada en mejora de la competitividad.

También pone el énfasis en la competitividad José Andrés Martínez Bastida: “Nuestras empresas, que tienen una marcada vocación internacional, han de estar a la altura de los estrictos contratos a los que están ligadas y, a la vez, han de lidiar con todas las restricciones que se están presentado. Esto se traduce en una inversión tremenda en conocimiento y tecnología para asegurar los más exigentes estándares de calidad, para ser capaces de producir con menos agua y de peor calidad, para reducir la huella ambiental de la producción y un largo etcétera. Justo esto es el origen de esta explosión de empleo para los ingenieros agrónomos”.

Incide en las nuevas inercias alimenticias Carlos Ledó, CEO de Idai Nature, empresa biotecnológica. “Existe una tendencia global hacia la seguridad alimentaria y no se trata de una moda, esto es algo que ha llegado para quedarse. Todo el mundo se preocupa mucho de la alimentación y hay cada vez más conciencia de que somos lo que comemos. Nuestro trabajo permite a la sociedad disponer de alimentos de calidad, a un precio asequible y en cantidad suficiente. Esa es la función necesaria e irreemplazable del ingeniero agrónomo, y también la explicación a esta situación de pleno empleo”.

En primera línea en la lucha contra el cambio climático

La necesidad de hacer frente al cambio climático es otro de los factores que explica el pleno empleo de estos profesionales. Lo sabe bien Luis Puchades, CEO de Biovic Consulting, empresa valenciana dedicada a la valorización de residuos del sector primario. “Los ingenieros agrónomos estamos muy vinculados a los proyectos relacionados con el medio ambiente, las energías renovables como el metano o el hidrógeno verde y el cambio climático. Probablemente tengamos la visión más completa al respecto de esta cuestión dentro del mundo de la ingeniería. Tenemos la componente técnica y de los procesos, pero también de la producción con el medio ambiente y con los aspectos biológicos, que es lo que se necesita para dar una solución correcta a la mayor parte de problemas que tenemos en la actualidad. Los ingenieros agrónomos tenemos un rol muy importante a jugar en el futuro”.

El decano del COIARM apuntan a la coincidencia de los objetivos de desarrollo sostenible con las atribuciones de la ingeniería agronómica. “La ingeniería ambiental está suponiendo un nicho muy importante de trabajo porque la inversión en mejora del medio ambiente y lucha contra el cambio climático ya no depende exclusivamente de las administraciones públicas, sino que las empresas han asumido su papel y han arrancado con fuerza las inversiones para hacer frente a estas cuestiones tan importantes”.

Lo explica de otra manera Natalia Falagán, una joven doctora ingeniera agrónoma murciana que ha conseguido situarse entre las 50 mujeres con más influencia en la ingeniería en el Reino Unido: “Nuestra profesión combina dos disciplinas muy interesantes. Una, que es la ingeniería, que permite dar soluciones tecnológicas a problemas complejos y la otra es la biología, que nos da una visión de cómo funciona el medio natural. Esa combinación es muy importante, porque es la que realmente puede dar soluciones a los retos que presentan los sistemas de producción de alimentos”.

Especialistas en la aplicación de nuevas tecnologías

Al respecto de las TIC en el control de los procesos productivos, Mercedes Iborra, CEO de VisualNacert, ofrece un claro ejemplo: “Desde nuestra experiencia como empresa tecnológica, hace años que es evidente la transformación tecnológica en el agro. Las herramientas digitales, la agricultura de precisión o la modelización predictiva están aumentando la competitividad de las empresas. Y somos los ingenieros agrónomos quienes analizamos el sector y el entorno digital que lo rodea, participamos de estas tendencias y ayudamos a que se implanten y empleen con éxito. Eso es así porque no solo disponemos de la experiencia agronómica, sino también de métricas, análisis, monitoreo de datos, teledetección, sensorización y modelos predictivos. Todo ello teniendo en cuenta al productor, a la sociedad y al medioambiente”.

Foto: IDAI NATURE

Natalia Falagán subraya la importancia en el uso de las nuevas tecnologías: “Mi trabajo se centra en la reducción del desperdicio alimentario y el impacto que tiene en el medio ambiente. Para minimizar este impacto negativo es necesario la incorporación de tecnología, y es ahí donde estamos los ingenieros agrónomos”.

Un horizonte despejado

¿Seguirá el pleno empleo de esta profesión en el futuro? Todas las fuentes consultadas coinciden en señalar que sí. “Cada vez somos más habitantes en el mundo y hemos de alimentarnos a diario; y eso no va a cambiar. Hemos de ser capaces de producir más alimentos con menos recursos para satisfacer una demanda creciente”, apunta Carlos Ledó. Para José Manuel Carrillo, ingeniero agrónomo de la provincia de Alicante, subraya el aspecto medioambiental: “Es un enfoque que la Unión Europea está demandando en todos los proyectos que se van a llevar a cabo por medio de los fondos europeos de resiliencia que el Gobierno va a desarrollar. Y se va a pedir unos estándares altos de cumplimiento en este tipo de proyectos”.

Pero si dejamos aparte el pleno empleo, ¿por qué estudiar ingeniería agronómica? “Sin ninguna duda, los ingenieros agrónomos tenemos la capacidad de tener una influencia positiva en la sociedad: ponemos al alcance de la población una alimentación de alta calidad organoléptica y nutricional producida de manera sostenible”, afirma Natalia Falagán.

“No hay planeta B y por tanto, desde el punto de vista medioambiental, si no cuidamos el planeta, las siguientes generaciones no podrán habitarlo”, reflexiona Carlos Lledó. “Se trata de una profesión que permite desarrollarse en sectores muy diferentes, y muchos de ellos están cambiando la forma de producir y de cuidar el medio ambiente ya en este momento”, opina Jesús Paniagua. “Todas estas necesidades conllevarán mejores retribuciones para los profesionales bien formados. Es reconfortante saber que los ingenieros agrónomos trabajamos en una buena causa y generando un impacto positivo. Es innegable que es una de las mejores carreras”, concluye Mercedes Iborra.

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