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ENTREVISTA A LA PRESIDENTA DEL CONSEJO SOCIAL DE LA UNIVERSITAT POLITÈCNICA

Mónica Bragado (UPV): "Nos falta inglés y ser mucho más internacionales"

13/11/2016 - 

VALENCIA. Los brazos del Consejo Social son alargados dentro de la Universitat Politècnica de València (UPV), y se enredan tanto en el ámbito académico como en el económico. La cabeza corresponde a Mónica Bragado (Valencia, 1969), ejecutiva de la multinacional Celéstica, cuyo nombramiento fue muy reseñado hace dos años por ser la mujer más joven al frente de uno de estos órganos universitarios. Cuestiones como los presupuestos, las tasas o la configuración de titulaciones pasan ahora por unas manos femeninas. Y Bragado lo tiene claro: la solución al problema de la asfixia presupuestaria que viven las universidades valencianas se encuentran en el mecenazgo privado.

- Tras la presentación del Proyecto de Presupuestos de la Generalitat para 2017, ¿la situación financiera de la UPV sigue siendo delicada?
- Hay una congelación presupuestaria y la partida pública se ha reducido en unos 200 euros con respecto a hace un lustro, de 840 a 660 millones. Aunque se habla de una subida del 12%, se está haciendo referencia a los casi 100 millones añadidos para pagar la deuda histórica, de los que la UPV no se beneficia en nada hasta 2018. El president Ximo Puig y los consellers Vicent Marzà y Vicent Soler se reunieron con los rectores para explicárselo e hicieron hincapié en que hasta que no cambiará la financiación nacional, no se podría corregir.

- ¿Y cómo piensan lidiar con ello?
- Al final te tienes que adaptar a la situación, que es lo que ha venido sucediendo estos años, redefiniendo objetivos y prioridades. Hay que trabajar muchísimo más duro para incrementar el número de alumnos y lograr más convenios con empresas.

- Las tasas académicas también son altas y permanecen congeladas, por lo que la Generalitat habló de adaptarlas a la renta familiar. ¿Qué le parece la medida?
- Me parece una iniciativa bonita, además de un ejercicio responsable por parte de la Generalitat, pero muy complicado de llevar a cabo cuando nos estamos enfrentando a un alumnado de 30.000 personas. Lo veo difícil de poner en práctica.

- Son una universidad pública con una pequeña entrada de capital privado, pero usted apuesta por ampliarlo. ¿En qué consiste su proyecto de mecenazgo?
- Hay que fomentar la colaboración con las empresas. Todavía estamos a años luz de tener una figura de mecenazgo institucional, pero se dan los pasos en esa dirección. Por primera vez tenemos una comisión en plena fase diagnóstica, porque primero tenemos que ver en qué punto estamos y, a partir de ahí, definir los objetivos a los que queremos llegar. Somos muy rigurosos con cuáles son los mecenas. De momento solo tenemos a la Caja de Ingenieros y a los patrocinadores de la Cátedra Cultura Directiva y Empresarial. ¿Pero patrocinar una cátedra es mecenzago? Es algo que tenemos que analizar.

(Foto: EVA MÁÑEZ)

- Hablaba de que no habrá mecenazgo sin beneficios fiscales. 
- Claro, hay que atacar directamente al impuesto de sociedades y al IRPF, donde se han dado unos primeros pasos muy tímidos. Se trata de una responsabilidad compartida entre el Gobierno autonómico y central. Hubo conversaciones con la Administración local, pero no con esta, sino con el Gobierno anterior.

- La directora general de Universidades de la Generalitat, Josefina Bueno, habló de diseñar un nuevo modelo de financiación entre todos. ¿En qué consistirá?
- No lo sé. Somos una de las cinco universidades públicas presentes en la negociación, pero no es algo que dependa directamente del Consejo Social. Desconozco cuál será el modelo, pero apoyamos a ultranza al rector y al gerente, que son quienes están en ello.

Apuesta por la internacionalización

- ¿Necesitamos innovar en cuanto al modelo de prácticas?
- Siempre se puede mejorar. Tenemos un buen sistema de prácticas en las empresas, muy valorado por parte del alumnado. También hay un feedback positivo con las compañías. Apostaría por facilitar la colocación y la empleabilidad, por hacerlo todo mucho más ágil, que la empresa que se acerque a la UPV encuentre un interlocutor alineado con sus necesidades. Eso lo estamos diseñando de la mano de las cátedras, cuyo papel fundamental es la colaboración entre empresa y alumnos, y con las becas tradicionales, por supuesto.

