el tintero / OPINIÓN

Masters del Universo

No ganamos para sustos, cada semana surge una nueva historia donde periodistas, políticos, jueces y tuiteros son los protagonistas. Da igual si es una investigación sobre presuntas tramas de corrupción de partidos, si es un golpe de estado a la democracia española o si es que fulano no acabó los estudios

12/04/2018 - 

VALÈNCIA. Imagino que al leer el título han pensado en Cristina Cifuentes o desde ayer en Pablo Casado, y también en aquellos juguetes y serie de TV de la década de los 80 del siglo pasado. Aquellos luchadores sí que tenían los masters en regla y demostraban fuerza y valentía en sus aventuras que mantenían absortos a los jóvenes de mi generación. Pero no entraremos a comparar entre He-Man, Oliver y Benji o Bob Esponja, cada época tiene sus políticos y sus personajes infantiles, valga la redundancia. 

El pasado fin de semana se celebró la convención nacional del Partido Popular, como leí en alguna crónica, aquello fue un ejercicio de psicología positiva espectacular, pero añadiría que también de ceguera colectiva y cobardía directiva. Matizo, “directiva” porque ni todos los afiliados y cargos del PP, ni la inmensa mayoría de sus votantes, comparten ese estilo timorato, huidizo, equidistante, manso de su líder nacional. ¿No lo creen? Aquí una prueba. 

En esa reunión del partido que gobierna España muchos esperaban la imagen de Cifuentes, que protagoniza todas las portadas desde hace unos días por haber puesto en su CV que tenía un máster que no acabó y según se está publicando, falsificaron algunos de sus resultados. Y no sólo se hizo presente sino que recibió varios minutos de cerrada ovación que quizá sean más una despedida que otra cosa. En cualquier caso, se le acusa con beligerancia de hacer lo que bastantes políticos han hecho siempre, y seguro que recordarán la lista y sino aquí algunos ejemplos iguales o más graves que nos engañaron a todos sobre su formación académica y profesional: Luis Roldán PSOE, Elena Valenciano PSOE, Miguel Gutiérrez C’s o Juan Manuel Moreno PP. Unos porque nunca acabaron las carreras, otros porque no eran doctores y en general porque todos eran españoles y hacían algo que jamás ha hecho nadie en este bendito país, maquillar su CV.  

 

Hay una máxima que siendo lógica, a veces llevamos a un extremo casi ridículo. Se suele decir que los políticos (como la mujer del César) no sólo han de ser honrados sino parecerlo, pero a veces pretendemos que no sean personas y no cometan o hayan cometido los mismos errores que cualquiera de los mortales. Mientras miramos los currículos y los créditos que le faltan a cada uno, nos encontramos con que el nacionalismo catalán sigue generando problemas, vulnerando la ley y tensionando la convivencia; que los medios publican una presunta trama de corrupción de los partidos que gobiernan la Comunidad Valenciana que recuerda mucho a la famosa Gürtel y en estos días los Presupuestos Generales del Estado vuelven a favorecer a los territorios díscolos frente a los que, como nuestra Comunidad, somos leales a España. 

Con todo ello y con la decisión de un juez alemán de provincias dispuesto a torpedear la extradición de Puigdemont, resulta que la mayor preocupación de los periodistas y por ende de los españoles es comprobar la veracidad hasta la última coma de los currículos de nuestros políticos. Habrá de todo como en botica, pero hay muchos, demasiados que tienen una escasa formación académica, muchos que han sido bien tratados por universidades o escuelas afines a sus partidos, y también hay mucha persona anónima que estará en esa situación y aún así se mostrará tremendamente indignada por lo que lee estos días. 

Sinceramente, creo que la mayoría de españoles tiene un máster y con matrícula de honor, y sin cursarlo, ni asistir a clase ni examinarse, ni entregar TFM [Trabajo Final de Máster], es el máster del universo patrio, el de la hipocresía. Todos hacen todo cumpliendo estrictamente la ley a pies juntillas y disfrutan señalando al vecino, al de enfrente, al político, al famoso, al que está en la arena pública acusándolo de todo lo que ellos jamás han hecho ni harían. Por ejemplo, “que poca vergüenza lo de abandonar la política y trabajar en una empresa del sector privado”, “que desfachatez la de colocar a un hijo o conocido en el despacho de un amigo”. Son esas cosas que nadie hace ni haría en la vida, ¿verdad? Sólo esos seres desalmados que son los políticos, sobre todo los del PP, los otros sí pero menos. ¡Qué país!