Así ha respondido el máximo responsable de la política monetaria de la Eurozona sobre los rumores de poner fin a las medidas de estímulo del Banco Central Europeo
FRÁNCFORT (EP). El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) no ha discutido extender la duración del actual programa de compra de activos más allá del próximo mes de marzo ni su composición, así como tampoco la estrategia para llevar a cabo una retirada de estos estímulos, aunque el presidente de la entidad, Mario Draghi, ha dejado claro que el programa no finalizará de una forma brusca.
"No es probable un final abrupto del programa (...) No está en la mente de nadie que termine de forma brusca", indicó Draghi en respuesta a las recientes especulaciones sobre los trabajos del BCE para establecer una estrategia de salida de sus medidas de estímulo, circunstancia que había provocado un repunte de los costes de financiación en el mercado de deuda.
A este respecto, Draghi reiteró la disposición de los miembros del Consejo para hacer uso de todas las herramientas disponibles para intervenir "si fuera necesario" dentro de los límites del mandato del banco central.
El banquero italiano informó de que el Consejo de Gobierno tampoco ha discutido la posibilidad de ampliar la duración o cambiar la composición de dicho programa de compra de activos, señalando la reunión del próximo mes de diciembre como la fecha propicia para adoptar una decisión al conocer las nuevas proyecciones macroeconómicas del BCE, aunque subrayó que las medidas extraordinarias "no estrán en marcha para siempre".
"En diciembre el Consejo de Gobierno se beneficiará del trabajo de los comités del Eurosistema para garantizar una fluida implementación del programa hasta marzo de 2017 o más allá", dijo el presidente del BCE.
Sin embargo, Draghi reconoció que los miembros del Consejo de Gobierno ha escuchado los resultados de los trabajos realizados por los comités técnicos a los que la entidad encomendó estudiar alternativas, aunque indicó que se ha requerido a dichos comités que sigan trabajando.
En cuanto a los tipos de interés negativos, una de las medidas más controvertidas de las aplicadas por el BCE por su impacto sobre la rentabilidad de los bancos, Mario Draghi no dudó en defender que "los tipos bajos funcionan".
Por otro lado, el banquero italiano adelantó que probablemente la zona euro experimentará un repunte de la inflación en los próximos meses como consecuencia del efecto base provocado por las fuertes bajadas del precio del petróleo el año pasado.
De este modo, el banquero italiano aventuró que la tasa de inflación de la eurozona seguirá subiendo a lo largo de 2017 y 2018, aunque advirtió de que aún no existen signos convincentes de una tendencia al alza de la inflación subyacente. Asimismo, el presidente del BCE destacó la resiliencia de las perspectivas económicas de la zona euro a las incertidumbres políticas y económicas globales.
En este sentido, Draghi señaló que los datos sugieren un crecimiento del PIB de la zona euro en línea con el dato del segundo trimestre, aunque los riesgos para el crecimiento de la región "siguen inclinados a la baja".
De este modo, el presidente del BCE reiteró su llamamiento a que otros responsables de la zona euro actúen para así aprovechar todos los beneficios derivados de la actual política monetaria, subrayando la importancia de acometer reformas estructurales "en todos los países", destacando la apuesta por las infraestructuras, que pueden contribuir a impulsar la inversión y el empleo. "La principal fuente de desigualdad es el desempleo", aseveró Draghi.