VALÈNCIA. “Los mitos viven en el país de la memoria”, decía el antropólogo y helenista Marcel Detienne. La afirmación cobra especial sentido cuando hablamos de los grandes referentes grecolatinos, pues esos relatos colectivos de la Antigüedad constituyen el espejo en el que sigue reflejándose la sociedad contemporánea. Los recuerdos que la tribu preserva de generación en generación. Así lo demuestra la 35ª edición de Sagunt a Escena, que este año cuenta con 26 espectáculos y lleva por título Amb nom propi, toda una declaración de intenciones sobre su anhelo de reivindicar la figura de esos grandes personajes clásicos, aquellos que forjaron el modo de ver la vida en esta esquina del planeta. La inauguración oficial del festival tendrá lugar este martes, 31 de julio, con distintas funciones gratuitas en la calle, aunque se llevan celebrando actividades complementarias desde el pasado día 25.
Han pasado los siglos; han cambiado los sistemas políticos , los modelos productivos, las costumbres cotidianas…Sin embargo, los mitos permanecen, pues, como apunta Juan Vicente Martínez Luciano, director del festival, “durante todo este tiempo se han seguido utilizando tanto en el mundo del teatro como en el de la literatura en general -incluso me atrevería a decir que en el de la psicología- para explicar comportamientos humanos”. El mito como narrador del mundo. “Cuando hablamos de Edipo, Otelo o Fedra , no estamos hablando solamente de esos personajes, sino de toda la literatura que hay alrededor de ellos y del hecho de que cada persona los vincule con una actitud determinada: matar al padres, los celos…Esas figuras están a la orden del día, no solamente en el ámbito académico, sino que todos las relacionamos con las grandes pasiones humanas”, señala.
Mantenerse vigente implica a menudo huir de la complacencia de quien se sabe sagrado y universal, por ello, los textos clásicos se imbuyen aquí de los lenguajes escénicos contemporáneos. Una tensión entre forma y contenido que para Martínez Luciano resulta “muy atractiva desde el punto de vista del espectador”. “Uno puede decir que ha leído El Quijote, pero no puede afirmar que ha visto Hamlet, sino una versión de la obra a cargo de un director y unos actores concretos. Por ejemplo, este año nuestra Fedra no es la de Séneca, de Unamuno o de Espriu; es la Fedra de Paco Becerra, eso es lo interesante. Este joven dramaturgo español nos ofrece su visión del mito clásico, su reescritura. Estos grandes personajes necesitan que las nuevas generaciones los reinterpreten desde su tiempo”.
En esa capacidad para la reinvención exitosa habita la fuerza y el poder de estos relatos. Al menos, así lo cree el responsable de Sagunt a Escena, quien señala que “un director o directora, cuando cogen ese texto clásico y nos lo presentan en un teatro lo están trayendo al presente, actualizándolo y demostrando la vigencia del mito”. Como ejemplo pone el montaje de Èdip, la versión en valenciano del texto de Sófocles capitaneada por Oriol Broggi que se exhibirá en el anfiteatro romano el 2 de septiembre: “no es ninguno de los Edipos que hemos visto hasta ahora. Hace 35 años, Sagunt a Escena se inauguró con una versión de Edipo Rey de Jose Luis Gómez que poco tiene que ver desde el punto de vista escénico con el que se verá en esta edición. ¿El mito es el mismo? Sí. ¿Mantiene su significado? Probablemente también. Pero en cuanto puesta en escena no tiene nada que ver”, resume.
La conjunción con el entorno es otro factor imprescindible para Martínez Luciano, quien señala que el festival “debe empezar con una producción valenciana. Eso para mí es fundamental, por eso este año contamos con Antígona, una coproducción del IVC y la compañía La Ferroviaria. También es esencial que se haga una muestra de lo que ha sido la producción teatral valenciana durante la última temporada, por eso tenemos cuatro espectáculos en el centro Mario Monreal, cuatro formas distintas de crear”. En concreto, se trata de La Celestina (Bambalina Teatre Practicable), Los invitados (Colectivo Fracasadas), Classe (Teatrecompanyia/ La medusa) y ¿Qué pasó con Michael Jackson? (La Teta Calva). Siguiendo la misma línea, el festival cuenta este año con la participación del colectivo Tira de dones, un grupo de artistas saguntinas que mostrarán su trabajo en la subida al castillo de la localidad. En este caso, se trata de obras basadas en el espectáculo El jardín de las delicias, que parte de la obra de El Bosco y podrá verse el próximo 9 de agosto.
Un aspecto imprescindible en la programación del festival es la sección Off Romà, que en esta edición cuenta con 15 espectáculos repartidos por ocho espacios distintos. Compuesto por piezas gratuitas de teatro de calle y teatro gestual, circo (de hecho se estrenó con una actuación del Gran Fele) y música, se trata de una propuesta escénica dirigida a un público "más heterogéneo". Así, el Off incluye piezas como Aigua (31 de julio y 9 de agosto) un espectáculo “familiar y extraordinario que nos acerca a una cuestión que está en nuestro día a día: cómo tratamos ese elemento imprescindible para la vida”, apunta el antiguo responsable de Teatres de la Generalitat. También incluye las acrobacias de Ovvio (16 de agosto) o la música cubana de Pancho Amat y su cabildo del son (31 de julio).
