VALÈNCIA. La semana pasada se confirmó el fichaje del astronauta y ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, Pedro Duque, como candidato del PSOE al Congreso de los Diputados por Alicante. Una incorporación independiente que, más allá de ser estrella y reforzar la campaña socialista en la provincia, encarna a la perfección la figura del cunero –candidato que se presenta por una circunscripción de la que no procede y con la que tiene poco o ningún vínculo–, de la que los partidos han echado mano elecciones tras elecciones a lo largo de los últimos años.
La palabra cunero –según la RAE: "Dicho de un candidato o diputado a Cortes: extraño al distrito y patrocinado por el Gobierno"– deriva de cuna y remite a un lejano vínculo con la provincia –un antepasado, lugar de vacaciones, familia política–; cuando el vínculo es inexistente se suele emplear la más metafórica 'paracaidista'.
Uno de los pocos nexos que tiene Duque con la provincia de Alicante es que su mujer es de Xàbia y el matrimonio cuenta con una vivienda en el municipio. Sin embargo, el actual ministro ocupa un escaño que correspondería a un diputado alicantino en una legislatura en la que, además, la circunscripción de Valencia pierde un diputado y la Comunitat Valenciana un senador, por lo que los puestos están cada vez más cotizados.
Con esto, Alicante se vuelve a convertir en la circunscripción elegida para "colocar" candidatos que no caben en Madrid porque a la capital no le salen las cuentas. Ya lo fue en las elecciones generales de 2016, en las que el diputado de Podemos Txema Guijarro, madrileño, ocupó el puesto número tres en la lista de esta circunscripción sin tener ninguna conexión con esta provincia, más allá de haber podido visitarla para pasar unas vacaciones.
Hallar hueco en la lista valenciana para este "paracaidista" fue toda una carambola del partido de Pablo Iglesias en la negociación con Compromís y Esquerra Unida en los comicios generales. Ocupó el puesto que dejó libre el actual candidato de Podem a la Generalitat, Rubén Martínez Dalmau, por motivos familiares, ya que el candidato de EU, Ricardo Sixto, recuperó para los valencianos el puesto número cinco por Valencia, lugar en el que habían acomodado a Guijarro en las elecciones del 20 de diciembre de 2015 y con el que obtuvo su acta de diputado. El acuerdo de A la Valenciana, no obstante, le retrasaba en 2016 al sexto lugar –considerado un puesto de sufridor– y su partido no quiso prescindir de él, por lo que cuando Dalmau comunicó su baja, no hubo duda.
Ahora bien, Podemos no inventó la pólvora. El diputado José Manuel García-Margallo (PP) también ha sido en varias ocasiones "de aquí y de allá". El exministro de Exteriores, natural de Madrid, ha conseguido tres veces su acta de diputado por Valencia y por Alicante con el Partido Popular: en 1989, 1993 y 2016. Previamente, en 1986 lo hizo también con Coalición Popular, marca electoral del pacto entre varios partidos españoles de derecha nacionales y regionales cuyo líder era Manuel Fraga. En ella se integraron Alianza Popular, Partido Demócrata Popular, Unión del Pueblo Navarro, Partido Aragonés Regionalista, Convergencia Navarra y Unió Valenciana.
No obstante, a diferencia de Guijarro, Margallo ha estado vinculado con la Comunitat Valenciana temporalmente en algún momento de su vida: trabajó como inspector técnico fiscal del Estado en Castellón y se sacó el doctorado de Derecho por la Universidad Miguel Hernández de Elche en 2004.
Una larga trayectoria de cunero comparable tan solo a la que ha tenido el expresidente del Congreso Federico Trillo. Procedente de Cartagena, este exdirigente del PP vinculado al Opus estudió Derecho en Salamanca y el Partido Popular lo presentó hasta en siete ocasiones como candidato al Congreso por Alicante. La primera fue en 1989 y desde entonces revalidó su escaño pese a su escasa vinculación con la provincia.
También el expresidente de Nuevas Generaciones (NNGG) del PP Nacho Uriarte aterrizó en Valencia como caído del cielo. Madrileño como el cocido, fue elegido diputado del Congreso de los Diputados por esta circunscripción en 2008 –séptimo en la lista– y rebatió a quienes lo tildaron de 'paracaidista' con el argumento de que había visitado la Comunitat Valenciana una veintena de veces durante su primer año como presidente de NNGG.
No se acordó de su patria política en toda la legislatura ni se le volvió a ver por Valencia hasta cuatro años después, cuando repitió en la lista. Eso sí, cuando en 2010 tuvo que dimitir como vocal de la Comisión de Seguridad Vial del Congreso de los Diputados al ser imputado por conducir bebido, los telediarios no se olvidaron de remarcar que era diputado por Valencia, ya epicentro de la corrupción.
En la interminable lista de cuneros ilustres que ha tenido la Comunidad Valenciana no falta Carlos Martínez Gorriarán, quien, vasco de nacimiento y residente en Madrid, fue número uno por la circunscripción de Valencia a las elecciones generales de 2008 con UPyD.
Si nos remontamos a la época de Felipe González, el PSOE situó en 1989 al abogado José María Mohedano en la lista al Congreso por Valencia, sin tener ningún nexo con la provincia, donde repitió en 1993. Poco antes, en 1986, el entonces ministro de Educación y Ciencia, José María Maravall, obtuvo su escaño por Valencia como cunero, ya que su padre era natural de Xàtiva pero él nació y desarrolló toda su trayectoria política y profesional en Madrid. Diez años después, en 1996, José María Aznar acomodó por Valencia a José María Michavila, que había vivido unos años en Castellón, de la misma manera que una legislatura después situó por Alicante al madrileño Íñigo Herrera.