- Precisamente la cátedra más patrocinada es la de Cultura Empresarial.
- Constituye la única que da una formación totalmente transversal a todos los alumnos de la UPV, vengan de la rama que vengan. Es una de las apuestas más bonitas que se han hecho desde este Consejo Social, muy alineada con el emprendimiento. Y cada vez tiene más patronos, que son empresas privadas y entidades bancarias, porque en menos de un mes pasamos de 17 a 20. Se suman Grupo Segura, Luanvi y Domínguez.

- ¿Solo miran dentro del tejido empresarial valenciano?
- Es una cuestión de proximidad. Tenemos una relación sólida con empresas de la talla de Air Nostrum, Consum, IVO, Dulcesol, la CEV, Cámara de Comercio… Hay que poner cimientos en el entorno de la Comunitat, y luego ya veremos. No tenemos en este momento ninguna empresa internacional como patrona, pero es algo que no descartamos.

- ¿Y están sus alumnos preparados para el mercado internacional?
- Falta inglés. A nivel de formación te puedo decir que contamos con un nivel académico muy bueno y la UPV está considerada como la mejor tecnológica de España. A nivel de inglés tenemos una gran carencia. En grupos como el de Alto Rendimiento Académico (ARA) ya se pide un nivel B2 y las clases se imparten en inglés.

(Foto: EVA MÁÑEZ)

- ¿Es un problema que se deriva también de la formación del profesorado?
- De la poca rotación del profesorado. Mientras tú la tengas, eso mejora, pero en los últimos años ha sido muy baja. Entonces tienes la plantilla que tienes. Y la rotación se consigue con crecimiento económico e internacionalización, abriendo las puertas de la Universidad a otros centros. Esto nos traerá inversión, pero también prestigio.

- ¿Las universidades españolas aún tienen que aprender de las extranjeras?
- Si nos comparamos con instituciones con siglos de historia, como Oxford, o con otras privadas con grandes mecenas, como Harvard, claro. Tienen presupuestos mucho más altos que los nuestros y apuestan por un enfoque muy global en sus programas.

- El rector de la UPV, Francisco Mora, hablaba de que las universidades públicas valencianas tienen más calidad que las privadas, ¿opina lo mismo?
- Yo estoy encantada. Si nos acogemos a los ránkings, las públicas españolas están muy por encima de las privadas en este momento. A nivel técnico, tenemos algunas como las de Industriales o la de Informática que son el referente nacional. Si ya entramos en el debate, la privada, es mucho más flexible, permite hacer cambios más rápido. Eso les facilita la incorporación de titulaciones en idioma extranjero, traer a universitarios de toda Europa. Nosotros tenemos un 25% de alumnos de fuera en los Máster, pero bastante menos en los Grados. Me gustaría que la UPV fuera mucho más internacional y tuviera más europeos.

(Foto: EVA MÁÑEZ)

Mujeres en las carreras técnicas

- ¿En qué consiste el proyecto Steam impulsado desde su departamento?
- Como rezan las siglas, Steam (science, technology, engineering, and mathematic), es un proyecto muy bonito orientado a reforzar la ilusión por las carreras tecnológicas y atraer al alumnado. Se está dando un descenso paulatino de las matrículas, cuando vemos que el mundo demanda perfiles de este tipo cada vez más, alrededor de millón y medio. Pese a ser una buena salida profesional, la tendencia española es a la baja. De nuevo queremos trabajar este apartado mediante el binomio Universidad y empresa, manteniendo reuniones con todos los departamentos de recursos humanos para presentarles el proyecto.

- También sigue siendo minoritaria la presencia de la mujer en carreras técnicas.
- El 50% de universitarias son mujeres, pero solo el 25% se decanta por carreras técnicas. Ahora lo potenciamos con Steam, una parcela se dedica a ellas. También creo que es una cuestión de generación, nos falta algo de tiempo.

- ¿Usted se ha tenido que enfrentar a prejuicios por ser la mujer más joven al frente de un Consejo Social universitario?
- Al contrario. Ha sido un acicate muy interesante para el resto de consejos. Cada vez hay más grandes empresarios de 40 años. Pero es que además supone un elemento renovador.

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