VALÈNCIA. Hablar de Neil Collen, socio fundador de Livingstone en España, es hacerlo de un referente en el sector de las operaciones corporativas y no solo en España. Británico de nacimiento pero valenciano de adopción -lleva aquí tres décadas- participó la semana pasada en el interesante Foro Cañada Blanch 2018 impartiendo la conferencia 'El mercado de fusiones y adquisiciones (M&A) en España: claves, motivaciones y razones'.
A lo largo de su ponencia dejó claro la importancia que tiene "poner en orden la empresa antes de venderla porque tus compradores no te la van a comprar... salvo si son valencianos" dijo con tono jocoso. Una correcta identificación de las empresas, tener un buen equipo y labrarse la confianza del cliente resulta indispensable en este negocio.
Tras la charla, Neil Collen atendió amablemente a Valencia Plaza para conocer su opinión sobre el despegue de las operaciones corporativas en la Comunitat Valenciana, su visión del Brexit, la importancia de la sucesión familiar y, entre otras cosas, el endurecimiento del precio del dinero y su impacto sobre el sector.
-Como experto en la materia y gran conocedor de la plaza local, ¿se están haciendo operaciones de fusiones y adquisiciones en la Comunitat Valenciana más allá del sector azulejero?
-En general hay mucho movimiento en la Comunitat Valenciana y no solo en ese sector y el de construcción sino también en otros como el de hospitales, plástico, alimentación... Si tienes una empresa con ingresos razonables y beneficios atrae el interés potenciales compradores.
-Como británico que es usted, ¿hasta qué punto el Brexit está impulsando esta operativa en España en general y en la Comunitat Valenciana en particular?
-El Brexit no ha afectado ni a la economía británica ni al conjunto de Europa como esperábamos todos y eso es algo sorprendente. Está provocando ciertas cosas como que grupos ingleses se estén anglicanizando comprando fábricas y empresas en Europa para tener asegurado el acceso en un futuro a estos mercados. Uno de los movimientos en este sentido ha sido la compra de la azulejera castellonense de Keraben por parte de los británicos de Victoria.
-Por cierto y hablando del Brexit, sinceramente ¿hay alguien que sepa cómo va a terminar la desconexión del Reino Unido de la UE?
-Nadie lo sabe. De hecho me pregunto si como inglés puedo seguir viviendo en València donde llevo 30 años. Confío en que haya una reciprocidad entre las dos partes porque en juego hay una gran riqueza. No hace falta recordar los muchos jubilados británicos que hay en la costa alicantina...
-¿En qué sectores le consta que están mirando más los grandes fondos que rastrean de arriba abajo la Comunitat Valenciana?
-Hay que distinguir entre grandes fondos internacionales que solo se interesan por operaciones grandes como el caso de Keraben y que era imposible que lo comprara un fondo español; y, por otro lado, los fondos más pequeños, tanto nacionales como internacionales. La Comunitat Valenciana tiene empresas que van desde los 5 a los 100 millones de euros de media. Lo que percibo es que son fondos especializados los interesados en comprar ofreciendo la posibilidad de crecer fuera de España.
-Para aquellos empresarios que todavía no conozcan el private equity, ¿qué aporta el capital riesgo al desarrollo de una empresa?
-Hay muchos mitos alrededor del capital riesgo que no son correctos. Por ejemplo no entran en una empresa para llevar la gestión; o no cambian un director para poner uno suyo. Dejan hacer al equipo y al empresario donde las decisiones de inversión se discuten. El capital riesgo pone dinero pero ofrece mucho más: una reflexión estratégica sobre la empresa. Dicho esto también considero que los empresarios valencianos tienen mucho instinto.
Pero, ¿tal vez no estamos en una comunidad donde pesa –y mucho- la tradición familiar cerrada?
-Así es pero la crisis ha provocado un cambio psicológico en algunos empresarios, la gente se para a pensar mas que antes. Al final si un empresario lo ha pasado muy mal tiene que pensar en si es el legado que quiere dejar a sus hijos. Las nuevas generaciones buscan otro tipo de empresas. Me encantan las empresas familiares, la sucesión familiar... La crisis ha provocado un cambio psicológico en las familias y hay que decir que la venta es una opción realista.
-¿En qué medida la subida de tipos en Europa puede afectar a estos procesos?
-Entiendo que la subida va a ser lenta. Está claro que cuando suben los intereses se encarecen los retornos y es verdad que pueden influir algo en los procesos de fusiones y adquisiciones, pero entiendo que en los próximos 3 o 4 años el dinero no va a ser un factor determinante en las posibles compra/ventas.
-¿Qué opina de lo que está sucediendo en Cataluña y su impacto sobre las empresas?
-Sinceramente creo que la gente está más preocupada por el impacto que tiene sobre sus ventas que de otra cosa. El riesgo político en España influye poco al empresario fuera de Cataluña donde allí han cambiado su sede social no pocas.
-¿En qué está trabajando la oficina valenciana de Livingstone Partners?
-En seguir creciendo que no es poco. Tenemos un equipo muy bueno, dinámico y joven... salvo yo (sonríe). Una de las ventajas de llevar mucho tiempo en el sector es que te has sabido gestionar la reputación y ello es muy importante en un nicho tan importante como el de las M&A donde la confidencialidad es suprema. Que la gente te conozca más por el boca a boca es muy importante de cara a potenciales transacciones.
-¿En qué sectores andan sondeando alguna operación?
-Estamos mirando entre varios sectores como construcción, tanto por parte del comprador como del vendedor, en rangos de entre 15 a 80 millones de euros. También estamos ultimando una operación en el sector salud; analizando el sector de plásticos de inyección; mirando un par de temas de consumo retail, algún que otro del sector industrial... cosas interesantes todas ellas y la verdad es que trabajo no nos falta (sonríe). Si empiezas en un sector y tienes éxito acaban llamándote.