VALÈNCIA. Ciudadanos atraviesa probablemente el peor momento desde su fundación. La debacle electoral de 2019 y el adiós de Albert Rivera, terminó con un relevo en la cúpula del partido que encabezó Inés Arrimadas. Pocos fueron los que replicaron este liderazgo que, ahora, un año después de materializarse, muchos sí discuten.
Los malos resultados electorales en País Vasco, Galicia y, en mayor medida, en Cataluña, ya sembraron dudas. Pero el intento de moción de censura probablemente fallido en Murcia, ha denostado todavía más una marca dañada y, con ello, el crédito de la presidenta naranja.
Entre los referentes que se han mostrado críticos -Begoña Villacís (Madrid), Francisco Igea (Castilla y León) o Juan Marín (Andalucía)- destaca el valenciano Toni Cantó, quien desde el primer momento manifestó públicamente su sorpresa y malestar por el golpe de mano acometido en Murcia para desalojar al presidente regional, Fernando López Miras (PP). Y lo hizo cuando todavía se pensaba que la moción de censura saldría adelante, lo cual ha revalorizado su postura cuando todo indica que será un fracaso.
Con este escenario, y dentro de la gravedad de la situación para Ciudadanos, la posición política de Cantó ha salido reforzada tanto en el ámbito interno de la formación naranja, como de cara a futuros acuerdos con fuerzas conservadoras, especialmente el PP, a quién ha tranquilizado reafirmando el acuerdo que mantienen en la Diputación de Alicante con Carlos Mazón. Ciudadanos está en estado crítico, sí, pero Cantó todavía tiene algunas cartas que jugar.
La moción a priori fallida de Cs en la Región de Murcia va a suponer, de confirmarse, una aceleración del deterioro de la marca naranja y de la propia imagen de Arrimadas. Tal y como informó este diario, el PP debe ya ninguna lealtad a la presidenta de Cs y puede iniciar una OPA hostil sobre estas siglas sin contemplaciones. Más aún, cuando existen Comunidades Autónomas (CCAA) donde hay pactos establecidos en las que la sintonía entre los dirigentes de ambas fuerzas políticas y se han respetado los acuerdos, más allá de los clásicos tiras y afloja entre socios de gobierno.
En una situación donde el PP insiste en una hoja de ruta que implique la reunificación del centro derecha, el debilitamiento de Ciudadanos es, usando un símil futbolístico, como una asistencia para definir a puerta vacía. Una fusión o progresiva integración de los dirigente naranjas en el PP, aunque no signifique arrastrar a todos los votantes, eliminaría un partido que compite en el mismo espacio y penaliza mucho en los procesos electorales por la Ley d'Hondt. O lo que es o mismo, la absorción de Ciudadanos significaría para el PP, al menos a priori, una inmediata mejoría demoscópica en cualquier cita con las urnas.
Pero además, en el caso valenciano puede significar mucho más. El PPCV, a día de hoy, tiene pendiente una revisión de liderazgos: la dirección nacional no termina de ver a la actual presidenta regional, Isabel Bonig, siguiendo al frente del partido y, sobre todo, como candidata a la Generalitat. La apuesta del secretario general y número dos de Pablo Casado, Teodoro García Egea, parece ser Carlos Mazón. No obstante, el hándicap, al margen de las propias dudas que el dirigente pueda tener, es que sería un aspirante que debería obtener un grado de conocimiento autonómico que todavía dista de ostentar, por lo que dependería demasiado del estado en el que se encuentren las siglas.
¿Podría suponer la incorporación de Cantó al proyecto popular un empujón al PPCV en la lucha por la Generalitat? Muchos creen que sí. Los coqueteos del coordinador autonómico de Cs con el socialista Ximo Puig han despertado malestar en sus socios, Compromís y Unides Podem. Es una pequeña prueba de que el votante de izquierdas no ve con buenos ojos a Cantó, que sin embargo sí puede tener mejor acogida en el espectro del centro y en los sectores conservadores. Es decir, todo apunta a que la inclusión en una candidatura del PPCV del actor, cuya formación con él de candidato sacó 18 diputados en 2019, podría sumar para los populares. Incluso hay quien piensa que también podría ser un buen fichaje para la lista al Ayuntamiento de València y otros lo ven más interesante para el PP en el ámbito nacional. La conclusión es que la gran mayoría ve ventajas a una posible incorporación.
A ello hay que añadir la misma tesis que en el ámbito nacional. La desaparición de Cs del mapa valenciano, reduciría las formaciones conservadoras con opciones de entrar en Les Corts a dos actores -PP y Vox-, más aún con las últimas reticencias demostradas precisamente por Ciudadanos para la rebaja del listón electoral al 3%. En circunstancias normales, esa reducción de la división del voto debería beneficiar a los dos partidos de la derecha.
Así pues, de confirmarse el fracaso de la moción en Murcia y más allá de que Arrimadas pueda adoptar alguna medida paliativa como la destitución del cerebro de esta estrategia, el vicesecretario general, Carlos Cuadrado, todo apunta a que el balón ya ha echado a rodar en el reposicionamiento de Ciudadanos en el tablero político. Un punto de inflexión para la propia formación naranja pero que también podría serlo para el PP y quién sabe si para la Comunitat Valenciana.