Una de las novedades más destacadas de esta edición es Menuts a Escena, un ciclo de talleres infantiles que permitirá a los padres "asistir a las representaciones mientras los niños son atendidos por especialistas”. Las actividades tendrán lugar en el Museo Arqueológico de Sagunt y abarcarán asuntos históricos y teatrales, de manera que los pequeños“estarán trabajando sobre la misma obra que ven sus familiares adultos en el teatro romano y aprendiendo sobre esos grandes mitos”. “Creemos que es importante que esos jóvenes se integren en el mundo clásico, no queríamos montar simplemente una guardería”, señala el responsable del evento.
Así, según indica la Conselleria de Cultura, estos talleres cuentan con dos bloques didácticos. En el primero descubrirán un enterramiento de época romana en el que tendrán que aplicar técnicas de investigación y excavación arqueológica. De esta forma, los participantes conseguirán “una visión más real sobre cómo llegamos a conocer la vida de la gente que vivió en estas tierras mucho antes que nosotros”, apuntan los organizadores de la iniciativa. La segunda parte de Menuts a Escena será la puesta en marcha, a través del juego, de una representación adaptada de la obra que incluya ese día la programación del festival.
Además. en esta 35ª edición, Sagunt a Escena comparte esfuerzos con otras dos legendarias citas de la dramaturgia: El Grec Festival de Barcelona y el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida. Así, tres de las representaciones que conforman la programación del evento valencino podrán verse también en Cataluña y Extremadura. En concreto, se trata de Filotectes, con Pedro Casablanc, Pepe Viyuela y Félix Gómez ( 3 y 4 de agosto); La Amazonas, interpretada por Silvia Abascal, Loles León y Olivia Molina, (17 y 18 de agosto); y Fedra, representada por Lolita Flores, Juan Fernández y Tina Sáiz (24 y 25 de agosto). A este respecto, el filólogo señala que “sería ridículo pensar que no debemos compartir sinergias, aunque es cierto que Mérida y El Grec tienen más posibilidades de seleccionar porque cuentan con más financiación”.
En este sentido, Martínez Luciano no se achica: “hay teatro -y hay vida- más allá del festival de Mérida, debemos empezar a reivindicar a nivel estatal que hay muchos más eventos teatrales de calidad. Aquí tenemos un 10% del presupuesto que tiene el proyecto extremeño, pero no creo que haya tanta diferencia entre nuestra programación y la suya”.
Precisamente en lo que a fondos se refiere, el festival presenta novedades este año, ya que cuenta con un incremento de inversión pública de entre el 10 y el 12 % respecto a 2017. Así esta edición baraja unos 300.000 euros, de los que la Conselleria de Cultura destinará 225.000, el ayuntamiento de Sagunt 80.000 y la Diputació 40.000. Un aumento de capital destinado, fundamentalmente, a que “las 11 obras exhibidas en el teatro romano resulten más espectaculares y cuenten con mayor equipamiento técnico, pues este coliseo no tiene y debemos traerlo desde València, con todo lo que ello implica. Ahora hemos conseguido invertir un poco más en esas infraestructuras y eso se va a notar en las representaciones”, señala el también docente de la Universitat de València.
A estas cuantías se le suman también donaciones privadas, una partida cuyo crecimiento ansía Martínez Luciano. “Espero que la nueva Ley de mecenazgo logre que sean muchos más los empresarios que estén dispuestos a ayudarnos. Ahora contamos con alrededor de unos 20.000 euros provenientes de este tipo iniciativas, pero es una cuestión de voluntarismo. Es gente a la que le gusta lo que hacemos, que cree en nosotros y nos facilita esa financiación de una manera casi personal. Nos faltan esas otras grandes empresas de Camp de Morvedre”, indica. En ese sentido, el director llama a la implicación civil: “una parte de la población está volcada completamente en el festival, pero todavía nos cuesta que mucha gente no vinculada al mundo escénico entienda que la inversión en cultura es importante. De todas formas, yo soy optimista y creo que poquito a poco lo iremos consiguiendo”.
Antes de lanzarse a los estrenos, Sagunt a Escena encontró también espacio para el seminario Las directoras frente a los clásicos, un ciclo celebrado los días 27 y 28 de julio y en el que se reflexionó sobre la voz de la mujeres a la hora de aproximarse a estos textos. “Creo que es importante abordar cuál es la actitud de las profesionales cuando deben llevar a escena esas obras y qué papel juega ahí la perspectiva de género”, señala Martínez Luciano sobre estas jornadas en las que se abordó el reto que supone adaptar piezas surgidas en sociedades patriarcales evitando reproducir estereotipos machistas. “No me puedo imaginar a Magüi Mira afrontando Las Amazonas sin tener presente todo lo que sucedió en este país el 8 de marzo. De una manera consciente o inconsciente esos asuntos de actualidad van estar presentes en el escenario y debemos reflexionar sobre ellos”, concluye.
El anfiteatro está listo. Es hora de ajustarse la toga, preparar las máscaras y dejarse conquistar por los mitos clásicos. Igual que miles y miles de seres humanos lo han hecho a lo largo de la historia.
La bailarina, recientemente premiada con un Max, lleva su Corps seul a Sagunt a Escena