VALÈNCIA. (EP). La presidenta del PSOE y exministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, ha reiterado este lunes que "no conocía en absoluto" a Crespo Gomar y que "ningún socialista" le había hablado antes de esta empresa, hasta que el caso de las presuntas irregularidades en la financiación irregular de PSPV y Bloc durante las elecciones de 2007 y 2008 saltó a los medios de comunicación.
Así lo ha asegurado durante su comparecencia en la comisión de Les Corts Valencianes que investiga la financiación de estos partidos, en lo referente a las adjudicaciones a esta empresa por parte de varios ministerios, entre ellos, el de Medio Ambiente durante su etapa como titular de este departamento.
"No tengo nada que ver, absolutamente nada que ver, con la financiación irregular de ningún partido" y "a lo largo de estos años, no tengo nada de lo que avergonzarme desde el punto de vista del dinero público", ha remarcado Narbona durante su intervención.
La exministra, que ya compareció el año pasado en una comisión en el Senado por este motivo, --y que ha querido dejar claro que no está siendo investigada por esta causa por ningún juez, como tampoco sus colaboradores, que solo han sido llamados como testigos--, ha explicado el caso de los contratos de publicidad que la empresa pública de Aguas de las Cuencas Mediterráneas (Acuamed) firmó Crespo Gomar y ha señalado que "ningún ministro está en las mesas de contratación".
En este sentido, se ha referido a la campaña de publicidad de 2007 para poner en valor el agua de las desaladoras en la que las empresas de la Asociación Española de Desalación y Reutilización (AEDyR) las que decidieron poner cerca de 7 millones de euros y a la que Acuamed aportó alrededor de 200.000 euros.
Narbona ha justificado la inversión en comunicación en comparación con la inversión que se preveía llevar a cabo en aquel momento para "garantizar el agua", del orden de 3.000 millones de euros, al tiempo que ha asegurado que ni la Intervención ni la Abogacía del Estado advirtieron Acuamed que en se hubiera actuado "de forma inadecuada".
En todo caso, "les puedo asegurar que en ningún momento como ministra tuve nada que ver con una campaña financiada por empresas que se sentían acosadas y que sentían debilitada su posición internacional por la cantidad de barbaridades que en España se decían contra el agua desalada y la tecnología que ellos desarrollaban", ha subrayado.
En este sentido, ha criticado las "notables amenazas y trabas administrativas" que según ha dicho sufrieron las desaladoras por parte del PP, ante las actuaciones para del Programa Agua que puso en marcha el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, como alternativa al Plan Hidrológico Nacional de su predecesor, José María Aznar.
La exministra de Medio Ambiente ha recordado que durante su primera visita a Valencia como titular de Medio Ambiente le trasladó "de manera literal" al entonces president de la Generalitat, Francisco Camps, que "lo que había hecho amenazando" a rectores de universidades, empresarios y agricultores que se iban a reunir con ella durante la jornada entraba dentro de una "actitud fascista".
"Amenazar a personas que dependen de una Administración para manipular posición me parecía intolerable", ha insistido, después de asegurar que la orden de Camps era que atacarla "dijera lo que dijera". "También en el sueldo de ministros van los escraches e insultos", ha dicho.
En cuanto a los sobrecostes en algunas de las dasaladoras, Narbona ha señalado que aunque son siempre "lamentables", estuban "muy asociados las dificultades" que encontraron para desarrollar la planificación de las obras, además de motivos externos como "cambios en su dimensión, en los puntos de toma, el punto de vertido, etc." respecto a la planificación inicial.